CAPITULO 26: carrusel

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Hyori

Estaba jugando con Fresa en el patio cuando de repente me llegó un mensaje.

Inevitablemente sonreí al ver nombre en la pantalla. O bueno, el apodo con el que lo agendé.

📲_Chico de las sabritas💓😘_

—¿Estás lista para nuestra
primera cita?🫣

No tardé nada en responderle incluso si eso me hiciera ver muy obvia.

—¿Debería llevar algo?🤔

Hambre
—Y una sonrisa 💓
—Pasó por ti en una hora.
😘

Una hora es poco tiempo para una chica. ¡¿Que debería vestir?!

En un abrir y cerrar de ojos ya estaba marcándole a mi mejor amiga.

¡Hyori-bu! — respondió al primer timbre.

¡Emergencia de chicos! Daniel me invitó a nuestra primera cita y no se que vestir. ¡Ayuda!

—¡Debiste intuirlo antes! No te muevas de ahí, voy para allá. — se escuchó como si dejara el celular en algún lugar lugar—¡¡¡Lea!!! ¡Necesito transporte!

(...)

—Pero no quiero que me abras la puerta del auto, yo misma puedo hacerlo —rodé los ojos y Yeonjun rió.

Está bien, vamos.— dijo antes de subirse a su auto deportivo. Condujo durante algunos minutos en silencio hasta que me dio una pequeña cajita rosa de cartón.

¿Qué es esto? — pregunté animada.

Ábrela y lo averiguarás.

Soy una persona bastante curiosa así que no me lo dijo dos veces y la abrí; era un collar de oro con forma de corazón y aparte, en la misma cajita venía un anillo del mismo material con una pequeña piedra rosa.

¡Daniel Choi! —grité emocionada. —¡No tenías que darme algo así!volteé a verlo.

Yeonjun soltó una risita divertida y se orilló en la calle para ponerme el anillo en el dedo anular derecho.

Yang Hyori, esto que tu ves aquí es mi esfuerzo de un mes.

—¿Qué?

—Estuve trabajando después de los entrenamientos para comprarte algo bonito con mi propio dinero, y durante todas esas horas no hubo ni un instante en el que no pensara en ti. —sentí que me derretía por lo dulce que es. — Se que no es mucho, pero me gustaría que con esto presente nunca dudes de cuanto te quiero y lo mucho que significas para mi. Eres alguien muy importante,Yang Hyori.

¡¿Acaso estoy soñando?!

Es la primera vez que Yeonjun me dice "te quiero" y lo hace con esto en manos.


Daniel siempre está ocupado; si no está en los entrenamientos está en el club de literatura, estudiando, apoyando en la empresa de su papá, e incluso me contó que hace poco se unió al club de danza; dijo que bailar le ayuda a estar de buen humor pero creo que en el interior lo hizo para que Danielle se inscribiera, no estaba muy segura de hacerlo y cuando su hermano entró, ella también lo hizo...

De verdad no tiene tiempo para nada y sin embargo siempre hace tiempo para mi, ¡incluso gastó valiosas horas de su vida para darme un detalle como muestra de su afecto hacia mi!

¡Definitivamente lo usaré siempre!

Muchas gracias, Daniel. — dije y deposité un dulce beso en su mejilla. Yeonjun se puso rojo al instanté y trató de no voltear a verme para seguir manejando.

Te besaría en este momento pero sería ilegal hacerlo. —solté una risita. Tiene un buen punto.

Entonces no dudes en hacerlo al llegar a nuestro destino. — sonrió. —Por cierto, ¿a donde vamos? Ya llevas algo de tiempo manejando.

—¡Ya lo verás! Es un lugar muy especial; tuve que planearlo desde hace mucho tiempo.

(...)

—¡Quiero subirme a la rueda de la fortuna, Daniel! ¡¡Ándale, ándale, ándale!! —decía con aegyo y Yeonjun solo reía.—¡Por favor!

—Está bien, vamos. Solo déjame ir primero por un helado —

—No, ¡vámonos ya! — lo jalé de su ropa y este rió divertido.

Subimos a la rueda de la fortuna y al bajar compramos churros; nos subimos a la montaña rusa, comimos helado, algodón de azúcar. Después nos subimos a los carritos choclones y, para cuando acordamos, ya pasaban de las 5:30 de la tarde.

Hyori.

—¿Mmm? — respondí mientras veía a unos niños jugar con burbujas.

¿Quieres subirte al carrusel conmigo?

Rápidamente volteé a verlo y lo tomé de la mano. Se veía tan tierno.

Vamos.

Yeonjun me ayudó a subir al caballito blanco más bonito de todo el juego, después, se paró junto a mi.

¿No piensas subirte? Eras el que más quería subirse de los dos. —pregunté divertida.

Yo... ¿me permites ponerte el collar, Hyori?

Sentí como mis mejillas comenzaban a arder así que solo asentí. Saqué de mi bolsa el collar y Yeonjun lo puso delicadamente alrededor de mi cuello.

Te quiero, Hyori —y al pronunciarlo, me besó.

No es necesario decir que sentí el revoloteo de las mariposas en mi estómago apenas nuestros labios se tocaron.

El beso fue dulce y delicado, justo como los labios de Yeonjun.

Me sentía tan feliz.

Y si esto es un sueño, espero que nadie nunca me despierte.

—Yo también te quiero, Yeonjun...

—Yo también te quiero, Yeonjun

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Young Love | YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora