Cap. 4

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Cuando terminaron de comer, procedieron a despedirse para ir cada uno por su lado.

Sakura le volvió a dar un breve abrazo antes de irse, se notaba que estaba bastante emocionada con su llegada.

Aunque a veces no lo demostrará como tal.

Pero él la conocía y entendía, por lo que estaba bien aquello.

El rubio comenzó a dirigirse dónde mencionó el Nara para encontrarse con su otro mejor amigo y su hijo Yuki.

En cierto punto de la vida, y con tantas bromas dichas por el Akimichi, terminó refiriéndose de ese modo hacia su gato.

Para él fue divertido, hoy en día seguía siéndolo.

No tomó mucho cuando finalmente los encontró, detuvo su carrera para quedarse mirándoles unos instantes. No pudo evitar sonreír al ver que el chico estaba durmiendo junto al gato en una posición bastante parecida entre ambos.

Se colocó de cuclillas sin dejar de observarles, sobre todo a cierto gatito quien entre sueños comenzó a mover una de sus patitas.— Por lo visto, tienes un gran parecido a tu tío, ¿Eh?

Acarició ligeramente la cabeza del minino causando que sus orejas se moviera ante esto, riendo bajito volvió a hacer lo mismo hasta que sintió una mano en su hombro asustandose de aquello.

El grito que se escuchó en ese prado fue realmente varonil, el no chilló, no no no, realmente no lo hizo.

O eso quería pensar.

Se giró mientras que con su mano agarraba la zona donde estaba su corazón, sin notar que debido a su grito despertó a ambos durmientes sobresaltados y casi en las mismas que él.

— ¡Shikamaru! ¡No me asustes así!

El mayor sin poder evitar la risa que estaba invadiéndolo trato de hablar como siempre hacia, fracasando en el intento.— B-bueno, te hablé y no contestaste.

El rubio sólo le miró con un puchero, ¿Tanto se demoró en ir a comer con su amiga para luego venir aquí?

Mirando hacia el cielo notó que ya estaba por terminar de oscurecerse por completo.

Sí, se demoró en ello.

Se giró para volver a ver al chico junto al gato siendo inmediatamente abrazado por Chōji.

— ¡Te extrañé bastante Naruto!, bueno, te extrañamos bastante.

El rubio correspondió el abrazo bastante animado.

— ¡Chōji! ¡También los extrañé!

Luego de separarse el Uzumaki sonrió al sentir al gatito maullar mientras se movía de un lado a otro por su pierna, haciéndole cariño. El chico tomó entre sus manos al gato colocándolo frente a su rostro.

— ¡Ha pasado sólo tres años y ya estás bastante grande!

Un maullido como respuesta le hizo reír ligeramente, acercó al gato a su cuerpo para abrazarlo mientras acariciaba detrás de sus orejas.

— Me perdí todo su crecimiento —Lloró de una manera cómica el rubio sin dejar de lado su acción. Shikamaru tuvo que girarse para darle la espalda y agarrar su estómago con una de sus manos en búsqueda de aire.

Si de por sí ya le era difícil aguantarse la risa ahora estaba peor, era como estarse riendo en completo silencio.

— Obviamente creció bien, su padre Shikamaru cuidó muy bien de él. Y yo por supuesto, su tío cool, también ayudé.

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