El mundo esconde cosas inimaginables, nada nunca es lo que parece. Y en algún momento todos tomarán consciencia sobre eso, junto a las desiciones tomadas. Cuando pensamos que algo es seguro, todo de la nada cambia, resultando que nada está asegurado...
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Lunes. Día en el que por fin se iba a llevar a cabo el festival deportivo. Ochako notaba como todos tenían sus propios bandos, o sea, cada quien tenía sus propios grupitos. Y antes de que realmente todo comenzara ella buscaba con la mirada a Katsuki pero no lo veía. Notó que su squad tampoco se encontraba, así que decidió dar una vuelta por los alrededores para buscarlo y como plus escapar de ser el centro de las burlas del Deku Squad. Salió, se encontraba algo distraída por sus pensamientos que no notó que alguien más también se encontraba distraído en sus pensamiento haciendo que se tropezaran y ambos cayeran al suelo.
- Oh, lo lamento mucho, lo siento, lo siento... - Repetía el chico mientras la ayudaba a levantarse de la manera más tierna y gentil que había.
- No te preocupes... fue un accidente. - Dijo la castaña sonriéndole a Tamaki, quien se le quedó observando sonrojado.
- Tienes... t-tienes... - Dijo aún sonrojado señalando su rostro refiriéndose al de la castaña, quien borró su sonrisa y pasó por instinto su mano por su mejilla.
- ¿Ah? ¿Tengo algo en la cara? - Dijo mirando directamente los ojos del chico, quien volteó hacia otro lado apenado y sonrojado.
- Tienes... u-una sonrisa mu-muy linda... - Esa última palabra la dijo en voz baja, pero la castaña lo escuchó perfectamente bien. Ella se sonrojó pero no pudo evitar sonreírle.
- Gracias... eso fue muy lindo y tierno... - Y el rostro del chico se volvió completamente rojo y miró hacia el suelo.
- ¿T-te veré luego? - La castaña se le quedó mirando y no pudo evitar sentirse bonita al ver que alguien con más experiencia y más grande podría mirarla.
- ¡Digo, p-podemos ver-vernos, ya sa-sabes... lu-luego d-del festival... o-o no! - Ella volvió a dedicarle una sonrisa mientras inclinaba ligeramente su cabeza.
- Claro, búscame luego del festival, ¿si, Tamaki-kun? Nos vemos luego. - Dicho eso se retiró dejando al joven héroe muriendo de la pena pero se sentía aliviado... el chico ya llevaba tiempo viéndola desde lejos pero nunca se atrevió a acercarse, las veces que lo había intentado, optaba por simplemente dar media vuelta e irse a la dirección contraria. Y ahora se encontraba feliz... y estaba ansioso de contarle a Mirio cuando lo viera, seguro se alegraría más que él mismo.
Por otro lado la castaña seguía en busca de Bakugo mientras sonreía para ella misma metida en sus pensamientos. Pero antes de seguir avanzando pasó justo por el lado de un salón, el cual tenía la puerta entre abierta y cerrada, desde afuera pudo escachar la voz de Mina. Y donde está Mina, está Kirishima y donde está Kirishima, está el Bakusquad. Así que se asomó levemente por el espacio abierto que había entre la puerta y el marco de la misma. Solo podía ver a Mina y a Bakugo, parecían hablar de algo comprometedor, puesto de que eran solo ellos dos y Mina estaba muy cerca de Bakugo, quien estaba recostado sobre el escritorio de algún profesor. Él tenía una pequeña sonrisa juguetona en su cara, teniendo a la pelirosa muy cerca de su rostro. Ella mordía sus labios de una manera seductora para con su mano derecha tocar el pecho del chico, quien se mantuvo sereno pero con su brazo izquierdo lo envolvió en la cintura de la chica, y ya al tenerla completamente pegada a su cuerpo, deslizó su mano para los glúteos de ella y apretarlos. Él procedió a besarla y al separarse ella quiso volver a unir sus labios pero él no la dejó, la mano que tenía en los glúteos de ella, la movió a su cabeza haciendo que la chica se arrodillara, ella lo miraba coqueta para empezar a desabrochar el pantalón de él y a ese punto la castaña se negaba seguir viendo. Mas aún así, no se fue de al lado de la puerta, quería saber si eran capaces de más y si, así fue. Dentro de un rato la castaña volvió a asomarse para ver como Bakugo tomaba a Mina por el brazo para levantarla. La posicionó contra el escritorio boca abajo, bajó los pantalones deportivos que ella tenía junto con su ropa interior, la castaña cerró los ojos con fuerzas evitando que las lágrimas salieran, soltó un suave suspiro para volver a abrir los ojos, y ver como Bakugo con su mano derecha jugaba con la entrada de Mina, quien evitaba gemir, Bakugo mantenía una expresión totalmente seria, no era la misma que cuando la tenía de frente. Tras eso él metió su miembro dentro de ella sin ninguna suavidad, y comenzó a darle embestidas muy bruscas y fuertes, la castaña podía ver con él agarraba las caderas de ella con fuerza, y para ese momento el rostro de la castaña estaba lleno de lágrimas, así que sin más se fue de ahí en silencio.