Capitulo 4

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Parecía extremadamente complacida consigo misma, los ojos le brillaban con pasión desatada. Lena se pregunto si sabría donde se estaba metiendo y decidió darle una última oportunidad para cambiar de idea antes de hacer algo de lo que pudiera arrepentirse. Se lo debía a Kara y a ella misma.

Sí, Kara confiaba en ella, Lena nunca haría algo para herirla. Pero si le demostraba exactamente lo exigente y agresiva que podía ser a la hora de conseguir lo que quería, tal vez ella se diera cuenta de lo peligroso que su plan podía ser para ambas.

-Ya que hemos llegado a un acuerdo, ¿estas lista para la primera lección?- le preguntó.
Kara se quedó atónita y echó un vistazo fugaz a la ventana que había detrás de Lena, con vista al aparcamiento del edificio.

-¿Aquí, ahora?
Por lo visto, la aterraba la posibilidad de que la descubrieran. Estupendo Lena estaba dispuesta a asustarla todavía más. La acorralo contra la pared más cercana y colocó las manos a ambos lados de su cabeza, dejándola sin salida...a menos que ella fuera la que le pidiera que la soltara.

Bajo la mirada a sus brillantes labios rosados y volvió a subirla lentamente hasta sus ojos.

-Claro, ¿Por qué no?- preguntó, arrastrando desvergonzadamente las palabras. La emoción de lo prohibido destello en los ojos de la castaña.

-Sea cual sea la primera lección, estoy dispuesta-susurro, provocándola con sus palabras y su impaciencia por explorarlo todo con Lena- Vamos a ello.

Sí, vamos- murmuro Lena, inclino la cabeza en busca de su boca y finalmente la besó...como había querido besarla durante lo que parecía una eternidad.

Kara había soñado con aquel momento durante años, pero ninguna de sus fantasías se acercaba ni remotamente a la realidad de aquel beso, de la boca de Lena contra la suya, de la presión de sus labios convidándola a separa los suyos para deslizar la lengua y saborearla. El beso fue ardiente, ávido y apasionadamente agresivo; todo lo contrario a los delicados preliminares caballerescos a los que Mike la tenía acostumbrada.

Lena no era amable a la hora de besar, y su respuesta la excitó más de lo que nada la hubiera excitado en su vida.

Aquello era exactamente lo que anhelaba. Ser poseída por alguien y experimentar la pasión en su forma más salvaje e indómita.

Un solo beso había bastado para que se sintiera viva, una mujer con deseos y necesidades, era maravilloso experimentar un arrebato instantáneo de lujuria por una mujer.
Pero por muy excitante que fuera aquel beso, no era suficiente.

Ansiaba un contacto más íntimo y no solo en los labios, las manos de la pelinegra seguían firmemente apoyadas contra la pared y al menos había seis centímetros de separación entre sus cuerpos.

Kara adoptando el papel de mujer agresiva, que pretendía ser aquel fin de semana, buscó remedio al problema para borrar cualquier resto de cohibición que pudiera quedar en Lena y hacerle saber que no quería el menor comedimiento entre ellas.

Bajo las manos hasta la cintura de sus pantalones y enganchando los dedos en el cinturón, tiró lenta e inexorablemente de Lena hasta que sus caderas se encontraron, la impresionante erección se apretó contra su vientre, sorprendiéndola muy agradablemente.
Kara al saber que era ella la responsable de su excitación acrecentó su confianza y avivo aun más su deseo, deslizo las manos hasta su trasero y aferró sus glúteos.

Instintivamente se arqueo hacia Lena y froto la pelvis contra la dura protuberancia de sus jeans, deleitándose con el gemido que retumbo en el pecho de Lena.

Lena entrelazo los dedos en sus cabellos y le hizo ladear la cabeza para acoplar mejor sus bocas en aquel beso húmedo, ardiente y gloriosamente erótico. Con su mano libre le acaricio la mandíbula y fue descendiendo, hasta que su pulgar encontró el pulso errático en la base de su cuello, pero no se detuvo ahí, sino que le desabrocho el botón superior de la blusa y extendió la palma sobre la piel descubierta, poco a poco fue bajando, a medida que la respiración de Kara se hacia más y más jadeante, hasta que finalmente tuvo uno de sus pequeños y firmes pechos en la mano. La tela del sujetador era fina y ligera y cuando Lena le acaricio el pezón con le pulgar a través del encaje, ella se estremeció violentamente.
Lena parecía perdida en el embriagador placer del beso y al mismo tiempo irradiaba una sexualidad incontenible.

Sexual attraction (Supercorp Lena G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora