La voluntad de la amistad

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Mientras los dragones malvados se llevaban a Spike hacia Tierra Dragón, Twilight y Selene regresaron a toda velocidad a la cueva de esta última. El aire a su alrededor parecía volverse más denso con cada segundo que pasaba, el miedo y la desesperación colgaban en el ambiente como una nube oscura. Al llegar, se encontraron con Solarius, el imponente dragón de fuego, quien caminaba de un lado a otro en el interior de la cueva. Sus movimientos bruscos y su respiración pesada denotaban su frustración.

Twilight, al ver el estado en que se encontraba, se detuvo a unos pasos de distancia. Lentamente, la unicornio se acercó, con un tono suave en su voz.

Twilight: Señor Solarius... ¿por qué dejó que se llevaran a Spike?

El dragón soltó un resoplido molesto al escuchar la pregunta. Era evidente que la culpa lo carcomía por dentro. Sin embargo, tras un breve instante, su expresión cambió, y bajó su enorme cabeza, arrodillándose en señal de disculpa.

Solarius: Perdóname, por favor, señorita Twilight. No pude hacer nada...

El dragón hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas

Solarius: Estaba a punto de lanzarme contra ellos, pero tuve miedo... Miedo de que, en medio del caos, lastimara a Spike sin querer. Mi fuerza no es tan precisa para situaciones delicadas como esta... y la posibilidad de herirlo me paralizó.

Twilight, sorprendida por la humildad y arrepentimiento en el rostro del gran dragón, se quedó callada por unos segundos. Después, dio un paso hacia adelante y colocó una mano sobre su enorme brazo con suavidad.

Twilight: Señor Solarius... Este no es el momento para arrepentimientos. Necesitamos actuar. Spike nos necesita, y no podemos perder tiempo lamentándonos. Le pido que me brinde su apoyo en lo que sea necesario para rescatarlo.

Solarius levantó su mirada, encontrando en los ojos de Twilight una determinación inquebrantable. Asintió con gravedad, levantándose con decisión.

Solarius: Cuente con eso, señorita Twilight.

Twilight: Gracias, señor Solarius. Ahora, si me disculpa, necesito ir a informar de lo ocurrido a las princesas y a mis amigas.

Tras decir eso, Twilight se giró hacia Selene, quien aguardaba cerca, y le pidió que la llevara de regreso a Ponyville. Sin perder tiempo, Selene extendió sus alas y ambas partieron rápidamente hacia su destino.

Al llegar a Ponyville, Selene se dirigió a la biblioteca de Twilight para esperar, mientras Twilight reunía a sus amigas. Se movió con rapidez y determinación, sabiendo que cada segundo contaba para el bienestar de Spike. Primero, fue a la casa de Applejack, luego a Sugarcube Corner por Pinkie Pie, al refugio de Fluttershy, a la boutique de Rarity, y por último, a un parque que sobrevolaba Rainbow Dash. Una vez reunidas, las seis amigas se apresuraron hacia la casa de Twilight.

Al llegar, la sala estaba cargada de preocupación. Twilight, aún agitada por la urgencia de la situación, las condujo hacia el interior donde Selene aguardaba. Hacía falta que conocieran a la misteriosa y poderosa dragona que, hasta ese momento, había permanecido en las sombras. Las reacciones de sus amigas fueron diversas: Applejack la miraba con una mezcla de curiosidad y cautela, Rarity, con una leve inclinación de cabeza, la saludó de manera cortés, mientras Pinkie Pie, en su estilo usual, apenas pudo contener su energía ante la nueva llegada. Rainbow Dash se cruzó de brazos, intentando aparentar calma, aunque era evidente que estaba intrigada. Pero la más sorprendente de todas fue Fluttershy, quien, lejos de sentirse intimidada o asustada por la presencia imponente de Selene, sonrió con un brillo en los ojos.

Fluttershy: ¡Selene! Por fin te conozco... Gracias por salvarme aquella noche.

Selene, sorprendida pero conmovida por las palabras de Fluttershy, sonrió suavemente y asintió con la cabeza.

la magia de la amistad y el impredecible amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora