Esto no puede ser || Bill Kaulitz

18.

Narrador

Habían pasado 5 meses desde que nuestra pareja favorita se había arreglado. Ya eran 7 meses de relación, 7 meses juntos, 7 meses compartiendo su día a día. Se veían cada que Bill se podía escapar de su hermano sin que lo viera o sospechara de él. Decidieron mantener la relación en secreto, obvio que solo sabían Arthur, Mazimiliano y Dany, nadie mas. Bill tenía miedo de perder al amor de su vida a cambio de su hermano gemelo. O perder a su hermano gemelo a cambio del amor de su vida. Él no pensaba arriesgarse, y Samantha estaba de acuerdo con todo lo que él dijera.

Ella lo amaba con todo lo que tenía, así tuvieran que verse a escondidas, era un amor prohibido, prohibido por Tom y por Jost.

Tom le había contado a Jost lo que su hermano pensaba al respecto de Samantha. Este pensó que sería muy malo para la imagen de los chicos que saliera que Bill se había enamorado de la "novia" de su hermano. Amenazó con derrumbar a Samantha, prohibirle que vea a Bill o alguno de los chicos, dejarla en la calle, no darle ni un centavo más. Ambos aterrorizados de David decidieron jamás hacer pública la relación.

Las cosas fluían con normalidad, pero no todo es color de rosa, no todo es esta vida es felicidad.

•••

Samantha

- Samy, a qué hora va a llegar Bill? ya tengo hambre.

- ya no ha de tardar, mientras ayúdame a poner la mesa.

- está bien - mi hermanó caminó hacia la cocina para ir por los vasos - cada vez me gusta más que Bill venga a comer, ya no somos solo los dos.

- me alegra que te guste y que te haya caído bien, eres mi hermano y siempre voy a tomar en cuenta tu opinión.

- más te vale, yo no voy a permitir que mi hermana salga con un cualquiera.

Comenzó a sonar mi celular.

- pon las servilletas, dame un minuto.

Fui por mi celular, pensado que era Bill. Pero no lo era.

Llamada entrante de 43**56****
Contestar

- bueno? - contesté sin saber que esa llamada me destrozaría, a mi y a mi familia...

- hablo con la señorita Samantha Leth?

Ding Dong

- sí - fui hacia la puerta y abrí - quién habla?

Bill estaba recargado sobre el marco de la puerta sonriéndome coquetamente, me escaneó con la mirada.

- hablo desde el hospital - Bill me tomó por la cintura y me levantó unos cuantos centímetros del suelo, mientras dejaba muchos besos por toda mi cara y cerraba la puerta.

- sí? Qué sucede? Todo está bien? - me alejé un poco de él - bájame - dije en un susurro para que no me escuchara la señorita de la llamada.

- a mi también me da gusto verte - me bajó y dejó un beso en mi cabeza para ayudar a mi hermano a terminar de poner la mesa.

- su madre...

- sí, lo siento, permítame un segundo - tapé el micrófono - espérenme, si quieren mientras váyanse sirviendo - regresé a la llamada - sí, qué pasa con ella? - caminé a mi habitación para que no me escucharan hablar.

Bill

- pon el plato en la mesa, lo vas a romper.

- yo? Se supone que yo soy el que debe decirte eso, soy el mayor aquí.