Capítulo 15

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El camino de vuelta estaba siendo más largo de lo que me hubiera gustado. Joy me ayudaba como podía para seguir caminando, pero las heridas de mi brazo ardían, presentía que quizá incluso seguían sangrando bajo el vendaje, sentía como mi tobillo estaba cada vez más hinchado y debía aceptar que cada vez me costaba más respirar.

- Vamos Seulgi. Ya queda poco para que lleguemos

A pesar de los intentos de Joy para darme ánimos,  mi visión cada vez estaba más borrosa. Ya me costaba distinguir en donde estábamos y mis pies poco a poco dejaban de responder a mis ordenes de seguir caminando.

En algún momento todo se tornó borroso, lo último que recuerdo es que caí al piso, arrastre a Joy conmigo en la caída, y luego, escuché la voz de Joy gritando mi nombre.

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- ¡Maldición! - Otra vez, siempre era lo mismo. Recitar hechizos y que no dieran efecto.

Desde que habíamos llegado a este lugar sentía que todo iba incluso peor que antes. Los hechizos no resultaban a menos que pasara horas y horas intentando, la relación con mi abuela iba de mal en peor, y aún tenía rondando por mi cabeza el sueño de Seulgi.

No sabía por qué esa última me afectaba más que todas las otras cosas. Suponía que alejándome de ella podría volver a enforcarme en mi vida, pero el que siguiera rondando por mi cabeza no ayudaba en nada.

Tenía que aceptar que el sueño de hace un par de días hizo un poco más que solo volver a instalar a Seulgi en mi mente. Ese sueño me había preocupado y dejado con la sensación de que le había pasado algo, pero cada vez que intentaba hablarlo con Wendy ella insistía en que era solo un sueño y que mejor me concentrara en nuestras tareas. Me sentía sola y, en cierta forma, también derrotada.

Luego de la sesión fracasada de hechicería, decidí volver a la cabaña que compartía con Wendy para intentar descansar un poco, sentía que solo estar un rato sola para pensar me haría bien. Iba caminando en esa dirección cuando escuché gritos provenientes de un grupo de principiantes que estaban practicando un poco más allá. Poco después Wendy paso corriendo por mi lado.

- !Wendy! ¿Qué sucedió?

- !Una de las principiantes le ha salido mal un hechizo y se le ha caído la parte de un árbol encima!¡Vamos!

No lo pensé dos veces y me heche a correr detrás de Wendy. En un par de segundos ya estábamos reunidas con el resto de las brujas que acudieron a ayudar. El panorama me dejo paralizada, el árbol que recibió el hechizo estaba aún en pie, pero partido verticalmente por la mitad y una de sus grandes ramas estaba en el piso aplastando a alguien. Quedé helada al darme cuenta de que ese alguien era Yeri.

Yeri era la que había lanzado mal el hechizo y ahora estaba malherida y atrapada debajo de la rama. Las brujas con más experiencia estaban tratando de quitársela de encima con magia, pero se veía que les estaba costando trabajo. Escuchaba a Yeri quejarse del dolor cada vez que el grupo volvía a dejar caer levemente la rama sobre ella, en un intento fallido de hacerla levitar gracias a su peso y gran tamaño. Me acerque deprisa a Yeri y me arrodille a su lado para darle algo de contención.

- Tranquila, todo va a estar bien, estarás bien Yeri.

- Irene...- Veía en su rostro que el simple hecho de intentar pronunciar mi nombre le provocaba un gran dolor.

- No intentes hablar, está bien. Solo respira, ya casi te quitan esta cosa de encima.

Cada vez más brujas del aquelarre se iban incorporando a la misión de ayudar. Luego de un par de intentos, la magia hizo de lo suyo y lograron quitar la rama de encima. Wendy junto con otras brujas se acercaron y arrodillaron junto a Yeri para examinar su estado.

- Dios mío, muchos de sus huesos están triturados. Esto será muy difícil de arreglar – Dijo una de las brujas – Tienes que ser fuerte ¿si Yeri?

Yeri no respondió, apenas si mantenía los ojos abiertos. Podía ver como poco a poco iba perdiendo el conocimiento. Las brujas estaban armando un plan lo más rápido que podían para decidir por donde comenzar.

Por mi parte, me acerque más a Yeri y deje su cabeza reposando en mis piernas mientras agarraba una de sus magulladas manos, dándole todo el apoyo que podía. Ella era apenas una principiante, debía de estar muy asustada y con mucho dolor. Sentía como la respiración de Yeri era cada vez más lenta y su boca comenzaba a brotar sangre. Mis ojos comenzaban a ponerse llorosos de la sola impotencia de no saber que hacer.

Cerré mis ojos, alejé mi subconsciente del caos y me concentré en darle toda mi energía a Yeri para que se mejorara, repitiéndole una y otra vez que estaría bien.

Lentamente, comencé a sentir que Yeri respiraba más profundo y con algo más de fuerza. La mano que le estaba sosteniendo me dio un ligero apretón. "¡Bien!" pensé, las curanderas ya deben de estar curándola, aunque no me gire a ver para corroborarlo. Wendy fue la que me saco de mi trance, con un tono de voz muy sorprendido.

- Irene.... Estás brillando... 

Destino Entrelazado / SeulreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora