Ultima noche en el Capitolio
Me despierto y me intento estirar, pero hay un cuerpo que me envuelve por completo y no me deja hacerlo. Sonrío, cuando me doy cuanta de quien es, Finnick.
—Buenos días. —una voz ronca de haberse despertado me sobresalta.
—Ay mierda, ¿te he despertado? Lo siento.
—Preciosa, tranquila, no pasa absolutamente nada.
—Vale. —nos quedamos un rato en silencio hasta que el lo rompe.
—Hoy nos vamos.
—Ya. Ojalá nos pudieramos ir juntos, te voy a hechar mucho de menos.
—Aureum, tranquila, nos veremos cuando pases por mi distrito durante la gira de la victoria.
—Ya, pero aun así te voy a echar mucho de menos.
—Yo tambien, pero ya verás como este tiempo se te hará muy rápido. Además, podemos hablar por telefono.
—Fin, ya sabes que Snow...
—Me da igual, no permitiré que me vuelva a separar de ti.
—Vale, tranquilo ya encontraremos una manera.
—¿Sabes que te quiero, no?
—Pues claro, yo tambien te quiero.
—Vale, ahora será mejor que me vaya si no quiero que algunos de tus hermanos mas concretamente Gloss, me arranque la cabeza.
—Vale, ¿nos volveremos a ver antes de que me vaya?
—No lo sé.
—Bueno, por si acaso. Adios, te quiero.
—Yo tambien te quiero, nos vemos pronto.—Antes de salir por la puerta me da un beso y no se porque, pero algo me dice que va a ser el úlimo en mucho tiempo.
• • •
Estoy recogiendo mis cosas cuando alguien llama a la puerta.
—Pasa— grito para que el que hay al otro lado de la puerta me oiga y pase. La puerta se abre y un Avox aparece por ella. Se acerca y me entrega una nota en la que decía que el presidente Snow deseaba verme en su depacho de inmedito. Asiento con la cabeza en direccion al Avox y me voy a ver al presidente.
Cuando entro en su despacho me recibe el insufrible olor de las rosas que ocupan gran parte de ese cuarto, pero no veo al viejo por ninguna parte.
—¿Señor Presidente? —El hombre aparece de repente de una de las esquinas del despacho con una rosa entre los dedos.
—Oh, Señorita Nicholo, no sabia que ya se encontraba aquí.— SE queda observandome unos minutos mientras la rosa gira entre sus dedos.
—Lamento ser grosera Señor Presidente, pero me gustaría que me dijera para que estoy aqui. Tengo ganas de volver a casa, ya sabe.
—Pues claro, siéntese— me señala la silla que hay frente al escritorio. Me siento en silencio y espero a que hable —Bueno, Señorita, enhorabuena de nuevo por sus juegos.
—Muchas gracias, pero supongo que no estoy aqui para elogiar mis juegos.
—Supone usted bien. Pues verá, debido a su actuacion tan magnifica en los juegos y no lo voy a negar, por su belleza tambien, hay muchos miembros del Capitolio, que empiezan a preguntar por usted. Desean conocerla, íntimamente— me quedo congelada— No se si me entiende, ¿me entiende, Señorita Nicholo?
—Si Señor Presidente, pero no entiendo que debo hacer. Vuelvo esta misma noche a mi distrito.
—Si, lo se. Por eso cuando regrese al Capitolio dentro de unos meses, comenzara con las visitas a las casa de los distintos miembros del Capitolio. —Hace una pausa— Debo advertirla que de rechazar esta maravillosa oportunidad podria suponer mas de una baja en su familia y no quiere eso, ¿verdad Señorita Nicholo?— yo niego con la cabeza— por cierto, este tema tambien recae en el Señor Odair, ha llegado a mis oidos que vuelven a estar unidos de nuevo y eso a los miembros del Capitolio no les gustará para nada, asi que si no quiere las mismas consecuencias que le he dicho antes, le recomiendo que se aleje de el. —Asiento con la cabeza una vez más, me duele todo el cuerpo y no puedo ni hablar, solo deseo volver a mi casa y abrazar fuertemente a mi familia— Ya puede retirase— me levanto de la silla mi camino en dirección a la salida cuando vuelve a hablar— Me gustaria que este tema se quedase entre nosotros, Señorita Nicholo.
—No hay problema, Presidente Snow. —Tras decir eso ultimo con la voz más entrecortada del mundo, hecho a correr hasta llegar a mi habitación. Sé que tanto Cashmere como Gloss me han visto, pero no me importa para nada. Quiero llorar y gritar, pero sobretodo quiero deshacerme de ese maldito hombre al que llamamos Presidente.
—¿Aureum? —oigo como dan unos golpes a mi puerta, pero no quiero que nadie me vea así y me prgeunte que me pasa, porque no podré decirles la verdad, por su propio bien.
—¿Que pasa? —intento sonar lo más segura que puedo.
—¿Estas bien? —Es Cashmere.
—Pues claro.
—Vale, es solo que no nos lo ha parecido, como has entrado corriendo. ¿Ha pasado algo con Finnick?
—No, que va. Solo tengo ganas de recogerlo todo y irnos a casa.
—Vale. —Se hace el silencio al otro lado de la puerta, pero cuando pienso que ya se ha ido, la oigo hablar de nuevo —¿Sabes que si te pasa cualquier cosa, nos lo puedes contar, no?
—S-si, claro.
Empaqueto todas mis cosas en una pequeña bolsa, ya que no llevo muchas cosas y slago a reunirme con mis hermanos, los cuales ya estan listos.
—¿Lista? —me pregunta Gloss.
—Si.
—Pues vámonos, que ya nos está esperando el tren.
El camino a casa es agradable, saber que volveré a ver a mi familia me llena el corazón.
Cuando el tren se para en la estacion del distrito 1, los 3 saltamos de él con mucha energía. Cuando salimos al exterior, todo el distrito está allí, celebrando mi victoria, pero a mi no me apetece celebrar nada, solo quiero llegar a mi casa y no salir de ella en todo lo que me queda de vida.
Respondo a todos os del distrito con una sonrisa cada vez que me dicen algo o me felicitan por mi "gran trabajo en los juegos" y cuando llego a casa, Cash y Gloss ya han llegado, y me miran con una sonrisa mientras abarzo muy fuerte a mi madre y a mi padre. Aunque ellos sean muy estrictos a veces, son lo que mas quiero en la vida, junto a mis hermanos. Cuando me separo de ellos veo a Shell abrazando a Gloss, son novios desde hace unos años y yo estoy super contenta por ellos. él me cae super bien y nos llevamos de fábula, así que también le doy un fuerte abrazo, me alegro de verlo.
Estamos un rato hablando todos juntos, pero cuando me entra el cansancio, me retiro a mi habitacion.
No he pensado en todo el día en lo que me dijo el Presidente Snow, pero ahora que estoy sola y con la cabeza despejada, no hay otra cosa en la que pueda pensar. Me ha dicho que me tenía que alejar de Finn, y eso duele mucho, muchísimo. Ahora que lo he recuperado, soy yo la que lo tiene que dejar, pero es eso o que mueran todos mis seres queridos, incluido él.
Así que si eso es lo que tengo que hacer, lo haré. Me olvidaré de Finnick Odair.
. . .
Siento haber estado inactiva, pero he vuelto y pienso escribir muchuos más capitulos, y más seguidos.
Con cariño, NAERA❤️
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DORADA | Finnick Odair
FanfictionAureum Nicholo, "la princesa" del distrito 1 de Panem, es la favorita de todos, pero eso no la ayuda a librarse de los Juegos del Hambre al ser elegida en la cosecha de los sexagésimo-novenos juegos.