13.

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Samantha

- ay Sam, solo son celos.

- celosa yo? pues si, Bill es MI novio, y si me dolió que dijera que no era nadie, encima con ella, aunque supongo que llegó a ser alguien muy importante para ellos, pues el cómo se hablaban reflejaba el cuanto la llegaron a extrañar, supongo que yo no tengo nada que hacer cerca de ellos si está ella, a lo mejor y solo soy un reemplazo para ellos.

- por qué piensas eso?

- porque en cuanto ella se fue yo aparecí y prácticamente ellos fueron los que me buscaron.

- no pienses en eso, solo vuelve a intentar hablar con Bill, no se pueden quedar las cosas así de tensas entre ustedes, apenas llevan dos meses y ya tienen problemas, así no les va a durar nada la relación.

- mejor cállate Arthur, voy a casa de Georg, seguramente ahí va a estar él..

- y ella...digo, con cuidado, por ahí me lo saludas.

- sabes que no.

- yo solo decía.







Mierda mierda mierda, no quería perder a mi novio porque su ex regresó, no lo iba a dejar ir así de fácil, iba a pelear por él si eso era lo que quería, tendría que pasar sobre mi cadaver si quería quedarse con Bill, yo en serio pensaba que podía tener algo lindo con él, y ella no iba a aplastar eso.



- enana, si viniste.

- quién es Georg?

- Sam, pasa, pasa.

Entré al departamento, saludé a Georg y a Gustav, después a Tom. Me acerqué a la sala, y ahí estaban Bill y ella sentados en el sillón, juntos, él tenía su brazo sobre el respaldo por encima de la cabeza de ella.

No quería saludar, así que solo sonreí y asentí, queriéndome evitar la penosa escena de presentarnos, pero ella misma me detuvo.

- hum, lo siento, la vez pasada no tuvimos la oportunidad de presentarnos, pero soy Karla, Karla Alvarado - me tendió su mano.

- Samantha - dije

- Mildred.

Dijimos Tom y yo a la vez.

- Mildred Samantha - dije

- Samantha Mildred

Ella solo nos veía con cara de confusión.

- Mildred Samantha, pero dime Samantha - estreché nuestras manos.

- un gusto.

- Karla, ella es mi novia.

Lo escuché, pero no provenía de quién quería que fuera, no era de mi verdadero novio, si no del ficticio, Tom.

Para evitar explicaciones me fui a entera al sillón con Tom, mientras ellos seguían conversando felizmente y se olvidaban de mi presencia.

- aun recuerdo la vez que te escapaste de tu casa un fin de semana entero solo por nuestros cumpleaños.

- yo también, mi tía me amenazo con no volver a dejarme salir de la casa, pero después se le olvidó y comenzó a despreciarme de nuevo, pero valió la pena, era el cumpleaños de mi mejor amigo y de mi novio.

Seguía repitiendo esas dos malditas palabras, quería ahorcarla.

- es cierto, pero, tu padre te volvió a mandar con esa bruja? - Gustav habló un poco molesto.

- humm...- evitó la pregunta - recuerdo que en su cumpleaños me picó un bicho en la pierna y pensé que me iban a cortar la pierna.

- Karla - bajó la mirada - no evites la pregunta - Bill la tomó por la barbilla subiendo su mirada - dime, regresaste a vivir con tu tía?

Esto no puede ser || Bill Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora