Narrador omnisciente.
Las clases de ese día por fin habían acabado.
El grupo de amigos vigilaban un poco a ______, algunos eran disimulados, otros no demasiado. Rocío se percató de esto, y ahora en ella habrían sembrado una duda.
¿Qué ocurría con _____ para que estén preocupados con ella?
Sin embargo, el placer de cuidarla les duró poco. Ya era la hora de salida y ______ estaba más que preparada para ir a la casa de su amado.
Ella sabía lo que ocurriría ahí dentro, y estaba más que preparada.
Osvaldo y Samantha habían quedado en ir a un supermercado para llenar la alacena de el más alto, ya que para los ojos de Rivers, este estaba vacío.
Mientras, Roier, Aldo y Rocío junto con los dos Argentinos, iban a la casa de Aldo a jugar Just Dance un rato.
_____ ya se encontraba adentro del coche de su pareja, estaba ansiosa. La noche anterior había soñado con eso y ahora quería vivirlo de verdad.
Por otro lado, Alexis, se encontraba tranquilo. Por fin se haría realidad los sueños que ha tenido desde aquella vez que vió a la chica en la universidad. No había nadie quien pudiera detener tal cosa.
Por suerte el camino fue corto, parecía que las calles estaban a su favor, no había nada de tráfico; cosa que es rara en Monterrey.
Alexis.
Ambos ya habíamos llegado a mi casa. Parecía que mi vecino no estaba, ya que su casa estaba completamente oscura.
-¿Tienes apetito?— pregunté entrando a casa.
- Nop, comí antes de terminar mis clases.
Yo solo asentí y ambos nos sentamos en mi sillón.
-Oye, he notado como los amigos de Osvaldo han hablado mucho de tí.
-Mmm... ¿Hablas de Iván y Rodrigo?— yo solo asentí — Probablemente sea porque les caí bien, hemos quedado justo mañana en jugar Minecraft.
-¿Ah sí?— pregunté alzando un poco la ceja.
¿Por qué ese par tiene que estar tan cerca de _____? Siempre quieren estar pegados a ella. Me he dado cuenta de ello por el simple hecho de que mi ventana de la sala me da visión para ver un poco al patio que tiene Osvaldo.
-Yo creo que le gustas a ambos— comenté haciendo un gesto desagradable.
-¿Por? No creo, creo que no soy el tipo de ambos— me responde con un pequeño rubor en su rostro.
¿Acaso a ella les atrae?
-Por como te miran.
_____ confundida, frunce el ceño y me ve directo a los ojos.
-¿Cómo me miran?— pregunta ladeando levemente su cabeza.
-De la misma manera de la que yo lo hago— Respondí para poner mi mano en su rostro y acercarme lentamente.
-Te miran con deseo, ______...
Escucho como ______ traga su saliva y me empieza a ver nerviosa.
-Pero... aquí hay una clara diferencia — agrega ahora ella acercándose a mí — Ellos a mi no me causan ni un tipo de deseo— ahora solo estábamos a unos cuantos milímetros. Nuestros labios empezaban a rozar — Y contigo lo deseo todo.
Eso fue suficiente para estampar mis labios junto a los de ella. El beso desde el inicio fue con demasiada pasión. Ambos ya necesitábamos de esto.
El único sonido que sonaba en mi casa era nuestros labios deseosos por querer probar más del otro.