El mundo esconde cosas inimaginables, nada nunca es lo que parece. Y en algún momento todos tomarán consciencia sobre eso, junto a las desiciones tomadas. Cuando pensamos que algo es seguro, todo de la nada cambia, resultando que nada está asegurado...
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Esa noche el cenizo quiso escapar de todo lo que le estaba haciendo daño. Salió por la ventana de su habitación para teletransportarse en frente de la academia. Se puso su capucha gris, metió sus manos dentro de su sudadera y camino sin rumbos llegando a un callejón, estaba todo muy oscuro, sabía que podría tener problemas, pero esos problemas iban a ser totalmente mínimos a comparación a los que ya tenía encima. Estaba cansado y harto de todos los imbéciles que conocía dentro de la academia. Pudo escuchar cómo alguien se acercaba pero lo ignoró y recostó su cuerpo en la pared y su cabeza también. Cerró los ojos en busca de algo de paz en un lugar lleno de caos y lo peor de la situación es que sintió que pudo escapar.
- ¡Mira quién tenemos aquí! Al chico explosivo. - Dijo de la nada Dabi, quien apareció de la nada por ese mismo callejón.
- ¿Qué haces tan solo? Ninguno de tus amigos podría venir a ayudarte. Lo sabes, ¿verdad? - Volvio a hablar y preguntarle al cenizo, quien no se inmutó.
- No me interesan esos hipócritas de mierda. - Tras decir esas palabras el peli negro, lo miró con dudas, para recostarse de la pared al lado de él. Dabi sacó un cigarrillo y le extendió uno a Bakugo, quien lo rechazó.
- ¿Ahora te das cuenta? Están llenos de mierda y doble moral. - Le respondió dándole la razón de alguna forma. Luego de eso ambos se quedaron en silencio. Dabi inspeccionaba al cenizo con su mirada, sabía que algo no estaba bien, y sonrió internamente ante la oportunidad.
- ¿Tienes que ir a dormir ya? - Le preguntó Dabi al chico con algo de sorna. Bakugo lo miró para sonreírle ladino.
- ¿Tú si? - Y con esa respuestas ambos rieron un poco.
- Ven, sígueme, te llevaré a que te diviertas un poco. - Y con eso el de cabellos negros se reincorporó para caminar, el cenizo dudó un poco pero al final decidió seguirlo. No se sentía incómodo, ni forzado, sino que lo vio como una oportunidad de ser él.
Siguió a Dabi hasta llegar a una puerta algo escondida, tocó y por una rejilla alguien lo vió loq ue hizo que abrieran la puerta de inmediato.
- El chico viene conmigo. - Avisó Dabi para prevenir problemas innecesarios. Los hombres que cuidaban la entrada miraron con seriedad al cenizo, quien no se inmutó y los miró de igual manera.
Al paso de que avanzaban se comenzó a escuchar la música. Música intensa, hasta que por fin pasaron otra puerta. En ese momento la música estaba muy fuerte, estaba todo oscuro y las lunes frenéticas cegaron al cenizo un poco. Y pudo entender que se encontraba en un club. Habían mujeres semidesnudas que les bailaban a unos hombres, estaban las que parecían ser meseras, y las bailarinas. Una que otra fijó su vista en el cenizo, quien sólo las ignoró. Dabi le hizo una seña para que lo siguiese. Y así fue, se mantuvo detrás de Dabi, quien siguió y siguió caminando hasta que entraron por una puerta, era un pasillo largo con muchas puertas, las luces eran entre amarillas y rojas. Habían personas que se besaban en ese mismo pasillo, Bakugo los ignoró y se centró en seguir a Dabi, quien llegó hasta el final del pasillo. Ahí se encontraba una puerta, la cual abrió y se encontró a Toga totalmente desnuda con otra chica morena mitad gato, Toga miró a Dabi, quien se sentó en uno de los asientos que había en la habitación, y con un ademán hizo que Bakugo se sentara, Katsuki estaba algo incómodo y asqueado, pero le hizo caso.