Reino azul.
- Se supone que debes quedarte un tiempo con los Jeon, en unas semanas se anunciará tu compromiso con Jeon Jungkook. Debes comportarte y ser una buena omega.
So-hee apretó los labios, pero únicamente asintió ante las palabras de su padre. No estaba feliz, ni cómoda con la decisión que tomaron en aquella reunión, pero debía respetar lo que se le decía.
En una semana se mudaría con los Jeon, era una costumbre que el o la omega recién comprometida se mude dónde se encuentra su futuro alfa para poder entablar un vínculo desde antes del matrimonio. Mucho más si estos compromisos son arreglados.
Entró a su cuarto y se sorprendió cuando vió a su hermano asomado en su ventana. - ¿Ahora entras sin avisar a mi recámara? Lo de futuro rey te lo estás tomando muy en serio.
Han la miró muy serio. - ¿Cuándo te irás?
- No falta mucho, seguramente el siguiente domingo.
Han asintió volviendo a mirar por la ventana. Parecía pensativo. - ¿Qué sucede Han?- So-hee se acercó haciéndolo voltear hacia ella nuevamente. - Actúas extraño desde que regresamos...¿Acaso oíste algo malo?
- Vas a estar bien con Jungkook...
La omega se alejó un poco. ¿Ahora estaba de acuerdo? - Ja, no sabía que ahora te gustaba la idea. Gracias por tus buenos deseos... - se alejó y se sentó en su cama.
El alfa caminó hacia ella y se agachó para buscar su mirada. - Hice un trato con él So-hee, no puedo hablarte de eso ahora, pero confía en mí, te sacaré de allá y te traeré de vuelta a tu casa que es este reino. Es aquí donde tú debes reinar junto a mí.
Ella lo miró al borde de las lágrimas, no creía sus palabras, sabía su destino, pero el hecho de que la quiera ayudar significaba mucho. Sonrió levemente y tocó la mejilla de su hermano. - Gracias Han, siempre has sido muy diferente a él.
El pelinegro la miró, puso su palma encima de la mano de su hermana que continuaba en su mejilla. - Sé que dudas, lo puedo ver en tu mirada, sé que te parezco alguien joven e inmaduro, pero creeme So-hee, tú y mi madre son todo lo que tengo aquí y no dejaré que las lastimen, y si tengo que obligarme a madurar y ser un buen rey, lo seré. Tú mereces ser feliz con quién tú quieras y no quiero que nadie te quite esa ilusión.
La hermosa omega, bajó su mano un poco conmocionada. Nunca había escuchado a su hermano hablar de esa forma. Lo sintió lleno de convicción. Así que solo asintió.
Vió a Han levantarse y salir de su habitación. Esa noche, la princesa empacó sus cosas, pero algo nuevo tenía en su pecho, algo que no podía descifrar, así que solo se acostó en su enorme cama y se limitó a ansiar que aquellas promesas alcancen a cumplirse.
Reino dorado.
El princesa Jisoo sabía muchas cosas. Tocar el piano, el violín, hablar 3 idiomas diferentes, defensa personal, usar la espada y la flecha. Todo aquello lo aprendía porque ella mismo le pedía a su hermano aprender. ¿La razón?
'Me rehuso a ser una princesa que se dedique a servirle a su alfa'
Aquellas eran sus palabras, y su hermano Seokjin no podía sentirse más feliz. Pero Jisoo no sabía una cosa.
Su hermano al fin se ha comprometido.
- ¿Ya me vas a decir quién va a venir? Porque siempre me pides que me vista así de ridícula cuando viene gente 'importante' - reclamó la princesa con fastidio. No le gustaba usar vestidos tan pesados.
- Vienen los reyes del reino negro, se quedarán hasta mañana.
- ¿Viene el príncipe Eunwoo? Es muy guapo, pero no quiero que me prometas a cualquier alfa, soy muy joven.
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El Omega del rey.
Fantasía- Príncipe no debería hablarle así al omega del rey. - Mis disculpas su alteza, a veces olvido ese detalle. Sucede que no lo veo como el omega de alguien. - Pues lo soy. - No lo eres. No a menos que tú lo decidas. - No tengo voz aquí. - Haré que la...