Capitulo 25

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La noche ha caído y me encuentro en la enorme habitación de este lugar, recostada en la muy confortable cama, mirando el techo que me recuerda a una oscura noche en la que ni la luna ni las estrellas tienen deseo de brillar. De pronto la puerta se abre y me incorporo con gran rapidez, este lugar es muy raro, no puedo tomarme nada a la ligera. En pocos segundos veo aparecer a un ejército de mujeres una lleva un caja en sus manos, otra lleva un pequeño maletín, de esta manera, todas y cada una de las diferentes mujeres lleva algo en sus manos, la curiosidad y el desconcierto, me invaden de manera inmediata y proporcional.

– ¿Qué sucede? ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren?–cuestiono con esa velocidad que me caracteriza cuando no comprendo algo y ese algo, me parece sumamente inusual.

–No se preocupe, nosotras nos encargaremos de prepararla para la “Nákta”

– ¿Nákta? ¿Qué es?

–Es la fiesta tradicional de aquí, finaliza con el baile que este año será de mascaras, el señor Karan ha preparado todo esto para que pueda acompañarlo–explica la mujer que parece ser la mayor, tiene un interesante color de cabello morado, ¿El lunático obsesivo la habrá hecho que se lo tiñera o las habrá elegido todas con ese color tan peculiar? Coralie dijo que el cabello rosa era muy común en Magari, el morado no lo sé, deberé preguntarle en cuanto tenga oportunidad.

Comprendiendo que no tengo manera de salir de este lugar a menos que acceda a acompañar al sujeto que me mantiene en su lujoso hogar, dejo escapar un suspiro y me preparo mentalmente para comenzar a prestarme a lo que traman aquí. Cual muñeca permito que me peinen y maquillen, ahora puedo imaginar cómo se sentían mis muñecas cuando me creía diseñadora de modas y estilista de primera, las puedo compadecer mientras siento que tiran de mi cabello de un lado para otro pero lo único que puedo hacer en este momento, es llenarme de paciencia, esperando que terminen pronto y que realmente me busquen en el evento pero en el caso de que no lo hagan tengo el plan de escape que espero funcione lo suficientemente bien.

Una vez que me encuentro preparada me miro en el espejo de cuerpo completo, hay que admitirlo hicieron un gran trabajo y ese sujeto tiene buen gusto aunque no logro comprender como es que logro averiguar la medida exacta para este vestido, suerte que el negro y morado son de mis colores favoritos, sinceramente no me veo usando rosa, amarillo o un horrible color marrón, eso es lo peor que podría sucederme, he tenido demasiada suerte, después de todo,pudo ser peor. Mientras miro con atención a mi irreconocible reflejo en el espejo escucho que golpean la puerta, las mueres que se encargaron del maquillaje y el peinado, ya han salido por lo que me encuentro sola y debo encargarme de abrir la puerta, con paso sereno me encamino hacia la puerta para poder abrir. En cuanto llego a la puerta y la abro me encuentro con un elegante sujeto que usa un traje oscuro que combina con mi vestido, ambos parecemos personas de época, no sé si es la moda en esta dimensión o no, por lo que no sé, si estoy disfrazada o me encuentro a la moda, a través de la máscara oscura que cubre la parte superior de su rostro consigo percibir el brillo de emoción que hay en sus ojos además también puedo ver la gran sonrisa que se encuentra pintada en su rostro.

–Sabia que te verías estupendamente bien, modestia aparte, tengo un gusto muy sofisticado y bueno–comenta con evidente presunción, humildad es una palabra que conoce pero que definitivamente no aplica.

–Gracias por todo esto, es un gran detalle.

–Eso es nada, este es el verdadero regalo, ¿Me dejarías colocarlo?–inquiere abriendo la caja de terciopelo que lleva en sus manos.

–Pero eso no combina con el atuendo.

– ¿Y? Algunas cosas no son para combinar, si no, porque son necesarias y esto, créeme que lo es–musita acercándolo para que pueda apreciarlo mejor, mirándolo con desconcierto permito que me lo coloque.

En realidad no comprendo demasiado pero bueno, no estoy aquí por la lógica, una vez que nos encontramos preparados, tomo la mascará y vuelvo al lado de este sujeto que amablemente me ofrece su brazo, lo acepto y de esta manera me guía por el pasillo hacia el elevador e ingresamos, es así llegamos hasta la planta baja y a la puerta que dos personas se encargan de abrir haciéndome quedar sorprendida, no hay un exterior, si no, un interior más, igual de elegante pero evidentemente enorme, no soy la persona más alta pero esto es absurdo, me siento demasiado pequeña.

– ¡Salta!–exclama saltando fuera de la casa llevándome con él a pesar de la altura, ni para caídas llevamos, siento que caemos kilómetros pero luego ya no mas y lo que antes veía enorme ahora parece más normal.

Sin comprender absolutamente nada, miro a mi alrededor encontrando la mansión morada sobre lo que parece ser una mesa de piedra, es diminuta, ¿Cómo es que yo estaba ahí? Mi expresión debe ser realmente cómica ya que escucho como ese sujeto ríe divertido.

– ¿Qué es esto?

– ¡Crecimos! ¿No te encanta?

–No comprendo–admito tratando de entender lo que ha sucedido.

–Es magia, no tienes que entenderla, solo disfrutarla, estas pensando demasiado y no es necesario, enfócate en lo importante, la fiesta, ¡Estoy tan emocionado! De verdad no imaginas cuanto tiempo he esperado para poder ir.

Tirando de mi brazo me hace avanzar, no puedo creerlo aún pero no tengo demasiado tiempo para pensar en lo que sucede porque salimos de la mansión de tamaño normal, ¿Debería llamarla de esa manera? Bueno, es lo de menos, a fuera nos espera un elegante transporte al que subimos, imagino que nos trasladara al lugar de la bendita fiesta.

En poco tiempo puedo apreciar a través de la ventana que nos acercamos a lo que imagino es el centro del pueblo, todo se encuentra vestido de fiesta y hay muchos individuos vestidos de manera elegante que avanzan en una dirección en común mientras que otros se limitan a deambular y conversar, la fiesta se encuentra por todo el lugar pero evidentemente, nosotros vamos hacia donde los elegantes van. En este vehículo ya comienzo a sentirme importante, intentando relajarme observo el exterior con atención, lo que he podido ver de Magari es hermoso, cuando el vehículo se detiene abro la puerta y desciendo, no puedo controlar mi admiración al ver el bonito lugar en el que nos encontramos.

– ¿Lista para divertirnos a lo grande?–inquiere con tono alegre.

– ¿Tengo otra opción acaso?–replico con mal animo

–Cuanta amargura, ¿Qué quieres para sonreír, caramelito?

–Que no me digas caramelito o te voy a mostrar que clase de rompe muelas soy para que aprendas.

–Oh, pero que dulce, me encanta esa rudeza, andando.

Sin darme tiempo para decir alguna cosa más, sujeta mi mano y me hace avanzar, no me molesta en realidad pero tampoco me encanta que sea tan voluntarioso y me arrastre como si fuese una manta o algo así y por si fuese poco encontrarme en una fiesta a la fuerza no es lo más encantador. Lo peor de todo es que no importa cuán hermoso sea todo esto, no puedo sacar de mi mente las palabras de este sujeto y el miedo de mi corazón, no quiero tener que quedarme en este lugar y no es nada en su contra pero tampoco con él, es dulce y agradable pero ya me acostumbre al barco.

Antares: étoile d'hiverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora