H.26.1
El dulce y tímido Lex, quiere pasar desapercibido durante su último año en la escuela, pero sus planes se vendrán abajo cuando el novio de su bully se acerque a él, para... ¿protegerlo? Cambiando su vida para siempre.
🍒 Contenido sexual expl...
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Anoche, mientras cenábamos, la mamá de Arath recibió una llamada del hospital en el cual trabaja, debía atender una emergencia y tuvo que salir a toda prisa. Arath y yo recogimos todo y limpiamos la cocina, luego, él me mostró el resto de la casa. Después de terminar los deberes de la escuela, vimos una película, y cuando nos dimos cuenta, ya era demasiado tarde para irme, así que Arath me ofreció quedarme en la habitación de huéspedes y yo acepté. Nos desvelamos un poco más y cuando ya el sueño nos alcanzó, me entregó una muda de ropa para poder cambiarme y dormir. Realmente es una suerte que Arath use la ropa holgada y de una talla más grande, porque si no, nada me hubiera quedado, él es más bajito que yo, aunque hubiera preferido que su ropa no me quedara y menos que él me la hubiera visto puesta.
» Estoy parado frente al espejo de la habitación, debatiéndome entre si debo quedarme encerrado aquí o salir de una vez, antes de que Arath tire realmente la puerta.
—Alexander... ¿Es en serio? ¿No piensas salir? Se hace tarde para ir a la escuela y aún no hemos desayunado. —Arath insiste, pero yo no puedo salir. No me reconozco. Me siento muy raro.
—Tú no entiendes Arath. —Mi voz se entrecorta— No puedo salir así, regrésame mi ropa... —suspiro abatido— y podremos irnos... por favor.
—Pero Lex...
—Por favor, Arath.
—Está bien.
«Después de salir del baño —anoche— con su ropa puesta, Arath se sorprendió mucho y aunque yo estaba muy avergonzado, él estaba encantado.
—Wow, Lex, si así te ves con un simple chándal y una camiseta, ¿Cómo te verás enfundado en unos ajustados jeans? —dijo y me hizo sonrojar. Él no dejaba de mirarme entusiasmado.
No tengo ni idea de cómo o en qué momento sucedió, pero a los dos minutos la cama estaba llena de distintas combinaciones de ropa, que Arath insistió en hacerme probar y —prácticamente— modelar para él. Cuando ya el sueño fue demasiado, nos fuimos a dormir y esta mañana cuando desperté, encontré colgado en el closet de la habitación de huéspedes, un cambio de ropa nueva y mi ropa había desaparecido. Normalmente llevo pantalones anchos, una camiseta oversize y encima una camisa de franela o un suéter de lana. Esta vez en la percha había un pantalón negro con rasgados, una camiseta blanca que parecía muy ceñida y una chamarra de mezclilla celeste, además una nota pegada en la puerta que decía: "Dúchate y ponte esto. Tu ropa no secó". Sí, no había más remedio. Tendría que usarla. Pero cuando me la probé y me paré frente al espejo, no me reconocí.
Si ya de por si se burlan todo el tiempo de mí, por la forma en que me visto, si me ven así en la escuela, puede irme peor. No quiero llamar la atención de los bravucones, necesito pasar desapercibido, si ellos no me notan durante al menos las tres primeras horas, sería un gran triunfo para mí. Pero yendo así vestido, desde que ingrese por la puerta, todos estarán viéndome y fastidiándome.
