prólogo

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Cada quinientos años, se da la reencarnación del pecado original y el espíritu de Dios. Esta reencarnación es controlada por una sociedad altruista de Sacerdotes que desde el principio de los tiempos lucha encontra de estos.

Con cada reencarnación que no es regulada, sucesos desafortunados se ocasionan con la presencia de estos.

Sellar, ocultar y proteger hasta que la energía del pecado desaparezca por completo. Esa es la forma que desde el principio de los tiempos los sacerdotes aplican para evitar que el equilibrio del mundo se corrompa.

La realidad es que, el niño que nazca con el espíritu de Dios, vive el resto de sus días con normalidad siendo apreciado y amado por la familia que lo concibió. Sin embargo, el niño que nazca con la maldición, es secuestrado, sellado y contenido hasta que perezca en su contenedor.

No era complicado detectar donde estos iban a crearse, de hecho, hasta tenían un gran sistema para poder dar rápido con ese pecado original. La historia era repetitiva, si el pecado original nacía, la muerte se propagaba de forma veloz. Terremotos, tsunamis, tornados, guerras, violencia, etc. Sin excepciones, este debía ser encontrado y secuestrado para evitar que su poderosa energía maléfica se esparza de forma acelerada por todo el planeta.

Algo que ciertamente no todos los humanos podían ver eran la cantidad prolongada de maldiciones que nacían con este. Cada vez que el pecado original llegaba al mundo, los demonios traspasaban un "portal" inexistente y hacían mella en la sociedad.

Estos viles seres se ponían en la campaña de manipular a las personas poderosas para que, actúen de forma malvada. Dictadores, asesinos, violadores y incluso, en su haber estaban lideres religiosos de sectas que eran mucho peor de lo que uno se podría imaginar.

Estos seres se hacían cargo de corromper las almas susceptibles. Si, Dios lo permitía y había alguna razón que escapaba de aquellos sacerdotes que eran avalados por el propio vaticano.

Cuando la fecha llego, ambos niños llegaron a este mundo, fue simple encontrar al espíritu que envió Dios a este mundo para luchar encontra del propio pecado original. Sin embargo, el que jamás fue encontrado fue aquel pecado.

Si bien los demonios se hicieron presentes en el mundo, aquella concentración de energía maldita que devastaba todo a su paso y producía un horrendo olor no se halló.

Todos los padres de aquella división se dedicaron a recorrer todos y cada uno de los rincones del planeta en busca de aquel pecado original que jamás fue hallado. Era un problema el no encontrarlo, si bien las maldiciones que se hicieron ver en el mundo fueron derrocadas de forma algo acelerada, el temor de que este se mantenga con vida era algo que sinceramente helaba la sangre de quien entendiese el peligro que significaba su existencia.

Era cruel tener que tomar a un niño o niña que nacía siendo portador de la marca. Tener que seccionarlo en partes para evitar que su poder se ramifique, tener que sellarlo en diferentes contenedores y para colmo, en muchos de los casos, ver como familias quedaban destruidas por la pérdida de un pequeño.

Habían implementado unos "clones" de aquel recipiente, los sustituían cuando se llevaban al niño y luego, estos morían por una complicación medica de forma rápida.

De esa manera, jamás había forma de tentar a la sociedad de investigar mas sobre aquello... sin embargo, como siempre existe un pero y este era enorme en este cruel instante. Había un niño allá afuera que llevaba un año evadiéndolos. Ese era el pecado original que ya habitaba aquel mundo. Era algo "extremista" pensar que un niño de tan solo un año podría causar males, sin embargo, aunque no lo pareciera, que este se haya ocultado de forma inteligente lo único que hacia era pronosticar una guerra que pronto se iba a dar.

Damnatus (NaruHina Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora