La mañana soleada y el cantar de los pájaros le abrían paso al evento del día.
El concurso de caza.
Una celebración que se realizaba desde hacía muchos años durante la fecha del cumpleaños del primer emperador.
Los hombres demostraban su fuerza y capacidad de liderazgo, mientras que las damas esperaban el ser honradas con las presas.
Luciana también estaba esperando aquel acontecimiento. Participaría por primera vez en lugar de su padre, quien había tenido problemas de salud.
¿Si tuviera una buena cacería estaría muy contento?
Acomodó los guantes para no lastimarse las manos. Había estado practicando mucho el tiro con arco, y obtenido resultados de los que estaba orgullosa.
Quería demostrarle al duque que podía confiar en ella y dejar aquello en sus manos.
Los pasos acercándose le hicieron mirar hacia la entrada de la tienda.
“¿Ya estás lista?”-saludó Rina con una sonrisa.
“Saludo a su maj…”
“No hay necesidad de ser formal entre nosotras”-interrumpió- “¿estás nerviosa?”
“Mentiría si dijera que no.”-suspiró Luciana- “pero creo que lo haré bien”
Rina sacó algo de su manga, era un pañuelo con un delicado bordado. Un majestuoso dragón negro con las alas extendidas, símbolo de Deviatan.
Era costumbre de las damas entregar un pañuelo deseandole a la persona un regreso seguro.
“¡Vaya! Es increíble, Rina es muy hábil. Lo atesoraré”
Luna recibió de sus manos aquella prenda.
“Me hace muy feliz. Entonces traeré la mejor presa solo para tí”
“Me basta con que regreses a salvo. El bosque es peligroso así que estoy preocupada”
“Puedo cuidar de mí misma, además los caballeros irán conmigo, no hay nada que temer”- respondió con confianza- “mas bien antes de salir ¿no debería saludar a mi cuñado? He oído que su majestad es hábil con el arco. Tal vez pueda darme algún consejo”
“está bien, pasemos a saludar un rato. También quiero entregarle un pañuelo a mi esposo”
Luciana de burló un poco de ella, Marina finalmente se había acostumbrado a tratar de forma natural a su majestad.
Ahora ya no se comportaba tímida con el y podia llamarle por su nombre sin ponerse demasiado nerviosa.
Que bueno que ella y el emperador de llevasen tan bien
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“Terry ¿cual debería escoger?¿éste, o éste?”
Benjamín mostró con orgullo los pañuelos que había recibido de varias señoritas.
“¿Por qué habría de importarme?”-respondió indiferente.
“Oh vamos, no me digas que estás celoso ¿no recibiste ninguno?”
Terry mostró el pañuelo en la empuñadura de su espada. Tenía un hermoso patrón de hortensias.
“Mi madre y mis hermanas lo hicieron”
“Oh, eso es adorable”
Ambos miraron de reojo a Isaac, quien llevaba un rato contemplando el pañuelo en su mano mientras sonreía como un tonto.
“¿sabes si tiene novia, o algo así?”
Terry negó con la cabeza
“tch. Y te haces llamar su mejor amigo”
Benjamín se acercó a Isaac con sigilo, estaba muy curioso por aquella actitud.
“Vaya, planeaba compartirte uno de los míos, pero al parecer ya recibiste el tuyo. ¿Que bonita montaña?”
“Es un roble”
El trató de contener su risa al ver el bordado que parecia haber sido hecho por un niño.
“Ahora que lo veo mejor, si es un roble.
Jeje, será mejor que lo ates a tu espada no querrás perder algo tan precioso. Yo, creo que voy a darle un vistazo a mi caballo.”
Benjamin desapareció de su vista tan rápido como pudo.
Isaac sonrió para sí y amarró el pañuelo en la espada.
Lo había recibido de Luciana varios días atrás. Era obvio que no era muy hábil con eso, pero le hizo feliz que ella se hubiera tomado el tiempo de bordarle uno.
Se eforzó mucho tanto que sus dedos estaban la mayoría vendados, debido a tanto pincharse.
Era un gesto muy adorable.
Daría lo mejor en la competencia para no avergonzarla.
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“Muy bien nos dividiremos en dos grupos.
El primer escuadrón lo liderará sir Valdead, el segundo escuadrón será liderado por sir Eblant, acompañaré al primer escuadrón. Asegúrense de marcar el terreno explorado y si surge algún inconveniente comuníquese con el otro escuadrón usando las bengalas. Partimos en diez minutos”
Cada uno de los caballeros asintió a las órdenes de Luciana, ambos grupos se dirigieron a la línea de partida y cuando sonó la trompeta dando apertura al evento, se adentraron en el bosque en direcciones opuestas.
En ese entonces Luciana jamás pudo imaginarse que desde aquel día las cosas se tornarían oscuras.
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su majestad, en ésta vida soy yo quien decide
Fantasi"Tu eres la única a la que he amado todo este tiempo" Luciana se sorprendió de escuchar aquello de los labios de su cuñado el emperador. Tras la muerte de su hermana la emperatriz, Luciana se ve obligada a casarse con su esposo. Siendo su objeto de...
