18. El momento ideal

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A pesar de todo lo que acaba de suceder en el salón, Derek y Vincent aún nos siguen por los pasillos, intentando hablar y justificar algo que no tiene ningún tipo de justificación

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A pesar de todo lo que acaba de suceder en el salón, Derek y Vincent aún nos siguen por los pasillos, intentando hablar y justificar algo que no tiene ningún tipo de justificación.

—Sabía que no era buena idea que pasaras tanto tiempo con Alexander. —me grita Vincent, caminando detrás de mí y de Alexander.

—¿Por qué? —le pregunto confundido, cuando se planta frente a mí, haciéndome detener.

—Solo nos ha causado problemas. Debiste dejar que todos siguieran burlándose de él. —la mano de Alexander se aprieta alrededor de la mía.

—¿Perdón? —no puedo creer lo que dice.

—Arath, estábamos perfectamente bien, mientras todos se burlaban del nerd y nosotros hacíamos de cuenta que nadie más existía. Yo puedo explicarte todo lo que sucedió con Derek.

—No hay nada que explicar estúpido —dice Derek molesto— tu y yo nos gustamos. Estamos juntos. Tenemos el mejor sexo cada vez que queremos y a mí no tienes que rogarme para hacerte una mamada, porque gustoso lo hago siempre.

Logro esquivarlos y sigo caminando con Alexander a mi lado, ambos con expresión de sorpresa y repulsión al mismo tiempo.

—¡Ya cállate Derek! —le grita Vincent y algunos alumnos que están caminando, se detienen. Incluso nosotros, unos pasos más adelante.

—Oye no me hables así —le responde él— el puto de Arath no te merece, de seguro se anda revolcando con el nerd, en cambio yo sí que merezco estar contigo.

Trato de volver hacia Derek para golpearle la cara —porque primero, no soy un puto y segundo porque... ¿por qué tiene que seguir metiéndose con Alexander? Eso me llena de impotencia y de rabia— pero Alexander me detiene.

—No Ari. No vale la pena —dice mirándolo con resentimiento y con el rostro sonrojado.

Continuamos caminando, mientras ellos dos siguen discutiendo, ante la atenta mirada de alumnos y maestros... y cuando siento que las lágrimas empiezan a llenarse en mis ojos, Tayler, nos alcanza corriendo.

—No llores, Ari —dice mi solecito, acercándose a mí, para secarme las lágrimas con sus pulgares—. Ellos no valen la pena y bueno, creo que lo mejor que te pudo pasar es que esos dos se entiendan. Lo siento por el idiota de Vincent, pero él solito se lo buscó, nadie le dijo que fuera tras esa lacra. —Alexander asiente dándole la razón— Además míranos, —abraza a Alexander por el cuello— Somos los mejores amigos que puedes tener. Guapos, inteligentes, sexis —menea las cejas— y sobre todo estamos loquitos de amor por ti. ¿Cierto Alexander? —Alexander parece desear que la tierra se lo trague, está más rojo que el mismo color rojo y sus orejas parecen estar a punto de estallar... es tan hermoso...— Ya habrá tiempo, después, para que consigas un novio —continua Tayler y no se olvida de mirar de reojo a Alexander, que ya está en otro nivel de sonrojo, que jamás había visto en mi vida— y nosotros nos encargaremos de aprobarlo para ti —hace una pausa— aunque estoy seguro que ese novio, llegará para hacerte muy feliz... y... ¿sabes qué? —dice con mucho orgullo y hasta resplandeciente de felicidad— Ya tiene mi aprobación.

Chico Nuevo - HP26.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora