Capitulo 22

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Sin atreverme a mirar al capitán me enfoco en el suelo, miro fugazmente a Coralie quien mueve su cabeza de manera negativa, « Ya se, Coralie, ya sé que no he debido decir nada pero no me llamo prudencia.» Pienso jugando con mis manos esperando lo que sucederá a continuación.

– Y bien, ¿qué es lo que has dicho?–repite la pregunta ahora frente a mí.

–Lo que ha escuchado, caprichan, no daré detalles pero a mí no me engaña con esa actitud villana que ha tomado en mi contra.

–Ven conmigo–expresa tomando mi brazo y haciéndome avanzar en dirección a su habitación, evidentemente quiere hablar sin que lo escuchen y bueno, creo que tiene algo de razón, hablar frente a Coralie no me representa ningún problema pero Taranis es diferente, así llegamos hasta la puerta de la habitación, la cual abre y me hace ingresar–, ¿Qué has estado insinuando?

– ¿Insinuar? Fui muy clara, caprichan, está molesto conmigo y no puede negarlo, es por eso que tiene esa actitud y es por eso que quiere encerrarme en la celda de castigo.

–Ideas tuyas, nada más, te envié a tu lugar de descanso y me ignoraste, no puedo perder tiempo rescatándote de otra situación parecida a la anterior, eres un imán de problemas y no tengo tiempo que perder, únicamente me aseguro de no preocuparme.

–Yo quiero conocer este lugar, es el hogar de mi única amiga a bordo.

–Eso no me interesa, no iras y es definitivo pero no te traje aquí para que hablemos de tus deseos, estamos aquí porque no puedes ser irrespetuosa conmigo, he sido demasiado paciente contigo pero todo tiene un límite, llamarme de la manera en que lo hiciste frente a un prisionero y un miembro de mi tripulación, es algo inadmisible.

–Esas son tonterías, ¿Por qué no eres sincero? Estas molesto y estas molesto porque solo escape sin más y te he estado evitando.

–Al menos admites lo que haces pero es mucho más que eso, te lo dije, no quiero preocuparme porque te suceda algo, espero que aprendas a comportarte de una manera más adecuada, te quedaras encerrada hasta que cumpla mi misión aquí–indica con seriedad para acto seguido girar para marcharse, sale de la habitación y sin dudarlo salgo tras de él, llegamos de vuelta donde se encuentran Taranis y Coralie.

–Yo realmente deseo ir, no daré problemas, lo prometo–expreso deteniéndolo del brazo.

–No, es peligroso y no, simplemente no iras–responde con tono tajante al tiempo que me mira directamente a los ojos.

–Capitán…–lo llamo con mi voz quebrada y con mis ojos llenándose de lágrimas–. Por favor.

–Capitán, disculpe mi intromisión pero Magari no es peligroso, yo lo conozco puedo cuidar de Hiver sin problema, permita que nos acompañe–interviene Coralie al ver que me encuentro a punto de llorar, el resto del equipo de búsqueda ya se encuentra esperando y la situación es cada vez más incomoda.

–De acuerdo–accede girando para reunirse con el resto del equipo pero deteniendo su andar antes de llegar hasta ellos–. Pero si se involucran en un problema, no haré nada para ayudarles.

–Sí, capitán–responde Coralie.

– ¿Quién necesita su ayuda?–musito por lo bajo, Coralie me mira con reproche.

–Guarda silencio de una vez y deja de estar molestando al capitán o veras que dejará de ser tan considerado–me reprende con gran seriedad.

Sé bien que Coralie tiene razón pero mis emociones son las que me controlan, me parece injusto que el capitán se comporte de esta manera únicamente porque huí después de que me beso, se que debió ser…. ¿Inusual? No sé que debió pensar o como debió sentirse pero no fue algo que planease, simplemente asimilar tal situación no es nada sencillo, debería intentar comprender y no actuar de esa manera. Coralie me acompaña a buscar lo necesario para ir con el grupo de búsqueda y explorar la dimensión, una vez que nos encontramos preparadas volvemos con el grupo de búsqueda.

Descender del barco y pisar suelo Magarita para mí no representó gran cambio pero ante mis ojos he visto como Coralie brillaba con luz propia, el efecto que tiene el hogar en cada individuo es increíble pero ver lo que a ella le ocasionaba, es aún más increíble. La veo feliz y eso es algo contagioso, es un lugar hermoso, avanzando al lado de Coralie disfruto del paisaje mientras atravesamos un sendero inclinado, al parecer nos encontramos descendiendo una montaña pero no parece demasiado pronunciada. No mentiré, en realidad no soy la mejor cuando de caminar se trata y a mitad del camino ya siento el cansancio invadirme, todos parecen tan tranquilos como si caminar una larga distancia fuese nada para ellos e incluso, Coralie dijo que no era muy lejos donde se encontraba el pueblo pero yo siento que hemos recorrido el monte Everest unas dos veces por lo menos.

– ¿Podemos descansar?–me atrevo a preguntar con la esperanza de recibir una respuesta afirmativa, me encuentro realmente agotada, me duelen mis pies.

–No– responde el capitán con un tono lleno de seriedad.

– ¡Oh, por favor, estoy agotada!

– Debiste pensar en ello antes de querer unirte al grupo, ¿Acaso alguien más se encuentra agotado?

–No, capitán–responden todos al mismo tiempo, son unos bribones, ¿Qué podía esperar de ellos?

–Entonces continuemos, la noche puede caer en cualquier momento y este lugar puede ponerse peligroso, debemos llegar al pueblo antes de que la oscuridad nos envuelva y nos toque permanecer en una zona tan boscosa y aislada como esta.

Antes de que pueda objetar algo, Coralie sujeta mi brazo y me hace avanzar a su lado, son un grupo de insensibles, ¿Acaso no sedan cuenta que yo no soy como ellos? Pero debía venir aquí, por lo que seguramente esta desconsideración hacia mi persona, es parte de una lección, pues que malvados son. La tarde se encuentra por terminar cuando vislumbramos algunas señales de vida, estoy tan agotada que en varias ocasiones he sentido que me quedo dormida por algunos segundos, si no fuera por Coralie que me mantiene del brazo haciéndome avanzar, seguramente habría tropezado en más de una ocasión y seguramente nadie me habría ayudado, ciertamente no soy santo de su devoción y tal vez me lo he buscado, especialmente con Taranis.

–Magarita, ¿Hay algún lugar donde se pueda descansar?–cuestiona del capitán acercándose a donde nos encontramos.

–Sí, señor, nos encontramos bastante cerca de un lugar en el que nos será posible hospedarnos y descansar.

–En ese caso, dirígenos hasta ese lugar, algunos deben encontrarse completamente exhaustos, mañana comenzaremos a buscar.

Moviendo su cabeza de manera afirmativa, Coralie avanza arrastrándome a su lado, pobre de ella, prácticamente debe cargar conmigo porque estoy de verdad cansada y me duelen tanto los pies, que dar cualquier paso resulta agotador. De pronto, un pequeño destello brillante de color azul llama mi atención, la curiosidad se apodera de mi y liberándome con delicadeza del agarre de Coralie, avanzo hacia la pequeña luz. Regla numero uno de supervivencia en un lugar desconocido: “Si no sabes de lo que se trata, no lo toques.” Hay momentos en los que desearía ser más obediente de los códigos y reglas que te mantienen a salvo.

– ¡No lo toques!–grita Coralie pero cuando siento algo rodearme y tirar de mi hacia atrás es tarde, ya lo he tocado al parecer me ha quemado porque duele como si mil soles juntos me incendiaran la mano.

– ¡Duele, duele!–me quejo sujetando mi mano, es horrible.

– ¿Qué ha sido eso? ¿Es venenoso?–cuestiona el capitán sujetando mi mano evidentemente preocupado.

–Aquí las llamamos Eunoia, Eunoia significa pensamiento bello y el nombre se les dio justamente porque su picadura tiene un efecto de euforia, así que seguramente estará alucinando, como si estuviese drogada.

– ¿Cuánto tiempo dura?

–Unas horas, unos días, una semana, cada individuo es diferente y en realidad como ella no pertenece a este lugar, no sé como reaccionara a la toxina de la Eunoia.

– ¡Sabia que era mala idea traerla!–expresa frunciendo el ceño.

Los escucho hablar y decir cosas pero ya no consigo entender lo que hablan, parece que solo hacen ruidos y son ruidos muy graciosos por lo que me resulta imposible no reírme de ellos, comienzo a reír sin parar como si fuera lo más cómico del universo. Coralie me sujeta nuevamente y me ayuda a ponerme de pie, el dolor ha desaparecido y ahora todo lo que veo parece como de un cuento, este es un súper viaje.

Antares: étoile d'hiverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora