Capítulo 9

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Buenos días! Siento la tardanza, pero este capítulo me llevó un poco más de tiempo.

Antes de que empecéis a leer, he de decir que los personajes no me pertenecen, sino que son de OUAT ABC, así como algunas de las historias que aparecen.

Podéis dejarme vuestra opinión en los comentarios, estaré encantada en leerlos!

Sin más dilación, aquí os dejo el nuevo capítulo.

Emma se levantó temprano aquel día. Mary Margaret ya estaba preparada y había hecho el desayuno para ambas. Ella se lo agradeció con una sonrisa.

-Oh, no, no -dijo Emma cuando vio unas flores sobre la mesa. Las tiró en seguida, seguro que eran de Graham, pidiéndole disculpas por el numerito de anoche. Volvió a sentir ese peso en el estómago cuando recordó a Regina con Graham. Se le caía el mundo a los pies cuando pensaba que Regina estaba con otro hombre. No lo podía soportar.

-Emma, esas flores eran para mí -se quejó Mary Margaret.

-Oh, lo siento... ¿son de David?

-No, de otro, pero fue solo un rollo de una noche.

-Tú tranquila, no hay ningún problema en eso. Además yo soy experta en rollos de una noche -recordó cómo siempre le habían utilizado solo para acostarse con ella. Pero eso fue cosa del pasado, ahora no dejaba que nadie la utilizara. Ella controlaba realmente, con quién se acostaba o no, y la alcaldesa estaba ganando muchos puntos últimamente.

-Ya, pero es porque eres... -Mary Margaret se interrumpió a ella misma. Mejor callarse.

-¿Que soy qué?

-No importa.

-No, dime que soy según tú -Emma insistió.

-Te estás protegiendo tras una coraza.

-Porque no me enamore de los hombres...

-¿Que no te enamoras de los hombres? -le respondió Mary Margaret- Pues el numerito de las flores sugiere lo contrario.

-¿Qué revela entonces?

-Una cosa obvia para todos, salvo al parecer para ti, que sientes algo por Regina.

-¡Venga ya! -Emma se empezó a poner nerviosa. "¿Tanto se nota?"

-Y ahí está la coraza otra vez.

-No es una coraza.

-Ya... -Mary Margaret no se lo creía.

-¿Qué tiene de malo ser precavida? -se defendió Emma.

-¡Oh, nada! Pero, Emma, se coraza que tienes puede repeler el dolor, pero también el amor.

Emma se quedó pensativa. Nunca lo había pensado de esa manera. Mary Margaret tenía razón. Quizá debería deshacerse de aquella coraza y ser sincera consigo misma y con Regina. ¿Quizá debería aceptar el hecho de que estaba enamorada de ella?

Emma llamó a la alcaldesa para que fuese a la comisaría en cuanto tuviera un hueco aquella mañana. Como Emma no tenía trabajo, se dedicó a jugar a los dardos para practicar su puntería. Falló porque oyó unos zapatos de tacón acercándose por el pasillo. Era Regina. Se agachó para recoger el dardo, y vio los zapatos negros de la alcaldesa. Su mirada fue subiendo lentamente, recorriendo cada resquicio del sensual cuerpo de la morena. Llevaba un vestido gris que le tapaba por encima de las rodillas y se ajustaba perfectamente a su figura. Además, vestía una chaqueta sobre los hombros que sujetaba con una mano estéticamente.

-Veo que nuestros impuestos sirven para trabajar -dijo la alcaldesa observando a Emma recogiendo el dardo.

-Graham no está aquí -"es decir, estamos solas" Se acordó que esa mañana le había llamado para que se quedase durmiendo ya que estaba tan ocupado por las noches yendo a la casa de la alcaldesa que apenas tenía tiempo para dormir- Pensaba que estaría enfermo, en su cama -recalcó ese "su".

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