Con un brazo roto
Llevaba ya dos días yendo a entrenar con el brazo roto. El primer día todos se sorprendieron al verme allí. Me costó muchísimo hacer las cosas, ya no podía escalar ni colgarme de las barras tampoco tirar en arco, tampoco hacer fuego ni cualquier cosa que se hiciera con dos brazos, y las cosas de un brazo también me costaban porque el brazo roto era el derecho y yo soy diestra. Intenté con los cuchillos, pero no di en ningún blanco, la espada también se me daba fatal ya que no tenía fuerza en el brazo izquierdo y no la podía coger con dos brazos. Era frustrante, directamente ya ni probé la lucha, saldría peor de lo que estoy ahora. Las trampas tampoco eran una opción, porque necesitaba las dos manos. Nada, no podía hacer nada, me sentía inútil.
Pero ese día encontré lo único en todo el salón de entrenamientos que podía hacer bien y con solo una mano. La mesa de plantas y bichos venenosos. Al acabar el tercer día de entrenamiento sabía distinguir todas y cada una de las plantas venenosas y cuando un animal era venenoso. Mi récord de la mesa fue de 30 segundos, pero eso solo fue una vez. Tenía claro que si quería sacar más de un cero en la prueba individual tenía que usar la mesa.
Yo creo que les daba lástima a todos o eso fingían sentir, pero en la Arena yo y todos sabíamos que a la primera a la que intentarían matar sería a mí. Pero eso no me preocupaba. Hunter me había intentado ayudar en los entrenamientos, pero al final siempre acababa rechazando su ayuda. Por ejemplo ahora me estaba intentando ayudar a hacer una trampa.
—Para de enredar la cuerda en mis manos, tienes que girarla al revés.— le reñí.
—Pues deja de intentar hacerlo tú.
—Es que lo tengo que hacer yo.
—Pero no tiene porqué. Tu eres el cerebro y yo las manos. Dime lo que tengo que hacer.
—Para empezar, comienza deshaciendo lo que has hecho hasta ahora.— él hizo lo que le pedí.
—Y ahora dóblala como al principio, solo una vez.— seguí dándole instrucciones hasta que al final nos salió la trampa.
—¿Qué vas ha hacer en la prueba?
—Voy a hacer malabares.— el me miró extrañado— era broma imbécil. Voy a jugar con la mesa de plantas y venenos.
—A es verdad, que eres manca.— le pegué un manotazo— vale, vale.
—¿Y tu que vas a hacer?
—Enseñarles a luchar con espada, ¿Qué te parece?
—Que eso se te da muy bien.
Al acabar el entrenamiento, subí directamente a mi habitación, no me apetecía hacer nada y el brazo me dolía horrores por haberlo forzado todo el día. No cené, tenía el estómago cerrado por los nervios de la prueba de mañana. Me dormí después de un rato dando vueltas en la cama.
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DORADA | Finnick Odair
FanfictionAureum Nicholo, "la princesa" del distrito 1 de Panem, es la favorita de todos, pero eso no la ayuda a librarse de los Juegos del Hambre al ser elegida en la cosecha de los sexagésimo-novenos juegos.