La cena fue sobre ruedas, todo fue muy bien y podríamos decir que sirvió de distracción para la creciente incomodidad que se instalaba entre Mina y Chaeyoung cada vez que recordaban lo que casi ocurre entre ellas. Pero ninguna distracción duraba para siempre.
─ Mitang ¿Segura que no tienes problema con que nos quedemos? ─ Preguntó Sana, dedicándole una dulce mirada a su hermana menor, quien negó con la cabeza.
─ Para nada, va a ser como los viejos tiempos ─ Respondió Mina con una sonrisa. ─ Pueden usar mi cama, yo dormiré en la sala.
Las hermanas ya habían acordado para quedarse a dormir, lo que hacía que Chaeyoung se sintiera un poco fuera de lugar. No quería molestar, era un momento en familia. Con cuidado tomó su bolso y se dirigió a la puerta.
Unos pasos sonaron detrás de ella y una mano, un poco fría al tacto, se posó en su hombro. Al voltearse, Chaeyoung vió los ojos oscuros de Mina buscando su mirada.
─ ¿Ya te vas? ─ Su pregunta colgaba de un hilo de tristeza, la cual podía verse reflejada en sus ojos. La rubia asintió.
─ Sí, no me gustaría molestar más. ─ Enunció con una sonrisa, intentando con ella borrar cualquier sentimiento negativo que pueda estar pasando por la mente de Mina. La nipona dejó que su mano bajara por la extensión del brazo de la menor, sintiendo la duda alcanzarla al llegar hasta su muñeca, mas esto no impidió que tomara su mano.
─ Quédate, Chaeyoung. ─ Murmuró Mina, rompiendo el suave silencio entre las dos.
Chaeyoung se sorprendió por un momento, sintiendo que su corazón latía más rápido. La mirada de Mina buscaba la suya con una mezcla de anhelo y algo más difícil de describir. La rubia titubeó, pero finalmente asintió, incapaz de resistirse a esa súplica silenciosa.
─ Está bien, me quedaré. Gracias, Mina. ─ Chaeyoung respondió con una sonrisa suave, tratando de transmitir su aprecio. La tensión en el aire pareció disiparse ligeramente, pero ambas eran conscientes de que algo había cambiado.
Con el tema resuelto, Mina llevó a Chaeyoung hacia el futón extendido en la sala. A pesar de que Chaeyoung estaba dispuesta a dormir en el suelo con un par de mantas, la nipona insistió en que ambas compartieran el futón. La rubia se sentía un poco nerviosa, pero aceptó la oferta, agradecida por el gesto.
Se prepararon para dormir, compartiendo risas y chismes ligeros. Sin embargo, la sombra del casi beso pendía sobre ellas como una nube sutil. En un momento, Mina apagó las luces, sumiendo la sala en una tenue oscuridad, y ambas se acomodaron en el futón, manteniendo cierta distancia, pero con la conciencia palpable de la presencia de la otra.
─ Chaeyoung, sobre antes... ─ Mina comenzó a decir, pero la rubia la interrumpió con gentileza.
─ No te preocupes, Mina. Entiendo. Tal vez no era el momento adecuado. ─ Chaeyoung trató de suavizar la situación, pero la expresión de Mina dejaba entrever una tormenta de pensamientos.
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ᴛᴏᴄ ᴛᴏᴄ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ
Fiksi Penggemar❝Myoui Mina tiene una vida bastante peculiar en la que se siente realmente cómoda con el orden. Son Chaeyoung, su nueva vecina, perturba esa comodidad cuando empieza a golpear a su puerta.❞ □ Michaeng □ Soft, Fluff No se permiten copias o adaptacion...