— ¿Ah no? ¿Qué más te hizo encontrarme entonces LD? — Por alguna extraña razón que aún no comprendo, mi voz estaba sonando ronca, despacio. Cómo si el aire se hubiera escapado de mis pulmones.
Se acercó a mí, su voz tan jodidamente varonil, todo en él es así para mí mala suerte. Huele tan bien que mis fosas nasales son tan traicioneras al sentirse extasiadas de su olor.
— Tu cabello, tu olor y ese característico don de enloquecer a las personas a tu alrededor. Llamas tanto la atención bombón que no sé si sentirme halagado o completamente celoso.
Solté un largo suspiro antes de esparcir mi veneno.
— ¿Por qué habrías de sentirte celoso? No soy tuya después de todo, solo tu acompañante.
Su mirada detrás de aquel antifaz se notaba hambrienta, deseosa, destructiva.
— Eso es algo que se puede arreglar.
Dijo con ese tono de seguridad que lo caracteriza y sentí la necesidad de desbaratarle esa sonrisa de suficiencia que adorna su cara.
— No hay nada que arreglar LD, después de todo no es que quiera ser tuya.
Está vez fui yo la que tuvo su cara adornada con una sonrisa descarada.
— Ya veremos eso.
Tomo mi mano enganchandola en su brazo, haciendo que me adentrará con él en el mar de gente de alta alcurnia que sobraba en el Santorini está noche.
Todos nos miraban atentos, curiosos.
— Debemos disimular un poco, todos nos observan.
— Que observen, que sepan de una vez que eres mía.
Una risita traviesa brotó de mis labios y negué con la cabeza, suavizando mis expresiones y lo tenso que estaba mi cuerpo.
Él saludó a unas cuantas personas y mi pecho casi se sale de mi cuerpo cuando a lo lejos observé a mi hermano. Mi alma abandonó mi cuerpo y la misión estaba en peligro inminente. Si Mateo llegase a verme me iba a sacar el pescuezo.
Estaba justamente desacatando su orden más específica, dejarme enredar del mujeriego Lefevre.
Una idea… Necesito una idea.
Observé a lo lejos, un balcón vacío. Mis viles antenitas se encendieron. Tengo una alternativa para salvarme el culo está noche.
— Oye, hay algunas cosas que quiero saber— Tomé una pausa y sintiéndome llena de valor me acerqué a su oreja hincandome aún con tacones y susurre—... Quiero saber del hombre que me reclama como suya, quiero específicamente saber de mi hombre.
Batí mis pestañas dentro del antifaz y la sonrisa que él me obsequió, primera vez en la vida que la había visto en su cara.
Aunque nos dirigíamos directamente a mi hermano y su esposa, esto se cortó de inmediato. Casi que corriendo llegamos al balcón, las puertas se cerraron detrás de nosotros y una cortina gruesa se cerró también obsequiando demasiada privacidad, tanta que no sabía que era peor. Si este momento o el que vendría si Mateo y Agnes me veían.
Me recosté al barandal y que mala decisión. El cuerpo de Christopher me acorraló de inmediato.
— No creí escucharte decir que soy tu hombre, hace poco decías todo lo contrario. Ahora que lo pienso siempre te contradices bombón. ¿A qué se debe?
Tragué grueso.
— Solo sé utilizar mis habilidades femeninas LD, quería privacidad, tengo privacidad.
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Todo Por Un Match
RomanceGracias a una noche de borrachera Aleah termina creando un perfil en YourDate, una aplicación de citas en la que misteriosos hombres de la élite neoyorquina buscan hacer Match con las chicas de la ciudad. Christopher quién es amigo del creador de la...