Capitulo 11

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-Eso es lo qué estás haciendo- admitió Lena.

Acepto la decisión de Kara y sacó un refresco y una botella de agua de la nevera que tenía bajo el banco- casi nadie viene aquí.
Kara la miró con curiosidad.

-¿Y eso porqué?

-Porque este garaje es mío, tranquilo y privado- respondió repitiendo las palabras de Kara, mientras le acercaba un banco acolchonado para que se sentara- para mí es un santuario, un lugar sagrado donde puedo refugiarme y hacer lo que más me gusta.

-¿Arreglar coches?- pregunto kara con una sonrisa e complicidad.

-Sí- admitió Lena mientras retiraba el envoltorio de su sándwich, no le sorprendió descubrir que era de ternera ahumada con mostaza y salsa agridulce, su favorito- este garaje también me recuerda quien soy y todo lo que he conseguido.

-Has recorrido un largo camino desde luego- dijo kara, dando un mordisco a su sándwich de pavo y queso.

-No dejo de maravillarme por haber pasado de trabajar en una gasolinera a los 17 años, a ser dueña de mí propio negocio.

Sin embargo, sabía que nunca lo habría conseguido por sí sola, y era muy consiente de aquellas personas que habían influido en su vida de joven rebelde.

-Fui muy afortunada al contar con la ayuda de todos aquellos que creyeron en mí y me mantuvieron en la buena senda profesores, jefes...y también tu familia.

-Siempre he estado muy orgullosa de ti, Lena- afirmó kara con voz muy amable- y mis padres también.

Lena la miró a los ojos y le sostuvo la mirada.
-Les debo muchísimo.

Ciertamente les debía más que estar tonteando con su hija.

Pero, por egoísta que fuera, no podía haberse negado para pasar aquel fin de semana con kara.

-No les debes nada- replicó kara. Volvió a envolver la mitad de su sándwich y lo guardó en la bolsa-te quieren como a una hija. Nunca lo dudes.

Pero a pesar del cariño incondicional de los Danvers, nunca se había librado de esas dudas inculcadas por una madre que la había rechazada.

Lena había ansiado más que nada el amor de una madre y lo único que había recibido de ella fue desprecio y rencor, sobre todo después de que su padre los abandonara. Lillian Luthor opinaba que Lena era igual que su padre y eso había bastado para ignorar la existencia de su hija y ahogar sus penas en alcohol, manteniendo firmemente que Lena la decepcionaría como lo había echo su padre Leonel y por ello no merecía ni su amor, ni su atención, la tomaba como una anticipación de los echos futuros.

Ahora estaba muerta y Lena se había quedado con una incapacidad profundamente arraigada para mantener una relación duradera con una mujer y amarla como se mereciera ya que una parte de ella temía volver a experimentar el mismo rechazo.

A lo largo de los años, le había resultado más fácil y menos doloroso mantener a las mujeres a una distancia segura que atreverse a dar el peligroso salto emocional.

Sin embargo, sentado junto a ella estaba la única persona que le hacía desear aquel lazo sentimental y que la tentaba a asumir riesgos.
Pero kara se merecía mucho más de lo qué ella podía darle, y a pesar de el fin de semana que estaban compartiendo ella tenía a Mike, un hombre de muy buena posición, acaudalada cuenta bancaria qué podría mostrarle el mundo, alguien que la tendría como a la reina que era, Mike encajaba mejor con Kara y sus aspiraciones, por algo acudió a ella para aprender a satisfacer a un hombre, quería ser perfecta para Mike y no decepcionarlo en nada.

Lena estaba totalmente convencida de esto.

-Si no hubiera sido por la amistad que forje con tú hermano y el apoyo incondicional de tu familia, sabe Dios donde estaría ahora- dijo sacudiendo la cabeza- seguramente sería una delincuente huyendo de la ley.

Sexual attraction (Supercorp Lena G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora