Pensamientos irracionales (Tinber Bell x Vidia)

Capitulo 1

Después del picnic que tuvieron las hadas con Elizabeth y su padre, todos se separaron a sus respectivos hogares a descansar, pero Tinker Bell fue a ver a Terence y Vidia rodó los ojos hastiada así que se dirigió rápidamente a su pequeño ciruelo amargo, había sido un día ajetreado ya que fue junto con los demás a rescatar a la hada rubia, quería descansar, sin embargo un pensamiento todavía la perseguía: que no pudiera haber rescatado a su compañera y haber provocado algo peor, no obstante tuvo la suerte de que la niña era una dulce chica, amable y agradable con las hadas. Se fue a su pequeña cama, se recostó y miró el techo. 

-¿que habría pasado si de verdad, hubiera sido lo contrario? -susurró en sus adentros Vidia. Aun no comprendía porque le aterraba ese "hubiera", ese escenario que nunca pasó. -¿podría haber soportado ser parte de ello? ¿de que por mi culpa, nunca pudiéramos ver a Tinker Bell? -acostada en su cama se dio la vuelta mirando la pared de su fruto. Un silencio invadía su mente, después de unos minutos suspiró y se dijo a si misma que no tenía caso alterarse, lo único que importaba es que Tinkerbell llegó a Pixie Hollow sana y salva junto con sus amigos. Al cabo de unos minutos  se quedó dormida. 

*****

Bobble y Clank llegaron a la zona de las hadas artesanas y se sentaron en una mesa de madera. Estaban algo cansados. 

-vaya aventura fue ¿eh? -comentó Bobble con una sonrisa mientras le daba un suave codazo a su mejor amigo. 

-eso es verdad, fue épico. -dijo mientras asentía Clank. 

-fue impresionante convivir con unos humanos. Si que Tink no le teme a nada y a nadie. -exclamó Bobble mientras ponía una mirada amorosa dirigida hacia la nada recordando a su amiga rubia. 

-es muy inteligente también. -describió Clank poniendo la misma mirada de su amigo. -aunque creo que nada de esto habría pasado si Vidia no hubiera trabado la puerta de la casita que hizo la niña encerrando a Tinker Bell. 

La hada Mary pasaba a lado de ellos con su ábaco realizando cálculos, sin embargo escuchar lo ultimo que dijo Clank la sacó de sus tareas y se acercó a ellos rápidamente. 

-¿Que Vidia hizo que? -preguntó preocupada la mentora y las hadas jóvenes se asustaron ante su repentina pregunta. -¿Qué fue lo que pasó afuera? 

El joven de gafas de agua y su amigo se miraron entre sí, no sabían qué responder, sin embargo ante la mirada expectante de la hada Mary se sintieron intimidados. 

*****

Vidia escuchó una voz que la despertó de su sueño, se quedó dormida durante un buen rato, era muy temprano, pasó toda la tarde noche dormida. Se levantó, se frotó los ojos, se acercó a la puerta de madera, a través de un hoyo que tiene, esta pega su ojo para ver quién la molestaba a esas horas. 

-¿Tink? -pensó en sus adentros. Su visita repentina a su casa la sorprendió. Sin embargo no dejaría que se notara la sorpresa en su mirada. Abrió la puerta poniendo su mirada de hastío. -¿qué necesitas? 

Tinker Bell le lanzó una sonrisa, incómoda. No sabía qué decir ya que nunca había visitado la morada de la hada de la tormenta, sentía que había invadido el espacio personal de Vidia. Después de ir con Terence, recordó que nunca le había agradecido sobre lo que hizo, cuando supo que Vidia fue quien trajo sus amigas le sorprendió aquel gesto, cuando vio que ella arriesgaría su vida por salvarla también, incluso cuando ella por primera vez admitió dejando a un lado su orgullo que fue su culpa que ella estuviera atrapada en aquella casita que construyó la pequeña. Al parecer ella tenía un lado que no se lo mostraba a cualquiera, y quería conocerla. 

Estando enfrente de la hada de la tormenta, suavizó su sonrisa convirtiéndose en una sincera. Vidia notó eso, sin embargo mantuvo su expresión hastiada e indiferente.

-voy a preguntar de nuevo, ¿qué quieres tomatito?- preguntó con una sonrisa de manera burlona, cruzando los brazos. 

Tinker Bell deshizo su sonrisa ante aquella ultima palabra. 

-¿tomatito?- preguntó con el ceño fruncido, no le gustó para nada la palabra, mucho menos aquel tono que utilizó, sin embargo intentó restarle importancia tratando de suavizar su entrecejo. -bueno no importa, ¿puedo pasar? -preguntó mientras señalaba el interior del hogar con su dedo. 

-¿pasar?, ¿por qué dejaría pasar a una tomatito que sirve nada más para generar problemas? -preguntó Vidia mientras se recargaba en el marco de la puerta,  sus palabras denotaban acidez y su mirada se mostraba petulante llena de sorna. 

-¿eh? espera espera,- Tinker Bell intentó controlarse evitando caer en las provocaciones, sin embargo su rostro empezaba a mostrarse rojo. -te recuerdo que fuiste tú quien me trabó la puerta. -dijo señalándola con su dedo. Vidia no dejaba de sonreír, en sus adentros disfrutaba molestar a Tinker Bell, sin embargo, ella reconoció que era verdad. Antes de que volviera a provocarla, otra hada de tormenta llegó con ellas interrumpiendolas.

-Vidia.-llamó la hada mirándola. -La reina Clarion solicita su presencia lo más pronto posible. 

-¿que?- preguntó abriendo los ojos como plato la pelivioleta. Miró a Tinkerbell y después a la otra hada de la tormenta. Suspiró y se fue sin decir nada más. 

Tinker Bell no esperaba que la Reina Clarion la llamara, quería saber para qué, así que decidió seguirla desde lejos para que no se diera cuenta Vidia. Mantenía una distancia segura para evitar revelar su presencia. La hada de la tormenta llegó a donde la esperaba la reina Clarion, estaba dentro de un grueso tronco siendo este el piso, alrededor había ventanales curvadas. A lado de la hada dorada, estaba la hada Mary con una mirada seria y con el cejo fruncido, en sus manos tenía el ábaco. Y atrás de ella estaban Clank y Bobble inquietos, mirando el suelo mientras movían nerviosamente sus manos, sabían que algo malo iba a pasar. 

La joven hada de la tormenta entró acercándose a quienes la esperaban. Tinker Bell se escondía en un ventanal asomando disimuladamente para ver qué ocurría. Vidia se tocó su brazo empezando a sentirse nerviosa. 

-h..hola Reina Clarion, -saludó temerosa Vidia. 

-hola Vidia. -dijo la Reina seriamente. -Me enteré de lo que ha pasado contigo y con Tinker Bell. Ellos me contaron lo ocurrido. -señaló con su mano a las hadas artesanas que estaban ahí presente. Bobble y Clank estaban apenados. 

-¿de qué?- preguntó Vidia intentando aparentar la calma. 

-de la ultima "experiencia" que tuvieron ustedes, con los humanos. Afortunadamente no pasó a mayores, pero quiero preguntarle algo. -habló la hada reina. -¿que intención tenía cuando encerró  a Tinker Bell en aquella "casita" que hizo la niña para las hadas? 

Vidia y Tinker Bell desde sus lugares abrieron los ojos como platos. Vidia no dijo nada. Estaba sorprendida de que la gran máxima autoridad supiera todo lo ocurrido, sin embargo, al tomar en cuenta que estaban Clank y su amigo estaban presentez, entendió que estaba en un problema. 

-pues....solo quería darle una lección de que no tenía que confiar y entrar a lugares que no son seguras o que carecemos de aquella seguridad. -dijo la pelivioleta mirando a la hada Mary quien le lanzaba una mirada de desconfianza. 

-¿y cómo se comprueba que dice eso realmente?, debo recordarle que en los inicios de Tinker Bell, usted la incitó a destruir todo lo planeado para la primavera, lo cual si no se hubiera logrado gracias a ella, habría sido un gran problema para nosotras las hadas y para el mundo real, aquella vez fui tolerante....-la voz de la reina era poderosa y autoritaria, sin embargo estaba calmada, todos los presentes estaban admirados por la manera en que hablaba, no sabían si estaba enojada o tranquila. -sin embargo, me temo que por el bien de Tinker Bell como lo aboga la hada Mary, tendré que sancionarla por su bien y por los demás, ya que también expone a terceros en situaciones que podrían resultar lo contrario.  

-¡espere!.. espere por favor Reina Clarion, -suplicó la hada de la tormenta. -en verdad, mi intención no era lastimarla ni herirla, sé que fue un comportamiento demasiado infantil e injustificable. 

-asi es, ya que usted sabe eso, tendré que exiliarla de Pixie Hollow, mandándola a tierra firme. 

-¡que!- gritaron todos al unisono.