04: Preguntas sin respuesta

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Sábado, 9 de Febrero:

Anónimo

Es una pena cómo suelen terminar las cosas. Hasta podría decir que, en lo más profundo de mi alma, la chica me caía bien.

La dejé tendida en su cama y salí de la casa después. Cuando despertara en la mañana ya no recordaría nada de ésto, ni la más mínima idea de mi existencia.

Me había divertido mucho éstos días, pero ya tenía lo que necesitaba.

Tenía un día.

Tenía una ubicación.

Y ya tenía un plan.

No podía desconcentrarme ni un segundo.

No la dejaría escapar otra vez. Ésta vez las reglas del juego iban a cambiar. Ésta vez iba a por ella por las malas.

Sin importarme lo sangriento que ésto se vuelva.

*
*

Alicia

Pasó una semana y seguía sintiéndome como la mismísima mierda.

Aún no entendía nada. Y ya había dejado de insistir el tema con las chicas, no iba a llegar a ningún lado por ahí.

Y lo peor de mi semana había sido Michael, quién no dejaba de enviarme mensajes todos los días. 

¿Disculpándose?, ojalá.

El muy estúpido, de alguna u otra forma trataba de culparme por lo que él había hecho, diciendo que a veces sentía que “no le dedicaba suficiente tiempo”. Y quería hacerme sentir culpable por haber salido con las chicas en tanto me enteré.

Eso no iba a pasar. Sinceramente, Michael ya no tenía nada que me hiciera querer volver con él. 

Volviendo al presente, me encontraba en la cocina horneando unas galletas con chispas de chocolate, para el súper obligatorio sábado de pijamada que había tenido con las chicas todos los sábados durante los últimos nueve años.

—Cariño, hoy tu padre y yo saldremos a una cena de negocios —habló mamá cuando pasó por la cocina, mientras se colocaba sus aretes de diamantes.

Ella y mi padre trabajaban en su propia empresa independiente de marketing, y les iba súper bien, gracias al carisma y habilidad para relacionarse que tenían ambos.

Yo no había heredado eso. Mi hermanita definitivamente si.

—Tu hermana va a dormir en casa de Debie —dijo mamá, refiriéndose a la hija de una de sus mejores amigas, la cual estudiaba con Camile—. ¡Es su primera pijamada!

AxelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora