La Verdad De Nuestra Historia

Capítulo 2

Al principio no creía que esta historia fuese a continuar. Escribí el primer capítulo porque eso siempre fue lo que yo creí que pasó después de que Emma y Regina se conocieran por primera vez.

Pero al ver cuán éxito tuvo ese primer capítulo y las ganas que tenía de seguir escribiendo sobre ellas, decidí continuarlo. No sé cuándo voy a subir capítulos, pero estad seguros de algo, subiré más. Esta historia tiene que continuar para que así podamos ver cómo acaba.

Y aquí está, el segundo capítulo de "La verdad de nuestras historia". Antes de que empecéis a leer debo decir que los personajes no me pertenecen, son de OUAT ABC. Algunos diálogos son copiados de la serie, pero muchas de las escenas son invención mía.

Podéis dejad vuestros comentarios en "reviews" y decidme qué opináis de la historia y qué tengo que cambiar, si no os gusta algo.

Ahora sí, podéis empezar a leer.

Regina Mills más conocida como la Evil Queen había sometido bajo su reinado a miles de villas. Había mandado asesinar a miles, quizá millones, de personas. Había hechizado, y así dominado, a cientos de hombres. Pero nunca, nunca, se había sentido tan confusa como lo estaba cuando la rubia se fue.

La había besado, muy brevemente, aunque su cuerpo le pedía más. Necesitaba su presencia, quería sus besos y deseaba su cuerpo. Nunca en su vida había deseado tanto la presencia de alguien a quien apenas conocía.

Esa noche apenas había dormido pensando en ella. Su melena rubia, sus ojos de un verde azulado y sus labios rosados. Además deseaba ver desnudo su cuerpo atlético y besar cada parte de él.

Soñó con ella.

Soñó que estaba sentada en una mesa con gente la cual no conocía, pero alzaba la cabeza y la veía. Estaba preciosa. Llevaba un vestido blanco palabra de honor. Llevaba el pelo recogido en un elegante moño, dejando sus hombros y cuello completamente descubiertos. Emma no la había visto, pero ella no podía apartar sus ojos de ella. Alguien en su mesa acababa de contar un chiste y Emma se reía. Cuando sonreía se le formaban unos hoyuelos en las comisuras de sus labios, monísimos. Su risa era preciosa. Ella era preciosa.

Entonces, Emma levantaba la vista para mirarla. Sin apartar la mirada, se levantaba y caminaba hacia ella. Regina contuvo la respiración.

-¿Alcaldesa, puedo hablar con usted un momento? -le susurró en el oído para que nadie pudiera oírla. Notaba su respiración en su cuello, lo cual hizo que se le erizara el vello.

Asintió, mientras se levantaba. Emma la dirigió fuera del restaurante en el que supuestamente se encontraban.

Cuando se encontraban fuera de la vista de los demás asistentes, Emma se giró y la empotró contra la pared. No podía moverse, pero tampoco la importaba. La rubia la presionaba contra la pared y notó cómo juntó sus caderas. Su mano subió a su mejilla, sosteniéndole la cara. Regina la miraba sorprendida. No se esperaba para nada ese movimiento.

-He visto como me mira, señora alcaldesa.

-Yo... Lo siento... No era mi intención molestar... -Regina apenas podía hablar.

-Shh... -la hizo callar- Ahora las palabras no son necesarias.

Inclinó su cabeza para besarla. Sus labios eran suaves, sus besos dulces y delicados. Regina abrió la boca para dejar entrar a su lengua. Notó cómo Emma introdujo lentamente la suya y cómo ambas se acariciaban y danzaban en su boca. Su entrepierna vibraba excitada.

Las manos de Regina bajaron al pantalón de la rubia y acercó aún más su cadera con la suya. Necesitaba el contacto de su cuerpo contra el suyo. Quería su cuerpo para reina.