III - I

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Una vez terminaron de entrenar, Aiki se había reunido con Koichi, Hayley y Samirina mientras Sonia no estaba. Después de pasado unos días de lo sucedido con Darko, él sabía que el líder criminal estaba en el tribunal, y pronto sería encarcelado. El malhumor de Sonia aumentó desde ese momento, ya que ella había sido seleccionada por el juzgado como testigo, y tenía pereza a pesar de ser su deber como sargento.

En el pasillo del edificio de entrenamiento, Aiki estaba sentado junto a sus amigos en una hilera de sillas que se encontraban de espaldas a la pared del recinto, teñida de pintura amarilla-anaranjada, y enfrentada a una cantidad de trofeos, medallas y cuadros en el lado opuesto.

—¿Crees que Darko sea encarcelado? —preguntó Aiki a Koichi.

—No lo sé —respondió Koichi—, a mí me dijeron que varios en el tribunal e incluso en el Parlamento tienen relación con esa banda de criminales. No veo la hora en la que Cefeo los depure.

—Creo que es más complicado que eso —respondió Hayley—, a menos que haya pruebas, no puede sacar porque sí a parlamentarios de sus puestos.

—¿Oíste que los gremios están enojados? —preguntó Koichi.

—Hasta hace poco se le descontaba automáticamente a los empleados de su sueldo para pagar a los gremios —repuso Hayley—, era una ley que impuso Haiger, pero los gremios no representaban a todos los empleados, por ende Cefeo quiere que los empleados puedan decidir si dar su sueldo o no.

—A Theronios Valleris no le gusta perder ovejas —contestó Koichi sarcásticamente.

—¿Quién es ese? —preguntó Aiki.

—Es el jefe de la E.A —contestó Hayley—. Esencia Arcana, un gremio para trabajadores de empresas que venden artilugios mágicos, armas, y objetos esenciales para guerras. Dicen que se volvió millonario después de asumir su cargo.

—Supongo que se gastaba las cuotas sindicales en sus intereses personales en vez de en la gente que se supone que debía ayudar —opinó Koichi—. Bueno, me parece a mí.

—En Zane el aporte es voluntario —repuso Hayley—, eso había dicho mi hermana en una cena familiar cuando aún estaba en casa. Ella trabajó en la Organización de Naciones como analista de datos.

—¡Wao! —dijeron Aiki, Koichi y Samirina al unísono.

—Una vez quisieron ofrecerle trabajar en la Central de Inteligencia, pero lo rechazó por ser demasiado duro el proceso de entrada —siguió Hayley—. Supuestamente a los que entran les hacen participar en misiones contra crímenes menores, pero no menos aterradores. No aguantó y se fue.

—Ya me lo imagino. —acotó Koichi.

Hayley se levantó de la silla, y se puso una chaqueta.

—Muy bien, en un rato nos tenemos que ver con Akane. —dijo.

—Yo preferiría verme con Saiyu —contestó Aiki—, es la menos cruel. Sonia es horrible, y Akane me da miedo.

—Akane es sería, pero es buena gente —contestó Hayley—. Es una hechicera morganiana, y tiene un pasado estudiando a rajatabla el libro negro.

—¿Qué es eso? —preguntó Samirina— viví casi toda mi vida en un bosque, no lo sé.

—Es un libro que explica como inicia el mundo, y da pistas sobre cómo usar la magia; aunque diferentes grupos de personas lo interpretan de forma distinta —contestó Hayley—, también se dice que está incompleto porque arrancaron los últimos capítulos del mismo debido a que enseñaba cosas muy oscuras del mundo.

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⏰ Última actualización: Jan 14 ⏰

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Génesis: El faraón de Dako ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora