El mundo esconde cosas inimaginables, nada nunca es lo que parece. Y en algún momento todos tomarán consciencia sobre eso, junto a las desiciones tomadas. Cuando pensamos que algo es seguro, todo de la nada cambia, resultando que nada está asegurado...
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- ¿Porqué comes como si tuvieses un serio conflicto con tu comida? - Dijo divertida la castaña, quien se encontraba en el comedor, él volteó a verla con rapidez. Ella entró y sacó un plato hondo con ramen y arroz del microondas y se sentó a su lado a comer.
- ¿Qué mierdas haces despierta a esta hora? ¿No que ya habías comido? - Ella rió y llevó un bocado a su boca.
- Contestando tu primera pregunta, eso podría preguntártelo a ti, y la segunda, no, hice mi propia comida y la guardé para cenar contigo. - Dijo como si nada. De alguna forma eso enterneció un poco al cenizo y ambos quedaron en silencio por unos minutos.
- ¿Porque quieres ser una héroe? - Preguntó el cenizo a la castaña, quien lo miró un poco pensativa, para luego tomar una pausa a su comida y responderle.
- Pues para ser honesta... vengo de una familia pobre... y quiero salvar a muchas personas... - El cenizo la interrumpió sin escrúpulos.
- Mentirosa. - Ella lo miró con detenimiento y un poco incomoda. - Es por el dinero. - Y dicho eso él arrastró sus ojos a los de ella, quien desvió rápidamente su mirada a la comida.
- Yo... no sé de lo que hablas...
- ¿Crees que no escuché tu asquerosa conversación con tus padres? - Y la castaña se quedó sin aliento, y lo miró cabizbaja.
- Pero, ¿quien carajos soy yo para juzgarte cuando yo... me siento perdido? - Dijo para llevar un bocado a su boca, resignado. Ochako quedó pensativa al escucharlo pero decidió no darle total cabeza a eso. Aunque en lo muy profundo de ella esas palabras seguirían allí por mucho tiempo, sin ella saberlo.
- Mmm, no importa... al final serás el número uno. - Dijo ella para de forma vaga arrastras sus ojos hacia él y sonreír de una manera un poco forzosa. Bakugo no pudo evitar mirar a otro lado que no fuesen los ojos de ella.
- ¿Podría alguien tan estúpida mantenerme cuerdo? - Preguntó el cenizo manteniendo sin escrúpulos su vista fija en los ojos de ella. La castaña no desvió su rostro, le sostuvo la mirada, lo que causó un aire de satisfacción en el rubio, así que no pudo evitar dar un pequeña sonrisa ladina.
En toda esa situación los espíritus que acompañaban al cenizo se encontraban justo detrás de ellos. Yatski quería mantener al rubio alejado de esa mocosa que parecía que interferiría con sus planes... pero, de repente una sonrisa apareció en su rostro. Y así fue, esa mocosa de alguna forma interfirió, logrando que el espíritu maligno cambiase repentinamente de objetivo. Y antes de que él hiciera algún movimiento Nae, lo detuvo.