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Mazimiliano

Mierda, otra vez estaba ese señor ahí, sentado en las gradas, sin moverse un milímetro, sin quitar su vista de mi.







Como cada jueves estaba en mi entrenamiento de Basketball, practicando tiros y pases con Fred, mi gran mejor amigo desde que nos mudamos a Los Ángeles en Estados Unidos.

Haberme ido de mi país natal, Alemania, a los 13 años me había llevado varios problemas para hacer amigos, si de por sí no tenía casi amigos allá se me haría imposible hacerlos aquí.

Conocí a Fred en la escuela, tal vez un par de semanas después de que yo entrara a clases, nos tocó hacer equipo para entregar un trabajo y desde ahí comenzamos a hablar.

Fred era el típico niño "popular" de la secundaria, rubio, de ojos claros, atractivo, inteligente, atlético, y de todo, que las niñas querían con él, pero a él siempre le gustó la misma y ella no le hacía caso, esa chica era mi hermana, el que se llevaba bien con toda la escuela, con los de todos los grados y todos los profesores, tenía buenas calificaciones, uno que otro reporte, etc.

A partir de nuestra amistad en la escuela un día nos pusimos a jugar basketball en uno de los descansos de clases, lo hacíamos casi todos los días hasta que me invitó a ir a entrenar con él por fuera, acepté una semana y ahí descubrí mi pasión por ese deporte.

Volviendo al tema.

Me le quedé viendo por un momento al señor rubio.

- ey, qué tanto miras? - dijo Fred lanzando el balón a mi dirección.

- a él - señalé con la mirada y atrapé el balón entre mis manos.

- él de nuevo? Cuál es su problema contigo? Qué tiene contigo!? - le volví a lanzar el balón para comenzar a hacer pases y dejar de mirarlo.

- no lo sé, me da mucha intriga saber qué quiere ese viejo, van un par de meses que viene todos los días del entrenamiento a verme, todo el tiempo siento su mirada penetrándome - nos lanzábamos el balón una y otra vez.

- no será un caza talentos? Así reclutan a los mejores jugadores jóvenes y luego los llevan a las ligas mayores.

- por Dios, no te creas todo lo que ves en la tele, hay posibilidades, pero de igual manera comienza a darme miedo, él sabe que sé que me ve, quiere que lo vea.

- a lo mejor y es un cerdo y le gustas, podrías ser su putita y ganarte uno que otro billete - dijo riéndose, qué asco.

- cállate, que repugnante, tú eres el cerdo por pensar en esas porquerías, además, sabes perfectamente que yo no necesito dinero.

- lo dices por la parte en la que tu cuñado es un ex guitarrista famosísimo o por la parte que te ganas tus buenos 100 dólares siendo de pizzero?

- la segunda, sabes que yo no necesito el dinero de Tom, no me gusta que se gaste su dinero en mi, prefiero que aunque tenga mucho lo gaste en su hijo y en mi hermana - mierda, no debí haberla mencionado.

- tu hermana - suspiró - algún día me hará caso, yo lo sé.

- dentro de 3 años, aún tienes 18 y ella tiene 25, y sabes que en un par de meses cumple 26.

- y eso que tiene que ver? Para la edad no hay amor.

- ya cállate, y me voy yendo porque tengo que ver al entrenador para ver lo de la final de este sábado.

- tenemos que ganar! Es el partido final de la temporada!

- dímelo a mi, me está presionando mucho eso.

Esto no puede ser || Bill Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora