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Sammy

Bueno, hoy era mi cumpleaños, lo que significará que en una semana era mi boda, me casaba con Tom después de 5 años de relación y 7 en los medios.

Estaría casada con Tom Kaulitz, con un hijo de su hermano.













- adiós tía Dany - decía mi hijo despidiéndose de la mencionada.

Era la última que quedaba y se estaba alejando poco a poco para ir a su auto.

Me giré y cerré la puerta detrás de mi.

- bien Alex, es hora de ir a la cama.

- sí mami - sonó en timbre.

- cariño - le llamé a Tom, quien estaba recogiendo la sala - puedes llevar al niño a su habitación? Ahorita voy yo - Sin decir nada dejó lo que estaba haciendo, tomó al niño en sus brazos y se lo llevó escaleras arriba.

Caminé un par de pasos a la puerta y la abrí nuevamente.

Topándome con una abofeteada del aire frío de la oscura noche. No había nadie. Pero si había algo.

Bajando mi cabeza hacia el suelo yacía una pequeña caja azul cielo, con un moño de un tono más oscuro que la misma caja. Tomé la caja entre mis manos, pesaba muy poco y tenía una tarjeta color blanco con algo escrito.

Para que nunca te olvides de mi.
Tómalo como un regalo de cumpleaños.

Así confundida decidí abrir la caja. Mis ojos se llenaron de lágrimas, los recuerdos circulaban por mi cabeza.

Eran polaroids, fotos de Bill y yo.

Eran recuerdos. Yo tenía una cámara de fotografías instantáneas pequeña, y la llevaba a todos lados, todas las fotos que me tomaba junto a Bill él se las quedó, yo guardaba las más especiales, también en las que solo salía él.

Estas eran todas las fotos de nosotros juntos que le había dado, todos los recuerdos de él y yo estaban en esa caja.

Estaba llorando y temblando en el frío suelo de la puerta de mi casa.

Pasé horas sentada en la entrada viendo cada polaroid, recordando cada momento junto a él, todas las risas, los abrazos, los besos, las caricias, las palabras, todos esos recuerdos eran más vividos que nunca.

Pero ¿Quién lo habrá dejado?

La respuesta fue inmediata

Bill

No. Él no volverá.

Tan rápido como pensé en su nombre, tan rápido descarté la idea. Él no ha vuelto. ¿Verdad? Él no volverá.

De acuerdo a la letra de la tarjeta mi segunda opción era Arthur, me cuestionaba el por qué él tendría esas fotos, pero eso se lo preguntaría después, ahora estaba demasiado feliz y contenta. Lo disfrutaría por el resto de la noche.




















- ah y otra cosa que me olvidaba por decirte, gracias por las poaroids, fue un detalle muy lindo.

- las polaroids?

- sí, las polaroids.

- refréscame la memoria, de qué polaroids me hablas?

Esto no puede ser || Bill Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora