『 ℂℝ𝕀𝕄𝕊𝕆ℕ 𝕃𝕆𝕍𝔼✰ 』☆⋆｡𖦹°‧★ ( 𝑺𝒚𝒎𝒂𝒔 )

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Capítulo 6. Lo hice por amor

Tomas se dirigía a Zaterra, sin saber el peligro que le esperaba en ese lugar. Estaba pensando más en encontrar a Syzoth y arreglar las cosas con él antes de pensar en su propia seguridad.

-Syzoth, ¿estás aquí? -Tomas comenzó a llamarlo mientras se adentraba en las peligrosas tierras zaterranas.

Pero no tuvo respuesta más que un prolongado silencio. Las calles de Zaterra estaban oscuras y sucias, con un toque siniestro. El ninja comenzó a sentir miedo al estar en ese lugar, mientras la atención de los zaterranos era llamada por la dulce voz de Tomas, y el dulce olor de su carne. Tomas era solo un delicioso aperitivo más para ellos.

-Syzoth, sé que estás aquí... -instistió- No quiero irme sin tí, por favor ven y arreglemos esto -su voz hacía un tenue eco entre las vacías calles.

Esto solo atraía más a los zaterranos hambrientos, quienes acechaban desde las sombras. Pronto comenzaron a salir de sus cuevas para rodear a Tomas, mirándolo predatoriamente.

-No deberías estar aquí solo, pequeño humano -uno de ellos habló en una voz hambrienta y monstruosa, acercándose más mientras el resto de lagartos rodeaba a Tomas para dejarlo sin salida.

Tomas se dio vuelta y se congeló al ver a los zaterranos rodeándolo. Ellos lucían aterradores. Ellos parecían monstruos. Sintió una oleada de miedo corriendo por sus venas mientras uno de ellos le hablaba, él sentía que estaba a punto de ser asesinado.

-Syzoth... Estoy... Estoy buscando a Syzoth -respondió con voz cortada, intentando ocultar el intenso miedo que sentía en ese momento.

-¿Estás buscando a Syzoth? Qué pena, él no está aquí -el zaterrano habló con una voz macabra mientras los demás lagartos hambrientos se acercaban al indefenso ninja- Pero no te preocupes, no tendrás que preocuparte más por Syzoth. Pronto no sentirás nada, pequeño.

Tomas sintió que se quedaba helado al darse cuenta de lo que decían los zaterranos. Syzoth no estaba allí, lo que significaba que Syzoth no estaría allí para salvarlo. Tenía que salvarse a sí mismo. Sintió un poco de lágrimas formándose en sus ojos mientras miraba a los zaterranos. Él no quería morir así.

-¡Atrás!... No me hagan daño... -reaccionó rápido y sacó su karambit de su cinturón, extendió su brazo frente a él y lo agito en el aire, en un intento de ahuyentar a los zaterranos, pero eso no iba a salvarlo.

-Tu miedo huele sensacional, igual que tu carne -el zaterrano lamió sus labios saboreando el delicioso aroma de la carne de Tomas, mientras los demás se acercaban cada vez más, no parecían tomar importancia en el débil intento del ninja por defenderse- No te preocupes. Nadie encontrará ni siquiera tus restos.

Con eso dicho, uno de los zaterranos que rodeaba la espalda del ninja, mordió fuertemente su pierna, haciéndolo caer al suelo y así, sin más, los demás zaterranos comenzaron a saltar sobre él.

Tomas gritó con dolor al sentir el primer mordisco, y luego el segundo, y luego los demás. Gritó con horror y trató de luchar lo más fuerte que pudo para quitárselos de encima, pero los zaterranos eran demasiado fuertes. No podía escapar, él sentía que iba a morir en ese infierno infestado de monstruos, y Syzoth no estaba allí para detener esto.

Tomas continuó gritando y llorando al sentir cómo su carne era arrancada y su cuerpo era desgarrado por los enormes dientes y garras de los zaterranos. Sus pedazos de carne y su sangre caían al suelo sin piedad. Él no podía hacer otra cosa más que llorar y suplicar, desear que Syzoth pudiera llegar a salvarlo.

Tomas continuó gritando y llorando mientras los zaterranos se daban un festín con él, pero sus gritos estaban comenzando a cesar mientras se quedaba sin fuerza, incluso su vista se estaba comenzando a nublar; el dolor solamente se intensificaba más. Todo lo que podía ver a través de su vista borrosa era el grupo de lagartos arrancando y comiendo su carne. Tomas simplemente quería que ese infierno terminara.