Bajo el cielo nocturno

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Habían pasado varios días desde el incidente ocurrido en Appaloosa. Spike estaba conviviendo tranquilamente con sus amigas en una pijamada que había organizado Twilight. Todas las chicas charlaban de temas varios, y el dragón sonreía feliz, pues le encantaba sentir el ambiente tan acogedor que emanaba en aquel momento.

La noche continuaba con risas y complicidad entre Spike y sus amigas. Twilight, la organizadora de la pijamada, sugirió jugar a juegos de mesa mágicos para animar aún más la velada. Todas estuvieron de acuerdo y se dispusieron a disfrutar de una serie de juegos, desde "Aventuras en Equestria" hasta "Hechizos y Encantamientos".

Mientras jugaban, las chicas compartieron anécdotas divertidas y recuerdos entrañables. La atmósfera amigable hizo que Spike se sintiera agradecido por tener a estos maravillosos ponis en su vida. Sin embargo, en medio de la diversión, una sutil sensación de intriga se apoderó de él.

El dragón decidió ignorar esa sensación, pensando que solo era su imaginación. Mientras tanto, la Princesa Luna, desde su balcón en el majestuoso castillo de Canterlot, observaba las estrellas con una expresión pensativa. La brisa nocturna jugueteaba con su melena etérea mientras su mirada se perdía en el firmamento. Aunque la noche estaba serena, Luna sentía una extraña vibración en la magia que envolvía Equestria.

Luna: Sé que está prohibido que deidades mortales y etéreas se relacionen, pero este sentimiento me preocupa demasiado...

La princesa de la noche se dijo a sí misma, encendió por un momento su cuerno intentando usar un hechizo, pero rápidamente lo apagó. Luego soltó un suspiro para tratar de calmarse, aunque no sirvió de mucho, pues el sentimiento aún persistía en su ser.

Luna: Creo que un paseo nocturno me hará bien. Necesito relajarme y respirar

Luna se elevó con gracia en el aire nocturno, sus alas desplegadas con majestuosidad. Mientras volaba sobre Canterlot, la ciudad estaba envuelta en una tranquila oscuridad salpicada de estrellas. La princesa de la noche se dejó llevar por la brisa fresca, permitiendo que sus pensamientos se dispersaran con las corrientes mágicas que fluían a su alrededor.

A medida que Luna ascendía, la preocupación que la envolvía comenzó a disiparse. La suave melodía de la noche y la luminiscencia de la luna llena crearon un ambiente reconfortante. La princesa se permitió disfrutar del esplendor de Equestria en la quietud de la noche.

Luna: Realmente necesitaba esto, es realmente relajante

La princesa de la noche seguía volando con tranquilidad, pero esta vez decidió alejarse un poco más de Canterlot. Quería explorar más allá de la preciosa ciudad, pues desde su regreso hace varios meses, no había tenido tanto tiempo libre. Así que aprovecharía esta noche para ver cómo cambió su reino en mil años.

Mientras Luna se sumergía en la exploración nocturna, en la pijamada de Spike y sus amigas, la diversión continuaba. Los juegos mágicos llenaban la habitación de risas y emociones. Twilight, Pinkie Pie, Rarity, Applejack, Rainbow Dash, y Fluttershy disfrutaban de la compañía del pequeño dragón. Spike, a pesar de la ligera intriga que sentía, se dejó llevar por el espíritu alegre de la pijamada.

Twilight: ¡Spike, es tu turno! Elige un juego para la siguiente ronda

Spike sonrió, pensando en el juego perfecto para la ocasión. Se levantó emocionado y exclamó:

Spike: ¡Vamos a jugar a "Aventuras en Equestria"! Es perfecto para una noche como esta

Mientras tanto, en su vuelo exploratorio, Luna continuaba admirando el paisaje nocturno de Equestria. La noche estaba llena de misterios y belleza, y la princesa de la noche se dejaba llevar por la magia que envolvía cada rincón del reino. Su preocupación inicial se disolvía gradualmente en la serenidad de la noche estrellada.

la magia de la amistad y el impredecible amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora