28.2

30 2 0
                                    





Samantha


Habían pasado 3 días, pero no podía esperarme, no podía dejar qué pasara más tiempo, tenía que verlo, tenía que hacerlo. Tom me había comentado que ya se había reencontrado con él, pero yo.....yo no.

De un momento a otro ya me encontraba en el elevador del hotel, repasando que era lo que diría, que haría. Estaba emocionada de volver a verlo después de 5 años, pero tenía miedo, miedo de que no me reconociera, miedo de que alguien más abriera la puerta del hotel, miedo de que él ya fuera feliz con alguien más, que él haya logrado salir adelante sin mi, de qué logró sacarme de su corazón y yo no pude, yo no pude dejarlo de amar.

Pensaba si se vería igual a antes, su pelo peli negro y parado, su piel de bebé, sus ojos almendrados rodeados por ese maquillaje negro que le daban ese toque de profundidad, su pearcing en la ceja y lengua, sus uñas largas y pintadas de negro con una línea color blanco al final de estas, vestido de negro con ropa súper ajustada y súper extravagante. Por un momento descarté la idea de que ahora se viera así ya que lo reconocerían en la calle luego luego.

Mientras subía en el elevador no podía dejar de tocar ese tatuaje de estrella que me había hecho en la muñeca por él, lo rosaba con los dedos recordándolo a él, recordando cómo lo hacía él.

El elevador se detuvo en el piso 16 y las puertas se abrieron lentamente. El estómago se ve revolvía y las piernas me temblaban a más no poder, sudaba demasiado y constantemente se me iba el aire. Estaba demasiado nerviosa.

Si no hubiera sido porque un hombre entró al elevador y picó un botón para bajar a la primera planta, me hubiera quedado ahí, sin el valor de ir a buscarlo.

Mis piernas flojeaban, tenía un nudo en la garganta y no podía dejar de mover mis manos.

Hasta que por fin, me encontraba frente a la puerta de la habitación 785, intentado calmar mi respiración y mis nervios. Intentado organizar las ideas en mi cabeza, para que al momento de hablar mi lengua no se trabara y mi cerebro no se atrofiara.

Después de estar unos minutos parada frente a la puerta tuve el valor de tocarla, de golpear mis nudillos contra esta para que se diera cuenta de que estaba ahí.

No sé cuánto tiempo pasó, pero cuando me di cuenta alguien me estaba abrazando, estaba inmóvil por ese cálido abrazo.

- estás aquí..... - la voz proveniente de la personas que me abrazaba comenzaba a hacerse presente en mi mente, comenzaba a escucharlo levemente, no reconocía la voz.

Se separó de mí después de unos segundos y pude verlo rápido. No era Bill. Se limpiaba las lágrimas de los ojos con las mangas de su chamarra y no podía observar bien su cara.

Su pelo era güero, lacio y caía por sus hombros, de lo poco de lo que le podía ver la cara podría observar que tenía barba, barba un poco corta, la manga de su chamarra de uno de sus brazos la tenía arriba, su brazo estaba todo tatuado.

Finalmente quitó su brazo de su cara y pude verlo.

Lo vi a los ojos.

Lo ví a él.

Sus ojos almendrados, no tenia maquillaje alrededor de estos, pero tenían el mismo brillo hermoso que siempre destellaban.

Mi Bill.

Estaba ahí.

Reaccioné tarde, pero lo hice. Lo abracé con todas mis fuerzas. Las lágrimas brotaban por mis ojos. No podía soltarlo.

Después de estar un rato aferrada a él como niña pequeña me invitó a pasar su habitación de hotel. Platicamos un buen rato, poniéndonos al corriente en nuestras vidas.

No podía evitar mirarlo con ojos de amor, seguía completamente fascinada y enamorada de él, era el amor de mi vida.

Estuvimos platicando un par de horas en el hotel, pero decidimos salir a un parque ya que el ambiente era tenso entre nosotros dos encerrados en cuatro paredes, no podía lanzarme a sus brazos y juntar nuestros labios, no podía hacer eso, ahora estaba comprometida con Tom. Después de todo respetaba la relación que ahora tenía a pesar de haberme reencontrado con el amor de mi vida.

Estábamos en el parque, no decíamos nada, era un silencio, pero no era incómodo. Disfrutaba estar así, tan solo mirándonos el uno al otro, comunicándonos con la mente , sin decir nada, no teníamos que decir nada. Era como aquellos momentos de hace 5 años, en los que estar de esa forma era lo mejor que Bill podía darme, con ese silencio, esas miradas me demostraba el amor que tenía por mi, se sentía en la atmósfera.














Tom

Todo estaba tan confuso para mi, a pesar de que ya había visto a Bill con anterioridad no tuve el valor de preguntarle sobre él y Samantha, prioricé otras cosas como en donde había estado y con quién, cómo había hecho para irse sin que nadie lo viera, etc.

Había estado un poco distante con Samantha, ya que no sabía cómo controlar mis sentimientos, como mirarla a la cara sabiendo que no me ama, que ella ama a mi hermano...

Salí a dar la vuelta al parque, estos días comenzaba a visitarlo más seguido, para respirar un poco y despejar mi mente, pero esta vez todo fue diferente.


Estaban ellos dos ahí.

Bill y Samantha.

Ambos se miraban con ojos de amor y con sonrisas bobas de adolescentes.

Eso no fue lo que más me dolió, lo que más me pegó fue que la besó.

Ambos se correspondieron el beso que no duró más de 15 segundos, pero se veía que era un beso de amor.

Ella se separó de él y volteó su cara a un lado evitando que se volvieran a besar. La cara de ella tenía una expresión de melancolía, de decepción, la de él reflejaba una expresión de confusión.

Pude leer sus labios.

"No puedo hacer esto Bill, te amo, te amo como a nadie he amado, pero ahora estoy comprometida con Tom, no puedo"

Se partió a llorar y antes de que Bill pudiera decir algo o consolarla ella se marchó mientras limpiaba las lágrimas que caían sobre su rostro con las mangas de su sudadera.

Gracias a esto me di cuenta de lo que debía de hacer.

La boda era en 5 días, pero yo no le podía hacer esto a Samantha ni a Bill.

Su amor es correspondido, el mío no.

No podía amarrar a Samantha a mi, a una persona que no ama.

No podía quitarle al amor de su vida a mi propio hermano gemelo, y menos si es que su amor le corresponde.

La dejaría ir.

Dejaría que ambos fueran felices juntos, y con su hijo.

Ellos eran una familia. Yo era el que sobraba.

Yo no debía estar ahí.






👇🏻👇🏻👇🏻👇🏻👇🏻👇🏻👇🏻👇🏻👇🏻👇🏻👇🏻

Ay, me partió el corazoncito este cap por Tom. ¿Creen que su decisión es la correcta? Si no ¿Qué creen que debería hacer?

💖.

Esto no puede ser || Bill Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora