Capítulo 8

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Pasó un tiempo hasta que se llegó a una decisión. Mover al aquelarre completo al mismo tiempo era muy complejo y podría llamar la atención, por lo que las superioras decidieron dividirnos en dos grupos. El primer grupo se iría esta misma tarde camino hacia el norte. Era una zona en la que ya habíamos estado y sabíamos que sería relativamente segura. Claramente ni yo, Wendy o Yeri estábamos en ese grupo. Nosotras saldríamos con el resto en un par de días.

- Genial, ¿y ahora que haremos durante estos días? - Se quejó Yeri - ¿Qué sucederá si nos encuentran?

- Ya cálmate, Yeri. Estaremos bien – Trate de tranquilizarla con esa mentira. No podía asegurar que íbamos a estarlo.

Estábamos ayudando con los preparativos para que pudiera partir camino el primer grupo cuando escuche a mi abuela llamarme.

- Irene, ven aquí. Necesitamos hablar.

Decir que se me pusieron los pelos de punta era lo mínimo decir, porque sabía perfectamente el tipo de conversación que se venía. La seguí sin decir palabras y pensando en las posibles represalias que se vendrían. En cuanto llegamos a su casi desmantelada tienda ella habló.

- Irene, honestamente no entiendo que sucedió esta mañana y tampoco sé si quiero entenderlo, pero tu definitivamente sabes algo y vas a decirme en este preciso momento que es.

- Abuela Bae... Yo.... - Estaba en blanco, no sabía si decir la verdad, mentir o simplemente no decir nada. Sabía que ella tenía métodos bastante macabros para hacer que una persona hablara y que de seguro estaba dispuesta a utilizarlos contra su propia nieta.

- Irene, tú eres mi nieta. A pesar de nuestras diferencias, puedes decirme lo que anda mal – Su tono de voz sonaba tranquilo, pero sabía que detrás de eso no había mucha paciencia.

- Abuela Bae, yo quisiera decirte, pero.... en este caso de verdad es algo que...

- Irene! ¡Ya dilo! - La paciencia se acababa.

- No puedo... Es algo que ni yo pued... - Ni siquiera me dejo terminar la frase cuando su palma golpeó contra mi mejilla. Mi único reflejo fue llevar mis manos a la zona lastimada.

- No puedo creer que seas así de egoísta, Irene. Después de todo lo que he hecho por ti desde hace años - En estos momentos su cara y sus palabras reflejaban un odio casi puro – Ten en cuenta de que gracias a tus jueguitos todo el aquelarre está en peligro – Diciendo eso, se retiró.

Yo me quedé sola en medio de la tienda, impactada por lo que acababa de suceder. Aún con las manos en mi mejilla me desplomé hasta el suelo y lloré, lloré como no me lo permitía hace años.

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Luego de un rato logre componerme lo necesario para salir de donde había decidido perecer y emprender camino hacia mi propia tienda. No quería hablar con nadie ni mucho menos tener que dar explicaciones sobre mi mejilla enrojecida.

Logré evitar a casi todas las personas del campamento, excepto a una. En cuanto entre a mi tienda, Wendy llegó detrás de mí.

- ¿Irene, que ha sucedido?

- No quiero hablar de eso ahora, Wendy – En cuanto dije esto me di la vuelta para mirarla a la cara por primera vez.

- !Dios mío! ¿Quién te ha hecho esto? - Parece ser que mi cara estaba peor de lo que imaginaba.

- Wendy, por favor, ya te dije que no quiero hablar-

- Irene, no puedes seguir aguantando que te traten así.

- ¿Y QUE QUIERES QUE HAGA? ¡SABES QUE NO TENGO DONDE IR!

La habitación quedó en completo silencio por unos minutos. No me había dado cuenta de que habían lagrimas otra vez bajando por mis mejillas.

- No tengo donde ir, todo el resto de mi familia está muerta, literalmente no tengo nada más que esto.

Wendy no dijo nada, solo me abrazó para intentar reconfortarme. Ella era mi mejor amiga desde hace varios años y sabía perfectamente toda mi historia. Nos quedamos el resto del día en nuestra tienda, sin hacer nada en particular.

Ya avanzada la noche yo no podía dormir. La primera parte del aquelarre se había ido durante la tarde y se supone que nosotras debíamos de organizar nuestras pertenencias y descansar. La parte de descansar me estaba tomando más trabajo del requerido. Me daba vueltas en mi cama sin poder conciliar el sueño, con un sentimiento de que algo sucedería.

Me levanté y salí para poder tomar un poco de aire, pero una sensación de que algo me observaba desde el bosque me invadió de repente. 

Destino Entrelazado / SeulreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora