Al llegar a la puerta de la habitación del capitán, Taranis se encarga de abrir, al parecer, el capitán ya esperaba que solo entrara y por eso no nos hemos anunciado, no puedo con tanta molestia y siento que me voy a enloquecer, solo espero poder controlarme y no empeorar mi situación.
– ¿Qué esperas? ¿Una invitación formal? ¡Entra de una vez!–ordena Taranis con impaciencia, impaciencia que yo no tengo.
– ¡Guarda silencio, Taranis! Estoy invocando a mis Dioses para que aboguen por mí, he prometido lanzarte a un volcán como ofrenda, así que purifícate y deja de molestarme.
–De esta no te salva ni Dios padre, así que seguramente la única que terminará siendo lanzada serás tú, espero no tener que verte más–replica girando para alejarse por el pasillo.
Que insoportable es ese sujeto pero no tanto si lo comparo con otros, y si, hablo de Naima, en un intento de calmarme respiro de manera profunda, llenándome de paciencia ingreso en la habitación, encontrándome de manera inmediata con la intensa mirada del capitán, quien mira atentamente a la puerta. No puedo con esa manera de mirarme, ¿Debe hacerlo? ¡Qué rabia! Me encargo de cerrar la puerta para acto seguido encaminarme hacia donde él se ubica, detrás del capitán ubico rápidamente a Naima, quien me dedica una mirada de superioridad que me hace hervir la sangre, con la cabeza en alto avanzo hasta donde se encuentran, la seguridad ante todo aunque la simple mirada del capitán me ponga la piel de gallina.
– ¿Me ha mandado llamar, capitán?–inquiero deteniéndome frente a él.
–Así es, Naima me ha contado lo sucedido–comienza a decir con tono tranquilo pero su mirada me deja claro que se encuentra molesto, así que ella misma ha venido aquí para acusarme, por un momento pensé que había sido Jasper pero ahora veo que no, él ni siquiera decidió un castigo, al parecer el juego ha comenzado, ya veremos quién gana–. Ha dicho que la atacaste y le arrancaste el cabello, te advertí que no quería más problemas, ¿Qué se supone que debo hacer?
–Es el capitán, puede decidir, ¿No es así?
–Bien, tu castigo dependerá de ti, discúlpate con Naima por lo sucedido.
– ¿Qué haga qué? ¡No, no lo haré! Puede mandarme a la celda de castigo, poner que me torturen o lanzarme fuera del barco pero jamás, jamás de los jamases me disculpare con esa bruja.
Solo esto me faltaba, ella es quien me debe una disculpa a mi, no yo a ella, ¿En qué clase de mundo lunático me encuentro? Me siento llena de indignación y molestia, esperaba todo, menos tal cosa, ¿Disculparme yo? ¿El capitán ha encloquecido o qué? ¡Es absurdo! Siento la molestia apoderarse por completo de mí, no podré controlarme después de esto, pocas cosas me molestan tanto como que pretendan que me disculpe con alguien que ha hecho algo en mi contra.
–Lo ve, capitán, es una salvaje sin educación–expresa Naima entre sollozos.
– ¿Soy una qué? ¿Yo fui quien comenzó todo esto? ¿Yo te molesté de la nada? ¡No, claro que no fue así! ¡Guárdate esas lágrimas de cocodrilo porque este espectáculo yo no te lo compro!
–Capitán, ella continua atacándome, ni siquiera se limita por su presencia, no tiene respeto alguno por nada ni nadie y así no puedo– declara llorando cual Magdalena, pero que actriz es, merece un Óscar.
– ¿Por qué eres tan cobarde? Ocultándote detrás del capitán, ah pero en el escenario si estabas decidida a molestarme, porque tú fuiste quien comenzó todo esto y escucha bien, nadie, absolutamente nadie te va a librar y proteger de mi–indico acercándome sin apartar mi mirada de sus ojos verdes.
– ¿Me estas amenazando?–inquiere mostrándose frágil y temerosa cual víctima, por poco y me siento mal pero se bien que únicamente finge y lo voy a demostrar.
–No, yo soy incapaz–respondo empleando un tono dulce acercándome aun mas a ella y una vez que me encuentro lo suficientemente cerca, la tomo del cabello nuevamente, en esta ocasión si trapeare el piso con ella–, ¡Yo no amenazo! ¡Yo solamente advierto, nadie se burla de mí y se queda tan tranquilo!
– ¡Suéltame, oportunista!–exclama furiosa, lanzándose sobre mí para defenderse y derribándome.
Así es como terminamos en el suelo, me la quito de encima y es mi turno de darle la lección de su vida, le que he quitado esa mascara de niña buena que pretendía mantener frente al capitán, se que parezco una lunática arrastrándola de esta manera pero se lo ha buscado, no sé qué pasaba por su cabeza en el momento en el que decidió meterse conmigo, ella intenta apartarme pero no es tan sencillo.
– ¡Suficiente!–ordena el capitán sujetándome por la cintura y apartándome de Naima quien se encuentra aún en el piso, intento liberarme del agarre del capitán, aun no ha sido suficiente, continuo furiosa y el cabello que le he arrancado a esa bruja no es suficiente, nada lo es.
– ¡Te vas arrepentir de esto! ¡Lo juro!– exclama furiosa poniéndose de pie e internando alcanzarme pero es detenida por el capitán quien me ha liberado de su agarre dejándome a un lado suyo y se ha interpuesto entre ambas.
– ¡Basta, Naima, basta!–indica con un tono lleno de seriedad, ella guarda silencio acomodando su ropa y su cabello que ha quedado como un nido revuelto–. Retírate ahora, por favor.
–Déjala, déjala que continúe mostrándose tal cual es–intervengo mirándola llena de ira manteniéndome al lado del capitán, obedeciendo la orden, Naima avanza y cruza al lado mío.
– ¡Maldita trepadora!–murmura al tiempo que golpea mi hombro con el suyo sin detener su andar.
– ¡Bruja!–exclamo avanzando tras ella para alcanzarla, no ha tenido suficiente si piensa que puede continuar molestándome, antes de que pueda detenerla y hacerle pagar su acción, el capitán me sujeta nuevamente.
–Dije suficiente–musita cerca de mi oído–. Naima, marchate ahora mismo.
Dedicándome una mirada llena de desprecio, Naima se encamina hacia la puerta y sale de la habitación, siento la rabia atorada en mi garganta, quiero gritar y destruir todo lo que me encuentre, no me importa nada. El capitán me libera de su agarre, sin dudarlo avanzo hacia el sofá y comienzo a lanzar las almohadas en que se encuentran ahí, grito completamente furiosa, siento la frustración aumentar en mi interior, no siempre es mejor la ira que otro sentimiento.
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Antares: étoile d'hiver
FantasyUna interesante aventura abordo de un peculiar navío, donde el capitán tiene una clara misión de búsqueda y una prisionera que no debería encontrarse a bordo, termina haciéndoles la vida imposible a todo el que la llega a molestar.