capítulo 10

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Los meses pasaron volando y cada día se acercaba más la fecha de la boda.

La alegría de la gente en las calles por el festejo era evidente.

Todos anhelaban con ansias el día de la unión de la pareja.

"Enserio no puedo creer que se vayan a casar tan pronto, solo han pasado seis meses desde que anunciaron su matrimonio"

"Su majestad debe estar ansioso de tomar a la princesa por esposa, no querrá que otro se la robe"

"Bueno, con una novia tan bonita cualquiera tendría prisa por casarse ¿qué tan hermoso sería un hijo entre los dos?"

"Con lo apurado que está su majestad, muy seguramente, el año que viene ya habrá un príncipe en el palacio"

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"Te ves preciosa"

Rina se sonrojó ante el elogio de su hermana.

"Me hace tan feliz que piense eso princesa, trabajé duro confeccionando este vestido"-dijo madame giselle limpiándose las lágrimas- "su majestad será la novia más hermosa de la temporada ¡no! Del siglo"

"¿A su majestad le gustará?"

Giselle y Luciana la miraron complacidas.

Si alguien no quedaba encantado con Marina seguramente esa persona estaría mal de la vista.

"Ya has decidido qué joyas usar con el vestido"

La diseñadora suspiró

"La verdad es que no he podido decidir debido a que todo le queda a la perfección. No se si debería usar el collar de zafiros de la princesa Anabelle o el de diamante Rosa de la decimocuarta emperatriz"

"Estará bien cualquiera que escojas"

Toc toc

Una de las criadas llamó a Rina a la puerta

"Alteza, ya es hora de su clase, la señora Abigail la está esperando"

"Vaya! Ya ha pasado tanto tiempo. Debería apurarme si no quiero que me regañe"

Las criadas se apresuraron a cambiarla de ropa

"¿Como van tus clases?¿la Dama Abigail ha sido dura contigo?"-preguntó Luciana preocupada

"Es alguien exigente, pero también es muy sabia, después de todo ella ha servido a dos emperatrices. Tengo mucho que aprender, pero no es del todo difícil"

"Me alegra escuchar eso. Si tienes alguna dificultad no dudes en avisarme, haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarte"

Una vez marina se fue solo quedaron giselle y Luciana.

"Madame¿tiene algo que decirme? Lleva un rato mirándome en silencio"

Ella rió nerviosa, la había descubierto.

"Princesa.. ¡por favor use uno de mis diseños en la boda de su majestad!"

"Otra vez con eso, ya te he dicho que no tengo intención de usar una vestido"

"¡por favor! No tiene sentido ocultar la hermosa figura de la princesa bajo un tosco traje masculino ¡Si usted usa uno de mis vestidos no tendré otro deseo en toda la vida!"

Pero Luciana no iba a ceder. El corsé ya era lo suficientemente incómodo, era imposible para ella imaginarse atrapada en un asfixiante vestido.

"Ya conoce mi respuesta, además de que la protagonista de la boda es mi hermana, sería maleducado ser el centro de atención"

su majestad, en ésta vida soy yo quien decide Donde viven las historias. Descúbrelo ahora