Corazón de un tiempo perdido: Te recuerdo

Núbil

Hubo un tiempo donde el reino fue próspero, en donde los males aún estaban lejos de azotar a su gente. Aquel lugar que había sido olvidado su nombre y paradero con el pasar de los siglos vio el nacimiento de dos individuos. La bruja Sarah, adoptada y enseñada en las artes de hechicería por el gran protector Abcaroc; y Salvador, un niño huérfano que se convertiría en mano derecha de la reina y posteriormente en un mercenario a sueldo, tras su exilio, producto de una conspiración en su contra. Aquellas dos personas, en el retoñar de su juventud se habían jurado una vez llegaran a la cúspide de su camino volverse a encontrar y juntos tener un matrimonio próspero. Nunca cumplieron tal propósito. La traición a Salvador lo terminó por desterrar y Sarah, se quedó con el deseo de insatisfacción de no madurar su magia con la muerte de su maestro. Aquella promesa de ambos fue paulatinamente extinguiéndose, al grado que pasaron sus vidas en caminos separados, ajenos a lo que una vez juraron.Se cuenta que durante su cuarta década en el mundo, ambos vieron el final de sus vidas. La primera fue Sarah, quien se sacrificó por la maldición mágica, donde, como en su momento hizo su maestro, renunciaría a su cuerpo físico por seguir manteniendo el más preciado don para el resto; el segundo, viendo las injusticia que el mundo le hizo tomar a su amada, optó por buscar la libertad del alma de sus víctimas. Aprendiendo los ritos prohibidos de los tres libros oscuros, Salvador extinguió la magia con la única intención de liberar sus almas e instauró el ciclo de la serpiente. Todos las víctimas de la maldición mágica podrían reencarnar incontables veces en un mundo distante, aquel que nunca vio en carne propia la avaricia de aquel preciado don, un mundo donde su poder se extinguió tan pronto nació y nunca lo conoció más allá de los vestigios de vidas pasadas albergadas en sus sueños. Nuestro mundo.Salvador sabía que no importaba cuántas veces olvidará las cosas si su amor llegará a ser tan fuerte como una vez él lo experimentó, tarde o temprano encontraría su brujita gracias a sus recuerdos.