Capitulo 30

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Pasaron unos días y Atem se encontraba haciendo sus oraciones a Ra.

Termino de hacerlas y sin querer, sus pensamientos giraron nuevamente en torno a Yugi.

Más específicamente a aquella noche en que vários espectaculos se presentaron en el centro de la ciudad debido a la llegada del nuevo año.

" ¿Quien era aquella persona con quién Yugi estaba cómodamente platicando y a quién los hijos de él parecían querer demasiado? " era lo que pensaba Atem ya que, por alguna extraña razón, aunque solo haya sido unos segundos, noto que Yugi se sentía demasiado cómodo platicando con aquella persona.

Más cómodo de lo que lo había visto platicar con Adley y con Dāika y...

No quería pensar que quizás más cómodo de lo que platicaba con él.

Un maullido llama su atención por lo que voltea notando que provenía afuera de su puerta por lo que la abre encontrando a la gata que vio en las memorias de Yugi.

Un maullido llama su atención por lo que voltea notando que provenía afuera de su puerta por lo que la abre encontrando a la gata que vio en las memorias de Yugi

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La gata se mete a su habitación en cuanto abre la puerta lo que causa un poco de extrañes en Atem ya que tal parece que quería escapar de algo.

- Pharaoh -el grito de Judai llama su atención por lo que voltea encontrandolo persiguiendo a un gato naranja con rayas cafés.

Ambos se dirigían a su dirección, sin embargo, Judai lo agarra antes de llegar a dónde estaba él.

- Te agarre -dice Judai con el gato naranja en sus brazos y en ese momento ve a Atem- Oh faraón, perdone si lo desperté pero el estaba persiguiendo a la gata de Yugi -.

- ¿Es tuyo? -pregunto Atem acariciando a Pharaoh.

- Se podría decir que si ya que mi sensei de historia me lo dejo antes de... -dijo Judai pero en ese momento Pharaoh abre la boca y de esta sale la figura traslúcida de Daitokuji-sensei.

- Antes de que Judai-ña me derrotará en un duelo y muriera-ña -termino de explicar Daitokuji-sensei.

Judai solo guardo silencio.

- Ya veo -dijo Atem pensando que ese asunto en si no era suyo ya que eso solo era de Judai y el alma de su profesor.

- Bueno, ya no lo molestamos faraón -Dijo Judai despidiéndose al igual que su sensei, quien se volvió a meter a la boca de Pharaoh- Nos vemos más tarde -.

- Si está bien Judai -se despidió Atem.

Judai se alejó y Atem cerro la puerta.

Al voltear vió a la gata en su cama por lo que se acercó y noto que está traía un collar sin cascabel pero con una identificación donde venia su nombre por lo que, tomándolo entre sus dedos, lo observo.

- Hisa -susurro Atem soltando de entre sus dedos la placa- Así es como te llamas -.

- Miaou -maullo la gata.

El Majutsu-Shi Itsushiro Saiko y Las Bestias SagradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora