□ 2. Cuchillo

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El sol se colaba entre las finas cortinas de Mina, cosa que no le permitió seguir durmiendo

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El sol se colaba entre las finas cortinas de Mina, cosa que no le permitió seguir durmiendo. Estiró su mano para tomar su celular y observar la hora.

6:34

Apretó un poco los labios, vacilando entre si levantarse o no. Sus delgadas manos sujetaban el dispositivo con la pantalla aún encendida. Se quedó observando fijamente al mismo hasta que cambió.

6:35

Bien, ahora sí. Se sentó en la cama y bajó primero su pie derecho, luego el izquierdo. Caminó hacia su baño a pasos torpes. Una de las cosas que más le disgustaban era andar descalza, pues era extremadamente consciente de cada paso que daba, de cómo se sentía, y, a veces, sentía la necesidad de volver atrás y repetirlo hasta que se sintiera correcto.

¿Pensó en usar pantuflas? Sí, pero no le gusta la idea de usar algo en los pies dentro de su casa. No tiene sentido ¿Verdad? Bueno, por eso anda descalza. Al menos eso, aunque sea molesto, no le parecía totalmente insoportable. Sólo le hacía perder algo de tiempo.

Una vez terminó con su rutina matutina, se dirigió a la cocina y tomó unas rebanadas de pan pre-cortado y los puso en la tostadora, mientras buscaba la mermelada que había comprado el día anterior. Era de fresa, como la de Chaeyoung.

Chaeyoung. Toc toc. Mina frunció levemente el ceño y le dió dos golpecitos a la encimera. Siguió preparando su desayuno hasta que un sonido familiar llamó su atención.

Toc toc.

Dejó lo que estaba haciendo, tomó la llave de la puerta y caminó hacia ella. Antes de abrir, observó a través de la mirilla de la puerta. Era Chaeyoung.

Abrió la puerta y pudo ver a la sonriente rubia que estaba de pie frente a ella. Aún tenía puesto su pijama, era algo chistoso con todos esos dibujitos. Mina sonrió.

─ Chaeyoung. ─Pronunció con las comisuras de sus labios levantadas, sí que se veía graciosa con los cabellos revueltos.

─ Buenos días, Mina. Disculpa la hora pero necesito algo... ─ Su voz estaba un poquito rasposa, supuso que acababa de despertar. Mina levantó un poco las cejas, esperando que prosiga. ─ ¿No tendrás un cuchillo que puedas prestarme? Me iba a hacer un sándwich y me di cuenta de que no me traje ninguno.

─ Oh. ─Escapó de los labios de Mina. Un poco nerviosa, la nipona chasqueó su lengua.─ No tengo cuchillos.

─ ¿Qué? ¿Por qué no? ─Preguntó confundida Chaeyoung. Según le habían contado los vecinos, Mina llevaba años viviendo allí ¿Cómo podría no tener cuchillos?

─ No los necesito. ─Respondió con simpleza.

─ ¿Y cómo cortas los alimentos?

─ Oh, no lo hago. ─Dijo encogiendose de hombros.

ᴛᴏᴄ ᴛᴏᴄ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora