□ 4. Alimentos cortados

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Si había alguien que Mina amaba, esas eran sus hermanas

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Si había alguien que Mina amaba, esas eran sus hermanas. Momo y Sana siempre cuidaron de ella y la ayudaban con sus rituales que, aunque parezcan tontos, ayudaban a reducir su ansiedad. Desde pequeñas fueron muy unidas.

Momo y Sana eran sólo un año mayor que ella, así que, a pesar de ser un juego de mellizas y su hermana pequeña, las tres se criaron casi como si fueran trillizas. Eran tan inseparables que, al momento de independizarse de sus padres y estudiar cada una su carrera soñada, las tres viajaron desde Japón hasta Corea del Sur y vivieron juntas un tiempo.

Vivir las tres era diferente a vivir con sus padres. Sobre todo porque ahora tenian responsabilidades de adultos, como pagar servicios, hacer las compras una misma, trabajar. Todas estas cosas no eran problema para sus hermanas, pero Mina no podía manejarlas. Buscó muchos trabajos, pero no lograba mantener ninguno. Para Mina, a sus 19 años le era realmente difícil la vida adulta, y por estas dificultades solía chocar con sus hermanas también.

Por la salud de la relación tan estrecha que tenían, Mina pensó que lo mejor sería que ella tomara un camino diferente y así poder hacer las cosas a su manera sin molestarlas. Obviamente, esto causó ansiedad a ambas partes. Sana y Momo temían que su hermanita no pueda manejar alguna situación y pierda el control, y Mina sintió más terror que nunca al enfrentar esos cambios sola. No fue fácil, pero ahora podemos decir que está muy cómoda con su vida. Terminó sus estudios, se graduó a los veintitrés como desarrolladora de software mientras, con los conocimientos que iba adquiriendo en clases y por internet, trabajaba desde casa, vendiendo sus proyectos a pequeñas empresas interesadas en su trabajo.

Todo esto pensaba mientras observaba a Sana pelar y cortar diferentes vegetales, los cuales Mina iba ordenando en los contenedores. Momo, por su parte, lavaba los tuppers y los etiquetaba para su hermana.

─ Y, cuéntame Mitang ¿Qué te traes con esa tal Chaeyoung? ─Preguntó Sana juguetonamente. Momo rió al escuchar la pregunta.

─ Eso, Minari. No nos contaste mucho ¿Qué tal? ¿Es bonita? ─Preguntó Momo, moviendo sus cejas de arriba a abajo.

Tanto mencionar a Chaeyoung hizo que nuevamente una imagen de ella apareciera en la mente de Mina, una en la cual, nuevamente, estaban ambas chicas besándose. Mina se cubrió el rostro con pena y sacudió la cabeza.

─ No lo sé, supongo que somos amigas.─El sonido de su voz se ahogaba parcialmente en las palmas de sus manos. Momo miró a Sana con complicidad.

─ ¡Qué bien! Al fin alguien dispuesta a conocer a nuestra linda y peculiar hermanita. ─Momo abrazó a Mina desde atrás, pasando sus brazos por sobre los hombros de esta, recargando en ella su peso para molestarla.─ Veintiséis años debieron pasar antes de que este milagro ocurriera.

─ Lo bueno tarda en llegar, dicen por ahí~. ─Canturreó Sana con una sonrisa, sin detener la preparación de aquellos alimentos.

Sana y Momo compartieron risas mientras Mina, entre avergonzada y divertida, intentaba liberarse del abrazo de su hermana mayor.

ᴛᴏᴄ ᴛᴏᴄ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora