ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟡

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A las siete de la mañana del domingo, Marceline esperaba en el vestíbulo del apartamento de Bonnibel con Campbell y Flame. Había enviado a Finn por delante para que coordinase los detalles en Prospect Park y avisase a los jefes de los equipos de seguridad municipal de que quería verlos personalmente antes del inicio de la carrera.

El Departamento de Tráfico de la ciudad de Nueva York iba a estacionar escuadrones de oficiales en el metro, el Departamento de Policía de Nueva York se ocuparía de la seguridad en la ruta de la carrera, y el equipo del alcalde estaría en la tarima de oradores desde donde él, Bonnibel y otros se dirigirían al público al término de la carrera. Para el Servicio Secreto era un procedimiento operativo corriente coordinar todas las fuerzas de seguridad cuando un protegido de alto rango hacía una aparición pública.

Marceline repasaba los detalles mentalmente cuando la puerta del ascensor se abrió y Bonnibel salió al vestíbulo. Iba vestida para la carrera casi igual que Marceline: una ligera cazadora de nylon sobre una camiseta, pantalones de correr y zapatos deportivos. Se había recogido el pelo, como solía hacer en sus apariciones públicas, sustituyendo el habitual broche de oro por una cinta oscura. El ligero maquillaje resultaba superfluo en un rostro nacido para las cámaras. Incluso su actitud parecía distinta: caminaba rápido, con decisión y sin mirar apenas a su alrededor.

También ella tenía que desempeñar un trabajo, el que llevaba haciendo quince años desde que faltaba su madre. Era la reina de la dinastía de su padre y solía acompañarlo en acontecimientos de Estado o representarlo cuando las circunstancias sociales lo exigían. Aquel día se presentaba como hija del Presidente y, aunque el papel no siempre le resultaba cómodo, lo conocía bien.

Cuando vio a Marceline, dudó un instante. Ambas se sonrieron, olvidando durante un momento que había otras personas con ellas. Fue una de esas reacciones automáticas que ninguna de las dos podía evitar, aquella breve punzada de agradable reconocimiento que rebasaba la voluntad o el sentido común.

Sus sonrisas desaparecieron enseguida y se saludaron en tono formal.

—Buenos días, señorita Bubblegum —dijo Marceline, y se puso a su lado, mientras Campbell y Flame ocupaban el lado contrario.

—Comandante —Bonnibel hizo un breve gesto y se dirigió hacia la puerta principal sin interrumpir el paso. Fionna mantuvo la puerta abierta por rutina, y Marceline se adelantó un poco, colocándose a la derecha de Bonnibel. Marceline dudó un instante en la acera mientras miraba la calle arriba y abajo, y luego el parque, como había hecho el día del disparo. Una duda tan sutil que nadie, excepto otro agente, habría notado. Nadie, excepto Bonnibel.

La joven siempre se fijaba en la posición de Marceline entre ella y una amenaza potencial, incluso cuando se limitaban a cruzar la acera juntas. En aquel lugar en particular nunca dejaría de sentir la involuntaria quemazón en el estómago.

Marceline se dio cuenta de la tensión de Bonnibel y murmuró en una voz muy baja que nadie más podía oír:

—Se trata sólo del procedimiento.
Procura ignorarlo.

—Ya me gustaría —repuso Bonnibel en el mismo tono cuando cruzaban la acera en dirección a la limusina negra—. Sería mucho más fácil si pudiese, pero no puedo.

Fionna y Phoebe fueron hacia el Suburban situado en cabeza para dirigir la caravana. Marceline abrió la puerta del segundo coche para que Bonnibel entrase, y luego se deslizó tras ella. Detrás iba un vehículo del FBI y, cuando el convoy arrancó, Bonnibel anunció en tono oficial:

—Me reuniré con algunas personas cuando lleguemos.

Marceline la miró con cautela, un tanto sorprendida de que le diese la información voluntariamente y, a la vez, un poco molesta por no haber sido informada antes. A Bonnibel no se le exigía que le contase todo a su equipo de seguridad, por supuesto, pero siempre resultaba útil conocer de antemano la mayor cantidad posible de datos. Sin embargo, agradeció aquella pequeña mejora de la comunicación.

ℍ𝕠𝕟𝕠𝕣 「𝔸𝕕𝕒𝕡𝕥𝕒𝕔𝕚𝕠𝕟 𝔹𝕦𝕓𝕓𝕝𝕚𝕟𝕖♡」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora