6: Axel

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Alicia

*

Un par de semanas después aún seguía pensando en lo ocurrido en el laberinto de espejos.

De seguro eres anémica o algo por el estilo —dijo Isa cuando me encontraron inconsciente en el lugar.

Sinceramente en vez de anémica yo diría que estoy a punto de manicomio.

Aquel día habíamos pasado por emergencias, pero los doctores aseguraban que estaba en perfecto estado y que quizás era el estrés de la escuela.

Muy útil.

Ya era viernes otra vez, y mi vida se resumía a dedicarme a solo existir, esperando el momento correcto para declararme oficialmente loca. Pero para mi mala suerte, mis dos mejores amigas no aceptaban por nada del mundo la idea de un viernes “aburrido”

—¡Hazlo por mí! —me rogó Lou— ya me rechazaste la semana pasada.

Lou estaba organizando una fiesta en su casa, aprovechando que sus padres estaban de viaje, y llevaba toda la semana insistiendo.

—Estoy ocupada Lou, tengo que… —no tenía absolutamente nada que hacer— lavar el inodoro.

—¿El inodoro? —alzó una ceja— ¡Lizzy deja de inventar cosas! Llevas dos semanas encerrada aquí y te ves fatal.

—Un poco de diversión te hará bien —se sentó junto a mi en la cama y comenzó a hacerme cosquillas— quizás si conoces a alguien…

No aguanté la risa y luché con Lou hasta que me soltó. Ella definitivamente no me dejaría en paz.

—Porfavorcito siii —puso ojos de ternero —si te aburres te prometo que te traigo de regreso.

Le sostuve un momento la mirada pero al final perdí, ya que.

—Está bien mujer —contesté, a lo que Lou estalla en un gritito y se me tira encima.

—Tenemos que buscar que ponernos!!

Lou se encargó de vestirme completamente y, a decir verdad, me veía realmente increíble.

Mi atuendo consistía en un vestido negro de lentejuelas al cuerpo, con la espalda descubierta, que me llegaba hasta la mitad del muslo.

Mi cabello tenía ondas suaves y mi maquillaje era sencillo. Pero me veía muy bien.

Tal vez Lou tenga razón y ésta fiesta me haga bien, por lo menos para dejar a un lado toda la paranoia. Había pasado todos estos días durmiendo con un ojo abierto, a la espera de volver a ver algo… o mas particularmente a alguien.

No podía borrar de mi memoria a esa silueta con ojos rojos del laberinto que, podría jurar por lo que sea que se trataba de la misma que había visto en mi habitación aquella vez.

Lo más frustrante de todo es que ni siquiera puedo hablar de esto con nadie. Nadie cree un carajo de lo que digo.

—¿Tacones rojos o negros? —me preguntó Lou, sacándome de mi burbuja.

—Los rojos están geniales —respondí.

—Los negros entonces.

*
*

Más tarde ya me encontraba en la casa de Lou, en medio de la música ensordecedora y adolescentes dispuestos a tomar malas decisiones. Isa se encontraba junto a mi en la barra de la cocina, acompañada de Lucian.

Aquel chico parecía querer algo serio con Isa, sería una lástima que ella lo mandara a volar. Parecía buena persona.

Miré alrededor durante un rato, detallando la exitosa fiesta de mi amiga.

AxelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora