Capitulo 9

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-Mmmm...sabe a cereza- susurró kara con una sensual sonrisa, completamente inmersa en la lección.

Lena le permitió tomar él control y experimentar a su antojo y se imaginó su boca en otra parte de su cuerpo. Una parte endurecida y palpitante que pugnaba por liberarse de su confinamiento.

Kara compensaba su falta de experiencia con una dedicación total, rozando, el dedo con los dientes y pasandole la lengua por la punta, antes de meterselo en la boca. Sus ojos cerrados y expresión de éxtasis reflejaban lo mucho que estaba disfrutando mientras aumentaba la excitación de Deseo y barría sus defensas.

Kara no creía que tuviera lo que hacía falta para seducir a alguien, y sin embargo Lena se estaba ahogando en su sensualidad innata. Se moría por arrancarle sus bragas y poseerla allí y ahora, sin ningún miramiento ni delicadeza.

Y cuando kara adoptó inconscientemente un ritmo constante, el control se le hizo añicos.
Retiro el dedo de su boca y lo sustituyó por sus labios. La beso ávida y profundamente. Kara gimió y hundió los dedos en el pelo de su nuca mientras abría la boca para recibir la ferviente invasión de su lengua.

Estaba tan ardiente y febril como ella mismo.

Sabiendo lo que su cuerpo ansiaba tras la estimulación física y mental, se presionó contra kara y la hizo tumbarse en el sofá, sin despegar la boca de la suya, deslizó la rodilla entre sus piernas y las separó, al tiempo que introducía una mano bajo el vestido y subía por la parte posterior del muslo. Extendió la palma sobre la cadera, siguiendo el elástico de las bragas hasta el corazón de su feminidad. Entonces deslizó los dedos bajo bajo la fina barrera de seda para acariciar con el pulgar los suaves pliegues de su sexo.

Estaba húmeda y caliente, empapada de deseo, y el gemido que emitió a la vez que se arqueaba al recibir su tacto, fue todo el permiso que lena necesitó para acabar lo que había empezado.

Retiro la boca y observó su hermoso rostro, la expresión confiada de kara le encogió el corazón.

- Imagina mi boca justo aquí- murmuró, acariciándola lentamente entendiendo su humedad hacía arriba, sobre el clítoris- Mi lengua tocándote con su suavidad, y luego presionando cada vez más...

Kara echo la cabeza hacia atrás y movió las caderas contra sus dedos y entonces se deshizo en suaves jadeos, que pronto dieron paso a un largo y entrecortado jadeo que acompañó las convulsiones del orgasmo. Pero, lejos de saciarla, pareció que la enardeció aún más. A los pocos segundos del clímax estaba agitándose bajo el cuerpo de Lena, separando las piernas y apremiándola a que siguiera. Antes de que Lena se percatara de sus intenciones, ella le había agarrado la cintura de los pantalones y le estaba bajando la cremallera. Tiró de los pantalones hasta los muslos y agarró su erección a través de los calzoncillos.

Por increíble que pareciera, el miembro de Lena creció en longitud y grosor con cada caricia de sus dedos, su miembro definitivamente reaccionaba por si sólo, a sus caricias.

Lena emitió un siseo entre dientes y apenas fue capaz de contenerse. La sujeto de las muñecas y se las llevo por encima de su cabeza, para no perder el control de la situación.

Sabía que las bebidas que kara había tomado, eran en parte las responsables de su desinhibición y aunque Lena se negaba a hacerle el amor sino estaba completamente lúcida, no podía negar qué ambas lo deseaban.

La beso en la boca y empezó a frotar la erección en su sexo.

Kara le rodeó instintivamente la cintura con las piernas y se arqueo hacia ella. La seda mojada se pegó al algodón que confinaba su pene hinchado. Lena se imaginó penetrándola sin ropa de por medio, se imaginó rodeado por su calor, su húmeda feminidad, y cuando kara se tensó contra ella y gritó de placer al recibir un segundo y más fuerte orgasmo, no pudo aguantar por más tiempo.

Un intenso temblor la recorrió al descargar su caudal de pasión contenida, vaciándose por entero y no sólo físicamente.

Enterró la cara en el cuello de la rubia y soltó un largo y último gemido. Así permaneció varios minutos, cuando finalmente levanto la cabeza y la miro a los ojos, kara le dedicó una sonrisa de plenitud y satisfacción.

-Gracias por la lección tan esclarecedora y agradable-le dijo kara suavemente, con los ojos entre cerrados.

-Ha sido un placer-murmuró Lena.

La beso en los labios y se levantó- enseguida vuelvo-dijo Lena mientras se dirigía al cuarto de baño.

Cuando volvió la encontró como la había dejado, con las manos aún sobre la cabeza, el vestido arriba de las caderas y los muslos separados. Su aspecto era deliciosamente descuidado y sino fuera porque se había quedado dormida, Lena no habría podido resistirse una segunda vez.

Pero la noche finalmente la había agotado y ella tenía que irse, por mucho que le habría encantado acurrucarse a su lado y terminar la noche durmiendo abrazada a kara.

-Vamos bella durmiente-susurró mientras la levantaba del sofá-vamos a llevarte a la cama.

Kara emitió un suave suspiro y se acurruco contra su pecho mientras la llevaba al dormitorio. A Lena le resultó una sensación sumamente agradable tenerla en sus brazos, como si fuera algo más que una amiga en su solitaria vida.

Más que una amante de fin de semana.
La ayudó a sacarse el vestido y el sujetador y sonrió al recordar que apenas había dedicado tiempo a esos, pequeños y perfectamente redondeados. Pero todavía quedaba el día siguiente y más lecciones que impartir, y se aseguraría de ofrecer a esos dulces montículos de carne rosada la atención que merecían.

Cuando la arropó con las mantas, kara se removió en su lugar y atrapó uno de sus brazos, estaba semi dormida, su respiración empezaba a ser más profunda y sosegada, Lena permaneció inmóvil para no despertarla y luego retiró de a poco el brazo, pero kara sonrió de lado adentrándose en un sueño más profundo.

-No te vallas, duerme conmigo- susurró entre-cortadamente, a lo que la pelinegra supuso que ya estaba entregada a su sueño, la beso en la frente y se alejó un poco.

-Lee...Lena, amor-volvió a murmurar.

Lena permaneció observándola unos minutos, deseando meterse en la cama con kara y abrazarla contra ella, en vez de volver a su casa solitaria y su cama vacía. Un calor le invadió el pecho al darse cuenta de lo hermoso que sonaba su nombre en la boca de ella y más acompañado de un "amor".

Aquello la estaba afectando más de lo que nunca se hubiera permitido reconocer. Y ya no estaba segura de que podía hacer con esos sentimientos crecientes que le hacían desear lo imposible con kara.

Al día siguiente por la tarde kara entró en Lena's Auto Repair con un paso más ligero y una mayor confianza en sí misma que el día anterior, cuando acudió a hacerle la proposición. En apenas 24 horas, había pasado de ser una chica incapaz de seducir a una persona con una "sexcapada" a una mujer decidida, impetuosa y espontánea que perseguía todo aquello que deseaba, sin el menor sentimiento de culpa o remordimiento.

La noche anterior con Lena en la discoteca y luego en su departamento, se había mostrado atrevida y aventurera, impulsada por un afán de exploración sensual como nunca antes había sentido con ningún otra persona. Lena había liberado a la mujer lasciva y libidinosa que había en ella, y había sido una experiencia maravillosa sentirse tan impúdicamente sexual, disfrutando sin reservas de la atención y las lecciones de Lena...y de la certeza de saber que ella también tenía la habilidad para excitarla. Tal vez siempre estuvo en ella todo esto y sólo no había encontrado a la indicada que lo haga aflorar.

Atravesó el vestíbulo vacío y entró en la zona del taller, con una sonrisa en los labios al recordar cómo había tocado a Lena a través de los calzoncillos, haciéndole perder el control. Semejante proeza la había sobrecogido, y ver como Lena se abandonaba al deseo que sentía por ella la había llevado al clímax...por segunda vez.

Esa noche quería sentir hasta el último centímetro de su erección dentro de ella, quería colmarse de la fuerza, sin ninguna barrera entre ellas. Quería aquel acto de intimidad, aquel recuerdo inolvidable antes de dejarla marchar.

Sexual attraction (Supercorp Lena G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora