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- Naruto – Shikamaru llamo al niño que estaba sentado al borde de aquella galería mirando a la niña de cabello negro entrenar.

Este se giro hacia el algo curioso - ¿Qué paso papá? – el niño miro al hombre que se sonrió al escuchar aquella palabra. Shikamaru sabia que ese niño le decía papá de forma voluntaria. Jamás le pidió que lo llamara así, sin embargo, este opto por hacerlo de forma voluntaria.

- te estuve buscando. Debemos entrenar – el miro a Hinata que estaba practicando sus artes divinas con muchísima concentración- ¿te gustaría tener ese poder? – el niño observo a la chica un momento para luego fruncir sus labios levemente.

- ¿Por qué ella... tiene tanta fuerza? – el niño miro al hombre que se sentó a su lado – Nosotros no somos tan fuertes – el niño miro al castaño que se sonrió.

- No tenemos ese don. De hecho, solo parece que tu puedes tener fuerza bruta debido a nuestro clan – el muchacho le sonrió al rubio que frunció su ceño.

Ni bien llego a aquel templo hace dos años atrás, el niño fue obligado a utilizar la energía oscura. Para "suerte" de Shikamaru y de él, Naruto fue incapaz de utilizarla por lo que, se le permitió estar en el lugar. Eran contados con los dedos de una mano los sacerdotes que no podían utilizar la energía maldita para exorcizar. Estos solo utilizaban las artes marciales en conjunto a herramientas benditas para este tipo de trabajos. Sin embargo, en el caso de Naruto, algunos de aquellos sacerdotes sospechaban de ese niño.

Un Akita que pueda ver demonios y no pueda usar energía maldita o bendita era realmente extraño y a decir verdad, en ese clan, desde hace siglos que no nacía uno de estos.

- ¿fuerza bruta? – el niño miro sus manos – pero... - el recordó como el dia anterior lo pusieron a entrenar su fuerza interna y no logro mover la piedra que se encontraba en el medio del dojo.

- calma – Shikamaru divertido despeino su cabello – con el tiempo lograras mover lo que fuere. Por ahora, solo disfruta el entrenamiento – el niño asintió confiando en las palabras que su padre y mentor dijo.

El mayor se levanto mirando un momento al espíritu de Dios entrenando con todas sus fuerzas en aquel lugar. Noto la intensidad con la que esta golpeaba. Sin dudas Naruto estaría a años Hinata de igualar su fuerza, o quizás, a decir verdad, nadie en el mundo estaría al nivel de esta... incluso, si era sincero, el propio pecado original estaba en desventaja de igualarlo.

Solo una vez se dio su lucha... la forma estrepitosa en la cual el pecado fue derrotado por el espíritu de Dios fue realmente humillante para cualquiera que apoyara al lado oscuro de la fuerza.

- saldré en una misión hoy – Shikamaru miro al rubio que puso nuevamente su atención en el – probablemente vuelva en unos días. Aún estamos detrás del pecado original... ya sabes, debemos atraparlo antes que sea muy tarde – el niño asintió entendiendo aquello – compórtate y se obediente.

- Si – Naruto asintió viendo como el adulto le sonreía acariciando su cabello.

Shikamaru se fue del lugar dejando al niño solo en la galería. Al cabo de un rato, Hinata termino su entrenamiento por lo que, se acerco a sus padres comenzando a charlar con estos. Otto y Hana se encontraban maravillados con la niña al igual que sus hermanos que, al ver la fuerza divina que su hermana menor tenia se sentían "bendecidos" por el propio cielo. Si tenían de su lado a aquella muchacha, no habría nada que los detenga.

- ese niño siempre esta solo... ¿y sus padres? – Hinata miro a Otto que no le respondió en ese momento.

Otto conocía la historia del pequeño rescatado de una secta desbastada por la crueldad humana – no todos tienen a Dios de su lado.

Damnatus (NaruHina Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora