Capítulo 1

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- ¡Me voy a casar! - gritó una chica rubia mientras entraba a la habitación.

- ¿Qué? - preguntó la pelinegra desconcertada al ver a la rubia saltando de felicidad.

- ¡Ajax me propuso matrimonio, Merlina! ¡No es eso increíble! - la rubia daba saltitos brincando de alegría.

Y Merlina quien permanecía de espalda, agradeció que Enid no la pudiera ver, si no vería como en su rostro hay una mirada de tristeza.

- Felicidades - fue lo que se limitó a decir la pelinegra mientras permanecía inmóvil en su puesto, tratando de calmar sus ganas de salir corriendo de la habitación e ir a matar a Ajax por robarle al amor de su vida, su primer amor.

Ella perdió, Ajax había ganado. Él se iba a casar con Enid y no había nada que ella pudiera hacer.

Por lo visto, la felicidad de Enid estaba al lado de él y no de ella, por más que le doliera, aquella era la cruda verdad y sólo por la felicidad de aquella rubia ella estaba dispuesta a dejar de lado sus sentimientos, a dejar de lado todo lo que había comenzado a florecer dentro de su corazón sin  consentimiento previo.

Pues Enid se había mudado a una mansión con todo incluído dentro de su aquel frío y negro corazón y por más que quisiera echarla de ahí, parecía ser imposible.

- ¿Felicidades? ¿No me vas a decir nada más? - respondió la rubia un poco ofendida por la actitud de su amiga.

- ¿Qué quieres oír? - preguntó Merlina volteando para encarar a su primer y único amor.

La pelinegra no pasó por desapercibido como los ojitos azules de la alfa brillaban al apreciar el anillo que adornaba como un accesorio su dedo anular.

Era un anillo de plata con una incrustación de diamante en el centro.

- No sé... - admitió la rubia - Tal vez un: estoy feliz por ti, espero con ansias tu boda. O yo que sé, Merlina, sólo un poco más de emoción.

- Para eso tiene a Yoko - respondió la primogénita de los Addams y al no obtener algún reclamo de Enid, decidió que lo mejor sería irse de la habitación por un momento, tal vez así depejaría su mente.

Regresó tarde a la habitación y lo que encontró fue una nota de Enid avisándole que dormiría en la habitación de Ajax, ya que su roomie no se encontraba en las instalaciones de la institución gracias a que fue a visitar a sus familiares.

Merlina suspiró y simplemente acepto que había perdido a la rubia, a su rubia.

Intentó dormir, en serio lo intentó, pero no podía, una parte de ella quería esperar al regreso de Enid, sólo así podría dormir en paz a sabiendas de que la rubia no corre pelinegro, pues mientras esté con ella, Merlina se asegurará de velar por su sueño.

- Sé que soy una idiota al esperarte, pues sé que no vendrás - dijo mientras veía la cama de la rubia.

No lo soportó más, necesitaba tenerla cerca, necesitaba sentir su cercanía aunque sea sólo por un momento, pues en su corazón habían un vacío y al darse cuenta de aquello se cambió de cama a la colorida cama de la alfa, tal vez su olor la haga sentir más cercana a ella y oliendo su almohada se quedó dormida.

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