Zaino

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El final se acerca, lo presiento, aunque no sé cuál es el desenlace que me espera. He vuelto a estar solo en mi hogar, mi antigua compañía me dice que seguirá buscando una respuesta en los libros, pero al estar ella con otros compromisos y creer que se han parado mis percances, me ha dejado a la deriva de enfrentar los sueños solo, al menos algunos días. Hasta que vuelva a visitarme al termino de su servicio, eso me lo prometió. He intentado hacer mis esfuerzos para mantenerme despierto, no obstante, conforme más avanza el tiempo tiendo a la narcolepsia, me la paso tendido en cama, esperando que mis ojos tengan la fuerza de abrirse, a veces, no sé si mis sueños son cada vez más reales o tiendo a soñar despierto y con los ojos abiertos, de una manera extraña. Sueño en mi cuarto a la chica de la puerta, sueño al chico de la máscara, me observan en silencio, tras un tiempo con gesto solemne me cierran los ojos; a veces despierto y veo a la chica de la puerta sentada en mi pecho, girando la cabeza y prestando su atención a mis fosas nasales, esperando quizá, a volver a notar mi respiración. Como si estuviera en una parálisis no puedo moverme cuando esto pasa. He intentado contrarrestar, intentar entrar al reino a través de la puerta, he recorrido los huesos que están por el suelo y he aprendido que puedo leerlos si encuentro sus cráneos. No sé que hice en el pasado pero acomodando mis manos en una posición específica puedo recordar a quién pertenecía cada hueso, más allá de los elefantes he encontrado otros especímenes, uno de ellos fue un caballo de un pelaje café, muy oscuro y de tonalidad uniforme. Era el caballo de la reina, muy cerca del lugar encontré también sus restos, me hace sentir algo de rabia. Mientras estoy en el reino, no hay ni asomo de los otros dos. Tal como si hubieran abandonado mi cabeza y ahora me estuvieran acechando despierto.

Corazón de un tiempo perdido: Te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora