𝟒𝟒 ¿𝐀𝐝𝐢ó𝐬?

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El tiempo pasa como agua entre las manos

—Hasta la próxima semana, doc

Él niega—No

Me confundo—¿Quiere cancelar la siguiente sesión?—Pregunto incrédula

—Tampoco

La emoción crece dentro de mi pecho, como una luz que se exparse, en mis ojos hay lagrimas, pero también hay una sonrisa amplia en mi rostro

—¿Es lo que yo creo que es?

Me regresa la sonrisa—Esta fue nuestra última sesión, Selene, te estoy dando de alta

—Joder— sale de mi, junto a las lágrimas, estoy orgullosa de mi—Muchas, en serio, muchas gracias

Nos sonreímos y Colgamos

Por la noche a Carlos y a mi familia se le hizo "Gracioso" hacerme un pastel que dice "dépression" tachado

Todos están aquí, felicitandome, abrazandome, incluso Jerome

Hemos tenido tiempo de hablar, creo que somos amigos, ha sido difícil para los dos, ambos teníamos que sanar, que lástima que tuviéramos que hacerlo solos, separados

Pero lo hicimos, lo hicimos bien

Me abraza con fuerza, y yo he extrañado tanto esto— Estoy orgulloso de ti, sabia que podías hacerlo— me da una sonrisa sincera, y yo guardo el sentimiento de esperanza,  esperanza a volver a estar juntos

Pues se que aun lo amo, pero lo amo sanamente, lo amo, pero me amo más a mi, y aun que se siente diferente, aun se siente intenso, aun que no se que sienta él, solo espero hablarlo pronto

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George me lleva al doctor con urgencia, no paró de llorar, mientras Emma me pega en las manos cada vez que intento rascarme

—¿Cómo es que nunca te había dado varicela?— Pregunta Carlos

Voy a estar en cuarentena unas semanas, Carlos me vendo las manos para que no me rascara, pero todo me duele horrible

Paul me ha estado dejando malteadas todos los días, están deliciosas y agradezco que no me duele tomarlas, pues la comida no es nada agradable ahora

Tocan mi puerta—Pasa, Paul

Abren la puerta, Jerome se queda recargado en el marco de la puerta—No soy Paul

—Lo note, vete, no te quiero contagiar— me limpio las lagrimas

Él me hace una mueca y entra—A mi ya me dio, de niño, ten, con esto se te bajara la comezón— Me la estira

Le doy una mala cara—¿Y como me la pondré, genio?— le muestro las manos

Se ríe—¿Dónde te duele más?

—En la cara— Hago un puchero, reteniendo las lagrimas de nuevo

Jamás me había dolido tanto el cuerpo

Se sienta enfrente de mi, se acerca y empieza a untarme la pomada

Me mira como si me quisiera besar, como antes

—No me veas así—pido, débil

Deja de ponerme la pomada—¿Así cómo?— sonríe

Me sonrojo y bajó la cabeza—Simplemente no me veas, estoy horrorosa— vuelvo a llorar

Jerome me obliga a verlo—Eso no es cierto, no podrías verte mal aun que quisieras— me abraza

No somos nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora