Capitulo 27

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Me detengo al lado del capitán tratando de ver que es lo que dice ese sobre, el remitente dice: “Inti” debe ser quien ha dejado ese sobre pero, ¿Quién es Inti? Nunca antes he escuchado ese nombre y leerlo ha conseguido despertar una sensación extraña en mí, un presentimiento y no es un presentimiento positivo.

–Espero que eso pueda ayudarte en tu misión–expresa Karan con amabilidad–. Me disculpo por haber tomado a un miembro de tu tripulación, Antares, necesitaba a alguien para acompañarme y ella es perfecta para esto, está loca y no me conocía, perfecta.

–No es importante, no debes preocuparte, lo comprendo; sin embargo, ahora debemos marcharnos, cuanto antes, nuestro tiempo es limitado y…

–Nada, nada, el evento recién comienza y no me quedaré solo antes del baile–interrumpe Karan con tono casual como si todo fuese nada para él, es un desconsiderado, solo se preocupa por sus propios deseos.

–Escuchaste al capitán, no podemos quedarnos, nos vamos–intervengo mirando a Karan con seriedad–. Dijiste que si venían, podría irme, aquí están, podemos irnos.

– ¿Quieres que me ponga caprichoso?–replica frunciendo el ceño y haciendo un mohín, vaya consentido que resulto–. Ni siquiera he comido algo, no me gusta esto, me pone de mal humor.

– ¿Y qué harás?–lo encaro con seriedad, no puede estar amenazándome cada dos por tres y aquí no cuenta con los truquitos de su mansión, como si mis palabras le produjeran mucha gracia sonríe de manera juguetona.

–Me caes bien, ¿Puedo conservarla, Antares? Es muy especial, no hay como ella aquí, me divierte mucho–expresa dirigiéndose al capitán quien me mira de reojo, evidentemente se encuentra molesto conmigo.

–Ella es un dolor de cabeza constante, no serás capaz de tolerarla y yo no soy tan cruel para dejarte ese peso.

–No es tan difícil, es más, déjala por un tiempo y te la devuelvo educadita y respetuosa, le sacaré todo ese veneno que la consume y te devolveré una rosa educada, dulce y amable–responde lleno de confianza en sí mismo haciendo como si yo no estuviese presente.

–Es una propuesta muy tentadora–replica el capitán risueño–. Déjame meditarlo un poco.

Con Coralie a mi lado continuo escuchándolos hablar como si yo no estuviese presente, ciertamente es un acto de muy mal gusto y me molesta que hablen acerca de mí de esta manera, deseo marcharme de aquí y no volver a verles la cara a ninguno de ellos. Y eso es justo lo que hare, sin emitir palabra alguna giro sobre mis pies y me encamino a la salida, Coralie se percata de manera inmediata e intenta detenerme pero cuando decido algo no hay poder alguno capaz de hacerme cambiar de opinión y menos aún, evitarlo.

–Hiver, ven aquí–la escucho llamarme pero hago caso omiso.

De esta manera llego al exterior en pocos segundos, siento el viento golpear mi rostro y veo la conglomeración que se encuentra frente a mí, algunos seres llegan mientras que otros se marchan, estas celebraciones siempre tiene un exceso de individuos y esta no es la excepción aunque sea una dimensión completamente diferente. Sin importarme, paso por en medio de algunos haciendo un espacio para irme de aquí de una buena vez, el centro se encuentra a reventar, ¿Acaso nadie tiene nada mejor que hacer? Sintiéndome aún más molesta me alejo de la multitud, no tengo ni la mas mínima idea de a donde es que me dirijo, no conozco este lugar y seguramente me perderé pero no tolero mas nada.

Pronto me encuentro en un lugar solitario, asusta pero es mejor que estar rodeada de tantos individuos y escuchar las palabras del capitán. Escucharlo hablar así me ha dolido en lo más profundo de mi corazón y más de lo que hubiese esperado, con toda la ira de mi interior transformándose en tristeza, tomo asiento en un banco que se encuentra en lo que parece ser un parque, este lugar es silencioso y agradable, perfecto para pensar, con desanimo miro al suelo.

–Hola bonita, ¿No eres de aquí verdad?–habla un individuo desconocido, de manera inmediata miro en su dirección, con la oscuridad no puedo apreciarlo con claridad pero más que eso, no entiendo cómo es que llegó hasta aquí para molestarme, debió seguirme y eso si me preocupa, nadie te sigue solo porque si.

– ¿Quién eres y que quieres?–cuestiono con hostilidad, soy muy intuitiva y sé que este ser no es alguien en quien deba confiar.

–Alguien que quiere ser amigo de una jovencita tan linda como tú–expresa intentando alcanzar mi rostro.

– ¡No me toques y déjame tranquila! Vete de aquí.

–Pero cuanta hostilidad, yo solo quiero conocerte un poco mejor.

–Gracias pero no gracias–indico poniéndome de pie para marcharme.

– ¿Pero qué prisa puedes tener?–musita poniéndose de pie y parándose frente a mí, evitando que pueda marcharme.

–Apártate y déjame tranquila.

– ¿Y si decido no hacerlo?–inquiere acortando la distancia que nos separa e invadiendo mi espacio vital.

–No te atrevas a dar ni un solo paso más o me obligarás a golpearte, es la última vez que te lo digo, ¡Déjame tranquila!–indico con el tono de advertencia evidente.

En la oscuridad puedo ver como en su rostro se dibuja una gran sonrisa y no mentiré, obviamente, no le he causado ni el más mínimo susto, al contrario, creo que mis palabras lo emocionan porque incluso puedo percibir un brillo malvado en sus ojos. Ahora mismo me arrepiento de no haber tolerado los comentarios del capitán y Karan, total, no era tan malo, comparado con esta situación tan incómoda de la cual no será nada sencillo salir, « ¿Por qué los problemas siempre me siguen? ¿Es que acaso traigo sal extra acompañándome?» me cuestiono moviendo mi cabeza de manera negativa al tiempo que trato de rodear al sujeto en cuestión.

–Deja de intentarlo, no escaparas de mi–musita sujetando mi brazo, con molestia entrecierro mis ojos e intento liberarme de su agarre; sin embargo, es fuerte y no me es posible, eso no me detiene, Taranis es más fuerte y no por eso me rendí, ahora no será diferente, lo pateo con fuerza pero el vestido que utilizo me limita considerablemente y no logro que me suelte–. Eres una linda fiera, con mayor razón quiero conservarte.

– ¡Ya suéltame de una vez por todas!

Ignorándome comienza a tirar de mi brazo arrastrándome, no se a donde pretende llevarme pero de ninguna manera lo permitiré, hago uso de toda mi fuerza intentando liberarme, lo araño y pateo, también lo golpeo pero nada hace que me suelte y me veo tentada a morderlo pero es complicado, que sujeto más horrible el que me vine a encontrar y por mi enojo, estoy completamente sola.

– ¡Suéltala ahora mismo!–ordena una voz escalofriante que no consigo identificar, el sujeto detiene su andar sin liberarme, girándose para observar a quien ha hablado, curiosa dirijo mi mirada en dirección a donde he escuchado esa voz siendo un aura de color morado lo único que consigo ubicar, la oscuridad es aún mayor en esta zona a la cual me ha arrastrado.

– ¿Y si no lo hago que harás?–replica con un tono lleno de agresividad encarando al individuo que ha hablado.

–Ahora lo sabrás–responde sin cambiar el tono que empleo al comienzo.

Pronto escucho como si algo se arrastrase por el suelo, de manera inmediata me lleno de terror pensando que puede tratarse de uno de mis temores más profundos, el sujeto mira hacia el suelo buscando lo que produce ese sonido mientras yo trato de evitar mirar, eso me ahorrará un ataque de pánico.

Antares: étoile d'hiverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora