Bruno se había fumado dos cigarrillos en menos de media hora y las manos le temblaban.
-Bruno, ¿te encuentras bien?.-pregunté preocupada.
-¿Eh?.. ah, si tranquila.-dijo dándole otra calada.-Es por.. por una actuación de esta noche, solo eso.
No estaba bien. Estaba palideciendo y no paraba de mirar la hora en su brillante reloj.
Sabía que algo gordo le estaba ocurriendo, y ahora mismo, yo era la única persona que podría proporcionarle algo de apollo. Decidí dejar los resentimientos atrás y sentarme junto a él en el mullido sillón. En ese momento volteó la cabeza y nos quedamos mirándonos el uno al otro, y podía sentir en su mirada vidriosa todo el dolor del mundo.
-Ni se te ocurra decirme que me pasa.-dijo apartando la mirada.-Ni se te ocurra....dios.-exclamó mientras cerraba el puño con fuerza.
Me aparté de él al ver su respuesta agresiva y me levanté del sillón.
Siempre intento ser buena persona y abrir una pequeña parte de mí a la gente, pero esta, a medida que pasa el tiempo, se va cerrando más y más, hasta que llegue un punto que sea tan sumamente fría que hasta corte.
Caminé hacia la puerta de entrada hecha una furia, pero unos pasos me detuvieron y miré atrás.
-¿Dónde crees que vas? Alexis me dijo que no te dejase salir.
-¡Iros Alexis y tú a la mierda!.-dije cabreada.-Mejor dicho, ¡Iros todos a la mierda!
Bruno se sorprendió ante mis palabras, al igual que yo, no me esperaba que yo llegase a decir aquello.
-¿Quieres que te cuente lo que cojones me pasa maldita friki?.-dijo golpeando la pared con los nudillos.-¿De verdad quieres saberlo?
-¡Me encantaría!.-dije dando una patada al suelo como una niña pequeña.
-¡Estoy faltal! ¡Mi vida es una puñetera mierda! Joder Zenda, es que no puedes comprender el vacío que siento ahora mismo.-dijo mientras continuaba dando golpes a la pared de ladrillo.
-Como si no fueras el único..-dije suspirando.
-¿Qué pasa? ¿Que se te ha roto el carnet de la biblioteca?.
-¡¡¡Mi madre murió tan solo cuando yo tenía seis años!!!.-dije mientras los ojos se me inundaban de lágrimas.-¿Te parece motivo suficiente para sentir un vacío en tu vida?
"No llores Zenda, no llores, aguanta"
Pero no pude, en ese momento me eché a llorar y sentía como todos los sentimientos que tenía almacenados salieron de mi corazón. Cada lágrima, era un recuerdo de mi madre.
Bruno se sentó junto a mi en el suelo y colocó un brazo alrededor mía.
-Lo siento.-dijo con una mirada sincera.
Yo no respondí y solo me limité a sorberme los mocos y limpiarme las lágrimas.
Me acercó más a él, y con el dedo pulgar me retiró los restos de lágrimas que quedaban en mis mejillas.
Mi teléfono sonó, mi padre.
-Hola.. papá.-dije con la voz quebrada.
-¿Zenda? ¿Dónde narices estás? ¿Estás bien?
-Sí papá, estoy bien. Ven a buscarme.
Le indiqué el sitio y colgó al instante.
-Mi padre vendrá a buscarme....-dije cabizbaja.-Gracias, supongo...
Él sin decir palabra,me abrazó. Me abrazó y mi corazón volvió a latir de nuevo.
Levanté la cabeza y él me dedicó media sonrisa.
-¿Sabes Zenda? Todos tenemos el mismo destino, pero, nuestra prueba vida es descubrir que camino elegir, y, sé que nosotros no hemos escogido el mejor camino para llegar hasta el final. Y creo que...
En ese momento, detrás de la puerta apareció Alexis. Él se acercó a mí y me dió un tierno beso en la frente.
-¿Qué tal llevas el golpe?.-me dijo acariciándome la mejilla.
-Bien, supongo..-dije bajando la mirada.
-Me voy, hasta luego tío.-dijo Bruno abriendo la puerta y desapareciendo tras de sí.
En ese instante algo se rompió en mil pedazos dentro de mi.
Y algo despertó dentro de mi,
despertó algo dentro de mi corazon.
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Yesterday.
RomanceZenda es una chica enfadada con el mundo, por causas que ocurrieron en el pasado y las contiuas burlas de sus compañeros por ser distinta a ellos. Pero tiene un don muy especial. El arte. Hasta que un chico con zapatillas azul neón y con una guitarr...