Ochavo

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Dicen que nosotros le damos el valor a las cosas materiales, que las mismas, a ojos de otra especie, no tendrían el valor siquiera parecido al que le damos. Ya sea por no haberlas experimentado o el haber encontrado otros medios de su mundo para llenar ese vacío.
La magia es para nosotros una ilusión, nuestro mundo nunca pudo ver de lo que era capaz la misma y a través de la oralidad, provista por rezagos de memoria se le ha tildado a ella como un bien inconmensurable. Mientras más entró en contacto con el pueblo llegó a la conclusión de que a pesar de lo vital que se planteaba las cosas podrían darse igual o mejor con el intelecto humano. La magia es buena, sí, pero dejó a este mundo tan estancado en su comodidad que vieron innecesario innovar en los demás campos, una vez aprendieron a perfeccionar este bien. La revolución industrial a ojos de estos restos nunca se dio, el reino siempre fue sometido, hubo un estancamiento en el avance de las ciencias y lo peor es que la misma cosa que valoraban por encima de todo no era más que un bien finito, traído con la sangre de la gente que tanto tiempo se dedicó a cuidarla, todo su progreso fue bañado por un líquido carmesí, por no ver otras alternativas para salvar las vidas de inocentes. Un bien, por más preciado que quieran pintarlo, no vale nada si está bañado en sangre.

Corazón de un tiempo perdido: Te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora